Gerardo Blyde: En semanas comenzará la segunda fase de la negociación
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El pasado viernes 9 de julio, el señor Gerardo Blyde, una vez de regreso de su corto periplo que lo llevó a Estados Unidos y Europa con el fin de explicar los alcances del Acuerdo de Salvación Nacional (ASN), dejó escapar unas cuantas pistas de lo que se viene presuntamente manejando entre representantes del régimen de Nicolás Maduro y personeros de la oposición democrática.

Lo primero que llama la atención es la referencia hecha por Blyde a unas “negociaciones”, que, según, ya llevan varias semanas en curso. Este dato es interesante si nos atenemos a la opinión generalizada y simple razonamiento de que conversaciones entre los dos factores en pugna aun no habrían comenzado formalmente. Es justo suponer entonces que tras bastidores se han estado tratando asuntos que poco a poco se irán develando.

Por ejemplo, Blyde nos habla de lo que él llama un proceso de “pendulación” casi a punto de finalizar, durante el cual se habría negociado ya una agenda de temas a discutir entre las partes una vez se sienten frente a frente, y sobre la cual mostró su complacencia, agregando que no estaba autorizado para ofrecer detalles. Esta etapa preliminar de acercamiento del proceso de “pendulación” ha contado, según Blyde, con la facilitación del gobierno de Noruega, y el apoyo reciente por parte de Estados Unidos y Europa, que fue precisamente uno de los objetivos de la misión por él encabezada.

Las declaraciones de Blyde no parecieran tener correspondencia alguna con la percepción que se tiene de un régimen que nunca ha mostrado voluntad alguna de llegar a un arreglo político. Y es que ciertamente resulta difícil digerir que un acuerdo, así sea sólo sobre una agenda de discusión, esté prácticamente finiquitado, conociendo la naturaleza de un régimen engañoso y manipulador que ha utilizado siempre los amagues de negociación como una forma de ganar tiempo y dividir a la oposición democrática.

En todo caso, Blyde aseguró que en unas semanas comenzaría la segunda fase de las “negociaciones”, versión que tiende a concordar con fuentes según las cuales los primeros contactos entre las partes tendrían lugar el próximo mes de agosto, en alguna localidad de México. Mucha seguridad, pues, mostrada por Blyde quien a lo largo de los últimos tiempos ha acompañado la tesis de su otrora compañero de Primero Justicia, Henrique Capriles, y varios más, que han apostado a la necesidad de negociar con el régimen los términos de un arreglo pacífico y a la participación en los procesos electorales bajo la fachada de su lucha por mejores condiciones. Una tesis por cierto apartada de las aproximaciones originales de reserva que le hemos conocido a Juan Guaidó, aparentemente inmerso en una disyuntiva que lo pudiera hacer caer en el mismo despropósito.

De todo este contexto descrito por Gerardo Blyde surgen una serie de contradicciones y dudas que muy bien convendría abordar. Por un lado, hablar de unas negociaciones como las planteadas nos lleva directamente a los términos del Acuerdo de Salvación Nacional presentado por el propio Juan Guaidó, y promovido durante la gira reciente por Estados Unidos y Europa. Este acuerdo habla de un enfoque integral en términos de negociaciones, sobre todo en lo que respecta al tema electoral. Esto quiere decir que tanto las elecciones parlamentarias, como las locales y regionales, y, de manera más importante, las presidenciales, deberían formar parte de una misma negociación.

Blyde refiere que en el comunicado conjunto de la UE, Estados Unidos y Canadá del pasado 25 de junio, los gobiernos de esos países convienen en estar dispuestos a levantar ciertas sanciones si durante el proceso de negociaciones se lograban metas importantes, y que si ello no ocurría la situación continuaría como hasta el presente. Lo que no mencionó el señor Blyde es que en el mismo comunicado ya se habla como un hecho casi cumplido la celebración de los comicios locales y regionales programados para el 21 de noviembre de este año, al instar a que se aseguren condiciones electorales conforme a los estándares internacionales de democracia, comenzando con estas.

La Declaración conjunta (Canadá, Estados Unidos y UE) habla de un proceso de negociación integral, con plazos concretos y que permita a los venezolanos expresarse políticamente a través de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales, inclusivas y transparentes. Una aproximación similar, como ya decíamos, a los términos del Acuerdo de Salvación Nacional promovido por Guaidó.

Nos preguntamos entonces si en la agenda negociada que nos asomó en clave Gerardo Blyde se encuentra el tema de las ya programadas elecciones regionales. Todo pareciera indicar que la respuesta es no, a juzgar por el comunicado conjunto ya referido y por la presencia en Caracas durante estos días de una misión técnica de la Unión Europea que habrá de evaluar las condiciones mínimas necesarias para eventualmente recomendar el envío de observadores electorales. Movida esta que paradójicamente convalidaría la convocatoria de unas elecciones por parte de un Consejo Nacional Electoral designado por una Asamblea Nacional írrita que Estados Unidos, Canadá y Europa han desconocido de manera formal, pública y comunicacional.

Debemos insistir en estas líneas que las elecciones regionales pautadas para el próximo 21 de noviembre responden a un proceso bien calculado que debe ser abortado a toda costa. Representan una jugada más y repetida de un régimen forajido e inescrupuloso cuyo propósito es relegitimarse aprovechando la desesperanza y confusión de un pueblo más pendiente de sobrevivir el día a día, y la debilidad de una comunidad internacional que no termina de entender la naturaleza criminal y amoral de un gobierno de facto sobre el cual todavía no pesa la presión suficiente que lo obligue a negociar, si fuera el caso, los términos de un cambio político.

Mientras tanto, Gerardo Blyde puede estar contento. Después de todo, la tesis europea de Josep Borrell se sigue imponiendo: menos sanciones y la celebración de procesos electorales garantes del estatus quo vigente.

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