La idiosincrasia venezolana se ha extendido por el mundo. El exilio forzado al que se ha visto sometido nuestro pueblo nos ha conferido un carácter universal. En estas navidades nuestro plato navideño es uno de los que más está presente en toda Europa y ni hablar de Latinoamérica. Los tequeños son uno de los platos más solicitados por los comensales españoles y hoy es fácil sentirse como en casa al pasear por una calle de Madrid al ver a tantos paisanos. Hay un venezolano en prácticamente cada rincón del mundo. A pesar de estar lejos de casa todos estamos unidos por un sentimiento tricolor que exaltamos y honramos.
En casi todas las familias venezolanas hay uno o varios miembros que se han ido por culpa de la dictadura de Maduro. Mientras tanto, el régimen se burla del pueblo llegando incluso a obsequiar a los niños en Navidad el absurdo juguete de Superbigote, un burdo muñeco del tirano, más de 12 millones de ejemplares fueron repartidos en los hogares criollos.
El régimen ha querido arrebatarnos el país pero los venezolanos seguimos estando unidos y aún en el exilio ha aflorado lo mejor de nuestra gente. Otra Navidad culminó con Venezuela en dictadura, pero a pesar de todo seguimos trabajando por dejar el nombre de nuestro país en alto y mantenemos la fe y la convicción de que volveremos a vivir en libertad y en democracia.
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