I Las primarias: un revocatorio para Nicolás Maduro   

Realizadas las elecciones primarias de la oposición con los resultados esperados, y aún más, arrolladores de María Corina Machado sobre el resto de los aspirantes, con más de 90% de los votos escrutados a su favor; sin duda, que el mayor impacto ocurre –aunque los voceros del régimen lo nieguen– en los más de 2 millones de votantes que según cifras de la Comisión Nacional de Primaria fueron a exponer su malestar contra quienes nos han empobrecido en todos los aspectos de la vida política, económica, social.

Por ello, que la cúpula del PSUV haya generado una alharaca, junto con la seudo oposición compuesta por un grupo que apenas si alcanza una decena de individuos, para levantar hasta una investigación por parte del Ministerio Público contra quienes organizaron tal evento electoral, sólo termina por mostrar el rostro neototalitario y de hostigamiento de quienes ejerciendo el poder; en vez de alegrarse por esas supuestas mentiras cuantitativas; y que serían una prueba de la debilidad y lo fácilmente que serían derrotados; las acciones del gobierno terminan en inhabilitación para una ganadora con “600.000 votos” –cifras del madurismo– e investigación penal contra todos aquellos que organizaron el evento a nivel nacional.

¿Y entonces? ¿Qué hubiese sido lo ideal para que el régimen aceptara que los organizadores del evento electoral estaban diciendo la “verdad” numérica? Toda esa situación lo que revela es un contexto de prosopagnosia política en quienes, llamándose “demócratas” y cumplidores de la Constitución, saben muy bien que han perdido el apoyo popular; cuando en Venezuela el salario mínimo y las pensiones se encuentran en 4 dólares mensuales, con un país que tiene colapsados los servicios públicos, en el que nos hemos acostumbrado a “vivir viviendo”, sin luz (electricidad), sin agua, sin gas, y hasta sin gasolina, en la otrora Venezuela petrolera donde donde el contrabando de gasolina para Colombia y las islas del Caribe, eran parte de la nomenclatura económica del país.

Lo irónico es que tales acciones ocurren después de que el gobierno “firma un acuerdo” con la oposición para llevar a cabo “elecciones libres” en el segundo semestre de 2024, y previo levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos, que envuelto en un enorme problema geopolítico con Rusia y Ucrania, y ahora con Israel y Gaza, pareciera que para no correr riesgos con el suministro de energía prefiere acceder a las exigencias de quienes están acusados por casi 10.000 víctimas ante la Corte Penal Internacional por violaciones de derechos humanos, y donde existen alrededor de 300 presos políticos; sin obviar más de 7 millones de emigrantes, y probablemente con la inflación más alta del continente, todo ello, en el medio de una destrucción de la educación y la salud, y un Estado inoperante en todo el contexto de lo que aún llaman “instituciones”.

Ante ello, el evento del 22 de octubre en términos de una praxis política se convirtió en un referéndum revocatorio para Nicolás Maduro, cuando miles de personas se vieron ejerciendo el derecho al voto en aquellos espacios tradicionalmente considerados, “fortalezas del régimen”, es decir, la gente pese a la existencia de presiones, chantajes y amedrentamientos políticos acudió no tanto a elegir a María Corina Machado, sino como una forma de rechazar al madurismo.

II ¿Qué hará Lorenzo Mendoza ante la negativa del CNE de aceptar a María Corina Machado?

Otro punto que quedó claro en las llamadas primarias es que todos los candidatos aspirantes a ser el líder de la oposición que compitieron contra María Corina Machado sólo tienen mínima aceptación, razón por la cual ninguno de ellos, ante la “inhabilitación” forzada de María Corina Machado, pudiera emerger como sustituto(a) de la mencionada para unas eventuales elecciones presidenciales; es decir, no se podría lograr un efecto de unificación opositora para enfrentar al autoritarismo de Nicolás Maduro.

En tal sentido, sólo la candidatura de Lorenzo Mendoza podría generar un efecto arrollador y unitario, incluso superior al que tiene María Corina Machado, y en esa onda política, tanto ellos –Machado y Mendoza– como el resto de la oposición, así como los factores políticos internacionales que han dialogado con estos factores, están convencidos de esta realidad política.

Es por ello que, ante un escenario que apenas comienza, sólo le quedaría a María Corina Machado hasta el primer trimestre de 2024 para intentar inscribir su candidatura presidencial ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), algo que luce improbable, máxime, cuando el régimen actuando por reacción, ahora acusa de “megafraude” a quienes fueron los organizadores y tutores del proceso opositor.

Ante esta realidad política, hemos visto a Lorenzo Mendoza con un metamensaje no definitivo sobre su participación, pero tampoco sobre su rechazo a una evidente participación presidencial, que el régimen no pudiera evitar bajo ninguna circunstancia, y que sería de más daño político al PSUV y sus derivados, si esta posible candidatura de Lorenzo Mendoza se inscribiera, precisamente finalizando los tres primeros meses de 2024; lo que también dejaría a quienes ostentan el poder en una situación de minusvalía de aplicar hasta seudo recursos “jurídicos”; y en caso de hacerlo, tendría que venir una tercera o cuarta candidatura avalada tanto por Machado como por Mendoza que terminará por desmontar la farsa de “elecciones libres” y sobre la cual el régimen quedaría desnudo, porque no habría forma ni manera, de seguir “inhabilitando” o impidiendo cualquier candidatura surgida del acuerdo de las máximas figuras con aceptación política de Venezuela.

En consecuencia, ¿qué hará Lorenzo Mendoza ante la negativa de aceptación del CNE con María Corina Machado? Estamos seguros de que ya tiene la decisión acertada; y que sólo está esperando el momento indicado para salvar a Venezuela.

@vivassantanaj_


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