Por Giancarlo Alciaturi, Geógrafo ULA [1]

Como es sabido, el año 2020 nos ha traído unas cuantas sorpresas no tan agradables, dentro de lo que se destaca la pandemia del COVID-19, la plaga de langostas en África, los incendios en Australia, entre otros desastres ambientales. Sucesos de esta naturaleza han tenido su lugar en la historia, sin embargo, en otros tiempos no se disponía de la rápida cobertura y difusión mediática ni de los avances tecnológicos para su monitoreo. Respecto a esto último, destinaremos  algunas líneas para introducir brevemente a nuestra audiencia al conocimiento de diversos tópicos vinculados con las “Tecnologías de la Información Geográfica”, las cuales a grandes rasgos comprenden una serie de herramientas destinadas al levantamiento, procesamiento, análisis y representación de fenómenos con una ubicación concreta en la superficie terrestre. Dentro de estas herramientas y para la presente entrega, enfatizamos en la teledetección espacial, la cual recurre al uso de imágenes satelitales para el conocimiento y monitoreo a distintas escalas (por ejemplo las ciudades, las regiones, los países, los continentes e inclusive el planeta entero), de diversos fenómenos de interés ambiental. La teledetección en general también puede partir del empleo de imágenes y datos capturados desde plataformas aéreas (aviones y drones principalmente) y terrestres (escáneres especiales), sin embargo, en esta entrega nos avocaremos únicamente a comentar algunas generalidades de la Teledetección espacial.

Los orígenes de la herramienta se encuentran estrechamente vinculados con los avances en la carrera espacial y el desarrollo de la informática, de modo que el vertiginoso progreso en estas áreas ha traído consigo, un también vertiginoso avance de la teledetección. Muchas de las imágenes pueden ser adquiridas de forma gratuita a través de los portales web que son administrados por las distintas agencias espaciales y en este ámbito, existen una diversidad de formatos para satisfacer tanto los requerimientos de los usuarios “aficionados” como también los de la creciente comunidad científica. De la misma manera debe mencionarse el rol de los consorcios privados que comercializan con este tipo de productos, los cuales se caracterizan por disponer de prestaciones especiales que generalmente escapan de ser ofrecidas gratuitamente. Viendo un poco de historia del tema que nos ocupa y según el portal web del Centro Espacial Kennedy[2], el 7 de agosto de 1959 fue lanzado al espacio el satélite Explorer 6, con la finalidad de estudiar el campo eléctrico y terrestre de la tierra en la parte más alta de la atmósfera. La plataforma espacial también contaba con un dispositivo para fotografiar la cobertura nubosa y por ello, fue adquirida la primera imagen satelital, la cual exhibió con poco detalle una sección del norte–centro del océano Pacífico.

Desde aquel hito han pasado 60 años y en la actualidad, se estima la existencia de más de 1.000 satélites para la teledetección espacial[3].

Pensando en aquellos lectores con ninguna o poca familiarización con la temática, es oportuno exponer algunas pautas muy elementales y que se vinculan al empleo de estas imágenes:

  • Están sujetas a una laboriosa cadena de procesamiento.
  • Son aplicables al análisis de distintas áreas, dentro de las que podemos mencionar: agricultura, planificación urbana, desastres naturales, salud, turismo, conservación de recursos, monitoreo ambiental, educación, entre otras.
  • Son adquiridas por satélites con distintas prestaciones y llegado a este punto, resulta lógico que muchos se pregunten ¿Qué significa esto? Visto de una manera bastante simple, significa la capacidad que en base a un conjunto de características, tienen estos dispositivos para seguir con mayor o menor claridad y en una determinada extensión geográfica, diversos fenómenos sobre la superficie terrestre.

