Por Javier Vivas Santana

El ser humano sigue avanzando en los prototipos de la llamada posmodernidad, pero esos avances están originados en el medio de sendas complejidades que unidas entre lo biológico, lo político y lo tecnológico, amenazan con mantener el equilibrio ambiental, societario y geopolítico en los distintos continentes. Las llamadas guerras comerciales, junto con los efectos de la nuclearización de algunas naciones, y los factores y elementos ideológicos que han generado diversos movimientos políticos en espacios de Europa, Asia, Norte-América y América Latina, ha conllevado a que solo un pequeño grupo de estos nos amenace con aplicar sus criterios y principios de desarrollo tecnológico, no solo con el dominio informático, sino de hegemonía financiera que se mezcla sobre los llamados aspectos de cuarta generación.

Tales formas de dominio centradas en el conocimiento de la llamada cuarta generación buscan conjugar e imponer un único cauce de espacios para los denominados sistemas políticos hegemónicos tanto en Occidente como en Oriente. Así vemos que cuando en pequeños países o sin una nomenclatura económica de poder financiero surgen genios de la ciencia, y máxime de la tecnología, estos por lo general terminan siendo parte de los equipos científicos del grupo hegemónico que controla el denominado 5-G (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Unión Europea y Japón) en tal campo de los descubrimientos, especialmente en el plano tecnológico.

Es decir, que así como en el siglo XX las mentes más lúcidas y brillantes estuvieron al servicio de los grupos reducidos del poder político, tampoco es menos cierto que algunos de esos Estados que resultaron espacios natales de esos grandes investigadores y científicos, fueron perseguidos por sus ideas y formas de pensar, y también porque no fueron suficientemente comprendidos en sus teorías y formas de pensar en sus tiempos históricos.

En efecto, decir el cómo Albert Einstein o Hannah Arendt, el primero genio de las ciencias físicas y la segunda una excepcional pensadora de las ciencias sociales, ambos terminaron siendo grandes aliados del conocimiento de países ajenos de sus espacios de nacimiento, y en especial de fuerzas extranjeras que también han impuesto sus controles y dominios geopolíticos, revela que todavía la ciencia sigue subyugada al voluntarismo político, y en determinadas ocasiones ésta sucumbe ante dicho poder, lo cual termina por perjudicar no sólo el desarrollo de las naciones, sino de la propia humanidad, porque en definitiva, mientras los grandes alcances, descubrimientos, diseños y creaciones de valiosos hombres y mujeres son monopolizados por las grandes corporaciones que a su vez contratan a esos pensadores, seguiremos viendo el cómo las desviaciones del quehacer científico serán parte de una historia tecnológica que continuará movida por una lógica del capital, que a su vez termina por multiplicar sus debilidades humanas, ante quienes desde el poder político no les importa que ese conocimiento incluso sea colocado para la explotación y sumisión de otros pueblos, o peor aún, al servicio de la guerra.

El desarrollo tecnológico que nos ha llevado a la creación de la informática, la sistematización, el habla inteligible, la inteligencia artificial, la ingeniería satelital, la neomedicina (más en tiempos de covid-19), la cibernética, las telecomunicaciones, a pesar de que se han democratizado como en el caso de la última de las mencionadas, la mayoría de ellas siguen siendo restringidas para las élites que mueven ese dominio tecnológico, y que simultáneamente están asociadas con los grandes intereses de las corporaciones y multinacionales que cuentan con la aprobación de los ejes del poder político, lo que se traduce en enormes retrocesos para la consolidación de la paz mundial, y para la erradicación de los desequilibrios ambientales, económicos y sociales que todavía son parte de la llamada humanidad.

Quienes tratan de explicar la filosofía y la historia contemporánea buscan articular sus experiencias personales ante la realidad circundante. Filósofos del nivel de Confucio o Sócrates en sus tiempos, fungieron como guías y orientadores de sus seguidores a partir de sus distintas vivencias, caso contrario no hubiesen podido comprender y menos hacerse entender en términos de política.

Los sujetos sociales parten de analizar los entornos sociales. De esa manera Karl Marx, Friedrich Nietzsche, Rosa de Luxemburgo, Antonio Gramsci, Hannah Arendt, Michel Foucault, Gilbert Durand, entre otros, lograron construir realidades y diferenciar los campos que envuelven y estructuran sobre las capas sociales, que a su vez son las originan los fenómenos y estructuras políticas que son propias de los Estados modernos, y que en esta parte de la historia ha sido una alteración biológica que ha colocado en evidencias las debilidades de un planeta entre el devenir de las economías, el control político y militar, y la existencia de los seres humanos.

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