Por Ana Magdalena López Moreno

La transformación curricular de las políticas públicas educativas, exhortan a los docentes integrales a enriquecer su formación en la educación para las artes como área del conocimiento, que conforma el currículo escolar en construcción, en el marco de la calidad educativa venezolana, por lo que es pertinente hacer llegar esta realidad a la comunidad en general.

En tal sentido, y una vez que hemos elaborado el plan de acción, sobre la propuesta de orientaciones metodológicas para la formación permanente del docente, en el área de artes plásticas hacia el logro de una educación integral de calidad, el cual como tópico de estudio, ha sido tradicionalmente objeto de una explicación suplementaria, al recibir distintas interpretaciones de su significado. Igualmente, desde la percepción de los educadores, hay que llevar ese plan de acción hasta la praxis, poniendo en evidencia que se trata de una vivencia real y explicable, pero no vista como área imprescindible, sino como un importante conocimiento que complementa el tiempo y el espacio en el aula como parte del proceso pedagógico.

Asimismo, en esa construcción de artes plásticas se hace necesario el acercamiento con diversas técnicas, entre las cuales podemos mencionar: el dibujo, la pintura y el modelado, especialmente por la trascendencia y derivaciones que representan y trastocan los conocimientos en esta área del pensamiento abstracto.

Partiendo de la óptica de la formación docente y permanente, señalado en la Ley Orgánica de Educación (2009), el profesional de educación integral, ha señalado cómo le afecta dicho evento en el desempeño de sus funciones. Las competencias profesionales que adquiere un docente a lo largo de su carrera universitaria, quien una vez graduado y en el campo laboral debe aplicarlas en su ámbito de trabajo, sumado al acervo de experiencias y vivencias que trae consigo, han dejado clara evidencia de su debilidad, cuando sin suficiente preparación en el campo de las artes plásticas, tiene que enfrentarse ante un diseño curricular de educación primaria descontextualizado con los contenidos de la carrera que fueron objeto de estudio, durante el tiempo de sus estudios universitarios.

Es por ello, que sería plausible en todas las instituciones universitarias que dictan la carrera de educación, profundizar en la teoría de las artes plásticas implementando constantes episodios de práctica, es decir, revisarla, estudiarla e integrarla de manera coherente al pensum de estudio, para que así pueda cumplir con los legados constitucionales donde claramente expresa en sus artículos los derechos culturales y educativos, así como la educación integral de calidad, creativa, artística, e innovadora, lo que obliga al educador a modificar su entorno cultural inmediato, con la puesta en práctica de sus competencias, creatividades, habilidades y destrezas, que han sido adquiridas y desarrolladas a lo largo de su carrera universitaria.

Queda demostrado que los docentes tienen la disponibilidad de cumplir con los preceptos culturales y, sobre todo con las políticas educativas cuando disponen que la educación es integral y de calidad. Además, los docentes integrales han tomado conciencia de los beneficios de las artes plásticas para los niños y niñas, entendiendo que éstas facilitan la comunicación visual y permite a los estudiantes plasmar sentimientos y pensamientos, consolidando el lenguaje como herramienta expresiva y, el desarrollo de la motricidad fina, que genera potencialidades, que a su vez representan una manera de inculcarles a los educandos, hábitos y valores importantes como la disciplina, la responsabilidad, la cooperación, la solidaridad, la reciprocidad y el amor.

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