La periodista Lucía Pineda

El título del presente artículo lo tomé de una frase expresada por la colega periodista nicaragüense Lucía Pineda, quien relata su abnegada lucha como profesional de la comunicación, en contra de la feroz y criminal dictadura de Daniel Ortega.

«Nunca pensé, refiere, que volveríamos a vivir una dictadura y ahora más criminal que la somocista, pues mataron a jóvenes, niños, adultos, sólo por expresar su rechazo a unas reformas al INSS (Instituto Nicaragüense de Seguridad Social) que le quitaba 5% a los jubilados de su pensión».

Prosigue luego: «Mis 172 días de cárcel, aislamiento y confinamiento que me tocó vivir, los ocupé para orar mucho, para llorar. Siempre he sido de acción retardada, en mis 40 días en el Chipote no lloré, fue hasta el día 42 ya estando en el penal La Esperanza. Hemos vivido una película de terror. 100% Noticias el canal, que con la ayuda del pueblo auto no convocado, documentó toda la masacre que ordenaron Daniel Ortega y Rosario Murillo. Mientras realizábamos nuestro trabajo, no tuvimos tiempo de sentir miedo, fuimos desbordados con cientos de denuncias, amanecíamos con la gente que hacía sus Facebook Live, que era proyectado en pantalla grande por 100% Noticias. ‘Yo no quiero a una hija héroe, ni mártir’, me dijo muchas veces mi madre y le respondía: ‘Madre, yo solo estoy haciendo mi trabajo, el problema es este gobierno que no quiere que se conozca la verdad, solo comprendan que la gente necesita conocer lo que está ocurriendo en este momento en Nicaragua, espero que las otras llamadas sean para darme ánimo y decirme que estoy en el camino correcto’. A mi madre le costó comprender mi misión de informar, ella solo quería proteger a su única hija que vivía en Nicaragua».

Continúa: «En 2018 le recordé en mis programas en vivo, sus palabras, pues habían muchas más razones para que Daniel Ortega renunciara de inmediato junto a Rosario Murillo. Ambos responsables del plan ‘Vamos con todo’ con el que se llenaron sus manos de sangre con más de 325 muertos, según la CIDH, entre ellos, el periodista Ángel Gahona; más de 100.000 exiliados, miles de heridos y medios de comunicación como 100% Noticias y Confidencial confiscados».

Hoy día Lucía desde Costa Rica, país en el que reside y labora para un medio digital, sigue su lucha desde la trinchera del periodismo, confiada que más pronto que tarde el sanguinario Daniel Ortega y su cómplice esposa sean depuestos del poder y retorne la ansiada democracia que clama el pueblo nicaragüense.

Por último, evoca una sabia frase pronunciada por doña Chica (Francisca Ramírez) en una entrevista “hay un pueblo que no tiene gobierno y un gobierno que no tiene pueblo”, así estamos tras  años de lucha cívica y de resistencia.

¿Por qué se perpetúan algunos dictadores?

Es recurrente ésta pregunta y la respuesta es «porque se alimentan a sí mismas por la vía de la desconstrucción institucional mediante la sumisión, la irresponsabilidad y la anarquía social que interactúan de manera contradictoria y simultánea.

Otras razones son: «La ausencia de contra poderes que permitan establecer límites al ejercicio del poder;  la imposibilidad institucional para que los opositores logren ser gobierno; las limitaciones a los derechos básicos: libertad de expresión, libertad política, libertad económica y el ejercicio arbitrario del poder en beneficio propio, de un grupo, clase o minoría que sostiene el sistema frente al imperio de la ley del Estado de Derecho; la intolerancia: para el régimen, quienes piensan diferente son vistos como cualquier cosa menos como gente.

Eruditos politólogos expresan que la perpetuación del autoritarismo, tiene su arraigo en una cultura social e individual cuyos inductores son los siguientes: «el miedo y el terror; la impunidad;  la corrupción; la colaboración y la complicidad; la indolencia y la indiferencia; la anti política y la anarquía social y, por último, el comportamiento evasivo: “si no lo hago yo, otro lo hará”.

Un gobierno no puede ser catalogado como democrático, por el sólo hecho de haber ganado las elecciones. La elección libre y competitiva de un gobernante es un fundamento de la democracia, pero no es suficiente para que una vez que empiece a gobernar se le siga llamando democrático. Hitler fue elegido por el pueblo alemán en elecciones libres, pero sus actuaciones posteriores hicieron perder a su gobierno el carácter democrático y convertirse en una dictadura. Cuando un gobernante elegido democráticamente empieza a socavar las instituciones democráticas y republicanas mediante las cuales fue elegido, concentra todos los poderes en su persona, censura a los medios de comunicación y reprime a la oposición, deja de ser democrático.

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