Ya se cumplió un mes de la presidencia de Joe  Biden y generalmente los primeros cien días  de un nuevo gobierno en Estados Unidos muestran cuáles serán las prioridades ejecutivas y legislativas. De acuerdo con la plataforma de campaña, el discurso de inauguración y sus primeras acciones ejecutivas está claro  que las prioridades domésticas del gobierno de Biden son: salud, economía, justicia racial, cambio climático, inmigración.

Venezuela no está entre las primeras diez prioridades, pero abordaré este aspecto cuando me refiera a la política exterior de Estados Unidos y sus intereses estratégicos, que son: China, Rusia, Corea del Norte, Irán, Siria, Afganistán, Irak, Israel, Unión Europea, África. América Latina no está entre las diez primeras prioridades de la política exterior del nuevo presidente, aunque México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua,  Brasil, Colombia, Cuba y Venezuela ocuparán algo de atención.

En el primer lugar de prioridades para el presidente Biden está la lucha contra el covid-19, sin duda Estados Unidos es el país más afectado en el mundo por la pandemia, en gran parte por la irresponsabilidad de Trump, quien no le prestó la atención necesaria. El ex mandatario ignoró todos los consejos de los expertos de la comunidad científica y médica y actualmente las consecuencias son más de 500.000 muertos y más de 28 millones de contagiados.

Xavier Becerra es el secretario de Salud del gobierno de Biden

Es tal la importancia de este tema que una de los primeras medidas de Biden fue designar al  excongresista y exfiscal general de California Xavier Becerra como su secretario de Salud y Servicios Humanos. El nombramiento lo convierte en el primer hispano en el cargo.

El secretario de Salud tiene la responsabilidad de dirigir el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Este departamento tiene 25  directores que reportan directamente al secretario y estos a su vez dirigen una burocracia de cerca de 100.000 empleados que ejecutan las políticas de salud que afectan a millones de personas y cuyo  funcionamiento consume casi un tercio del presupuesto nacional.

El presidente Biden ha manifestado que su primera prioridad será la distribución masiva de las vacunas contra el covid-19 y permitir que todas las personas  que no tengan posibilidades económicas puedan tener acceso gratuito a ella tengan o no  un seguro de salud privado o público. Para esto destinó 20 billones de dólares y está estableciendo centros de vacunación masivos en las grandes ciudades y unidades móviles en áreas rurales de más difícil acceso.

Dentro de esta primera prioridad general hay unos aspectos secundarios que explico brevemente:

  1. Abordar los problemas claves que incluyen el acceso de la población a la atención médica. Estados Unidos está entre los países desarrollados cuya población no tiene total cobertura de salud. El establecimiento de cierto control de los precios de los medicamentos que son los más costosos de cualquier país desarrollado, en parte debido a la gran influencia del lobby de la industria farmacéutica sobre el congreso. Una opción sería permitir que las personas puedan obtener recetas en otros países vecinos como Canadá y México e incluso la Unión Europea donde el costo de los medicamentos es mucho más bajo.
  2. Deberá enfocarse especialmente entre los latinos y afroamericanos que han sido entre los más afectados por el covid-19, debido a que se desempeñan en trabajos en las áreas de servicio y atención al público, y muchos de ellos carecen de seguros de salud apropiados.
  3. En el pasado Becerra ha favorecido una opción de salud pública llamada Medicare para todos que hasta ahora solo pueden obtener las personas mayores de 65 años. Es muy posible que el presidente Biden acceda a reducir la edad de acceso a Medicare a 60 años.
  4. Fortalecer de la Ley del Cuidado de Salud a bajo precio y la adición de una opción pública. La mayoría de las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses aprueban la ley de atención médica. La fundación Family Kaiser expresa que de acuerdo con sus investigaciones 7 de cada 10 estadounidenses les gusta una opción de plan de salud administrado por el gobierno, que las personas podrían considerar junto con los planes de seguro privados que ya existen pero que son muy costosos tanto para los empleadores como para los trabajadores.

Al inicio de cada nueva administración se establecen prioridades muy ambiciosas con una agenda legislativa muy amplia, pero luego viene la dosis de pragmatismo real de lo que es verdaderamente posible a nivel  político por medio de medidas ejecutivas o desde el Legislativo. El proceso legislativo de  revertir alguna ley existente o aprobar alguna nueva es muy lento y complicado; en el actual clima de polarización y división política será mucho más difícil aprobar leyes importantes y el presidente deberá escoger cuidadosamente dónde invertir y gastar su capital político, que usualmente dura los dos primeros años, hasta las elecciones de medio término del Congreso.

En el presente contexto dificulto que ocurra alguna reforma a la ley de salud debido a la paridad 50/50 de senadores demócratas y republicanos en el Senado, donde las reglas internas requieren el voto de al menos 60 miembros para parar el debate y proceder a votar sobre alguna ley especifica, algo que se conoce como el Filibuster. La mayoría demócrata la decide el voto de la vicepresidenta Kamala Harris en caso de empate en alguna votación.

Biden estará la mayor parte de 2021 enfocado principalmente en controlar la pandemia. Según los expertos, tomará al menos hasta finales de año o primer trimestre de 2022 vacunar a 80% de la población y lograr lo que se conoce como inmunidad del rebaño, para levantar completamente las restricciones federales, estatales y locales impuestas a industrias y comercios, antes de tratar de volver a cierta normalidad. Esto sin tomar en cuenta las peligrosas mutaciones del virus que ha demostrado ser más contagiosas.

 

 


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