“Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes. Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber. Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla. Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano”, Confucio.

Para las personas con capacidad de afrontar la adversidad —el caso de 90% de los venezolanos— no existe una vida dura, sino tiempos difíciles; y así lo demostraron nuestros compatriotas este memorable 22 de octubre de una manera diferente de ver el mundo. Son conscientes de que a Venezuela retorrnará y reinará la calma, que se impondrá la civilidad, la educación, sobre la barbarie, sobre la rapiña. Tanto es así, desconcertante a veces, que estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos obligan a preguntarnos cómo es posible que después de todo lo que han pasado, de tantas penurias, muertes a destiempo de seres de la misma sangre, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios, es que así somos los de aquí… Nunca dejó de pensar en un ambiente más humano, en no ser un emigrante, un expatriado, un beduino de las zonas desérticas de África; siempre tuvo su mirada fija en la caza de la libertad.

Varias decenas y multitudinarias marchas de protestas en búsqueda de la democracia. Calles regadas de cadáveres por todas partes. Víctimas por las balas de la represión. Cárceles repletas de compatriotas torturados, vejados, violados. Viviendo de los desperdicios en una pelea a muerte con los zamuros por unas migajas cualquiera para mitigar el hambre. Este ha sido el forcejeo de un cuarto de siglo injustamente incomprendido por muchos indiferentes que se saludan de lejos con la muerte. Quienes jamás han asistido siquiera a una protesta en su vecindario. Críticos implacables, habladores de tonterías dentro de un cuarto oscuro. Afortunadamente estos fueron los menos. Con base en lo planteado unas pocas líneas más arriba, vimos deslumbrados cómo millones de venezolanos de todas las condiciones sociales, sin diferencias, como uno solo, como las manos entrelazadas de María Corina y Andrés Velásquez pasada la medianoche del lunes veintitrés, y la Comisión Nacional de Primaria daba lectura al primer boletín donde anunciaba la atronadora cifra que declaraba de manera terminante, categórica, que María Corina Machado (MCM) es la líder oficial escogida por voluntad mayoritaria, en elecciones abiertas, libres, pulcras, como la candidata que nos representará en las elecciones presidenciales que se realizarán en el segundo semestre del año 2024 para enfrentar el candidato del régimen de Nicolás Maduro.

¿Con relación a las inhabilitaciones qué ocurrirá? Después de lo acaecido el domingo 22, el gobierno del presidente Joe Biden hizo saber al régimen de Nicolás Maduro que quería una respuesta favorable sobre los presos políticos y las inhabilitaciones antes de que finalice el mes de noviembre. De lo contrario continuarán las sanciones. Estas negociaciones en el fondo se comportan como las bolsas CLAP. Su función es el chantaje más que alimentos de mala muerte. Por cierto, nunca tuve la curiosidad intelectual de conocer qué significan las famosas siglas CLAP hasta que se me ocurrió titular el artículo de hoy haciendo uso de ellas. La palabreja, quizá clasificarla de esa manera no se ajusta a la verdadera acepción por el uso que ha tenido, pero sí vale bajo el sentido despectivo que es esencialmente mi intención. Pues, tal cosa traduce: Comités Locales de Abastecimiento y Producción; demasiado ostentosa la abreviatura para tan poca cosa, pero que pudiera funcionar como un arma letal cuando es disparada desde el territorio de Estados Unidos.

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