“Lo mejor es hacer el indio” (NICANOR PARRA)
Parece lógico que la gente haya dejado de tener fe. El tiempo pasa y nosotros sobrevivimos al correr de los minutos, las horas y los días mientras el reloj invisible que llevamos dentro siga latiendo y/o algún agente externo nos permita seguir a este lado de la frontera. Nos cuesta entendernos. No nos ponemos de acuerdo en casi nada. El mundo es un pañuelo o la imagen de un pañuelo diseñada en una pantalla por un individuo pegado a una silla.
Digo esto porque hace unas semanas pasó algo raro, excepcional. Lo que sucedió rompe las reglas de toda lógica, aunque es cierto que “impossible is nothing”, dicho de otro modo, nada es imposible. El caso es que se dio la coincidencia inaudita de repetición de una serie de números en un sorteo de lotería celebrado todos los días. Se trata de la Bonoloto. El pasado 9 de marzo, que fue jueves, los números premiados de la serie del sorteo fueron estos: 8, 21, 23, 40, 43 y 47. El número complementario fue el 26 y el número del reintegro fue el 7.
El sábado 11 de marzo, es decir, justo dos días más tarde, la combinación ganadora resulta ser: 8, 21, 23, 28, 40 y 47. Raro, ¿no? Solo escapa el número 28 en el resultado (“Polémica con la bonoloto: sorteo prácticamente igual tan sólo dos días después”; Diario de Cádiz, 13.3.2023)¹. Hombre, podría tratarse de una casualidad, claro que sería una casualidad muy curiosa, sobre todo teniendo en cuenta que aquí está en juego mucho dinero. El acertante que consiga los 6 números puede considerarse afortunado. Bueno, las casualidades existen. Yo creo que sí.
Me fastidia el hecho de ser uno de los participantes de este sorteo y me fastidia saber que no he acertado ni los 6 números ni 5 ni 4 ni 3. Solo se gana algo, muy poco, a partir de acertar 3 números o el reintegro. Pero, señores (y señoras), esto es lo que hay. Las nuevas tecnologías, el Chat GPT, la I.A, los coaches emocionales, las fake news, los smartphones, el lenguaje de las siglas, la vida virtual, los intermediarios, la falta de principios éticos y modales, la prisa y la mala educación hacen posible el engaño y la trampa. No sé qué pensar, podría ser simplemente que las leyes de la probabilidad estaban de muy buen humor ese día y quisieron echar un baile y unas risas. Si ha pinchado el enlace de la noticia, habrá visto cuáles fueron el número complementario y el reintegro del sábado 11 de marzo.
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¹diariodecadiz.es/Polémica-bonoloto/