Como pasa con muchas otras facetas de nuestra vida cotidiana, debe serse cauteloso con el uso de algunos recursos que circulen en las redes sociales, pues tal como ocurre en esta era de la información, pudiéramos ser víctimas de la circulación de  noticias falsas o peor aún, de una propia interpretación errónea y posterior difusión. Esta reflexión parte a propósito de una imagen que hace algunos meses fue viralizada en las redes sociales y que hacía alusión a los incendios en Australia:

Fuente: https://www.bbc.com/news/blogs-trending-51020564

Esta imagen causó zozobra y desinformación porque distintos usuarios concluyeron que la magnitud y extensión de los incendios correspondían con las áreas resaltadas en tonos rojizos–amarillos. Lo cierto es que el autor del recurso dispuso de elementos gráficos para generar así un marcado y excesivo impacto visual y en este contexto, tal afirmación también fue contrastada por el la BBC de Londres[4]. Si bien los incendios implicaron considerables daños ambientales, la magnitud del hecho se encuentra muy lejos de ser objetivamente valorada por medio de la citada imagen.

Ocupándonos un poco de la temática ambiental de nuestro país, han sido contadas algunas notas que destacan el derrame de petróleo ocurrido en las costas del estado Falcón durante el mes de agosto del presente año. El caso ha sido valorado por instituciones de reconocido prestigio académico mediante la interpretación de imágenes de radar y a su vez, reseñado en medios nacionales e internacionales con una trascendente trayectoria. Dadas las circunstancias, los lectores cuentan con suficientes elementos para dar credibilidad a la noticia.

Presentadas algunas particularidades asociadas a la difusión de estos dos significativos eventos de interés ambiental -con sus claras diferencias geográficas e impactos- es necesario generar un criterio sólido a partir de fuentes confiables, de manera que si decidimos convertirnos en agentes multiplicadores de información, tengamos a la prudencia por delante.

Sin ánimos de profundizar en tecnicismos, es pertinente considerar el gran potencial que ofrece la teledetección satelital –y las Tecnologías de la Información Geográfica en general- para el desarrollo de una nación y, en el contexto de la Venezuela a la que muchos aspiramos, podremos disponer de estas herramientas para apoyarnos en el trazado de objetivos tan vitales como:

  • La recuperación del sector agrícola.
  • El reordenamiento de los espacios urbanos.
  • El monitoreo y recuperación de áreas protegidas y otros espacios naturales.
  • El seguimiento de la calidad del agua.

Esgrimidas estas premisas, seguirán siendo necesarios los aportes de actores con cierto nivel de experticia técnica y considerando el ámbito académico en Venezuela, algunas de las carreras que a nivel de licenciatura/ingeniería han impartido formación al respecto son: Geografía, Lic. en Geografía, Ing. en Geomática -en proceso de creación-, Ing. en Sistemas, Ing. Forestal, Lic. en Biología, Ing. Agronómica, Ing. Geológica, Ing. Geodésica y Gestión Ambiental. También existen programas de posgrado que han hecho sus aportes con formación específica, siendo ejemplo de ello el Diplomado en Ingeniería Geomática -Universidad de los Andes- y la Especialización en Geomática -Universidad Central de Venezuela-.

Pensando en las generaciones venideras -quienes sin duda van a tener un rol protagónico en una anhelada y futura etapa de progreso- es ideal que a nivel de educación primaria y secundaria, sean impartidos algunos conocimientos elementales e inherentes a las Tecnologías de la Información Geográfica, porque en esta etapa muchos contemplan las distintas posibilidades para decidir su quehacer profesional. Estas prácticas pudieran rendir sus frutos en razón de que probablemente más personas se sientan motivadas a emplear los recursos tecnológicos antes descritos y así aportar su respectivo grano de arena a sectores tan importantes como el medio ambiente y la agricultura.


 

[1] Cuenta con experiencia docente de posgrado en la UCV y de pregrado en la ULA. Actualmente en Uruguay, se desempeña en la administración pública como consultor en Teledetección – Sistemas de Información Geográfica y como docente de educación superior.

[2] https://www.kennedyspacecenter.com/blog/60-years-ago-first-satellite-image-of-earth

[3] https://www.intechopen.com/books/multi-purposeful-application-of-geospatial-data/a-review-remote-sensing-sensors

[4] https://www.bbc.com/news/blogs-trending-51020564


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