• Si en vez de “Liberté, Egalité et Fraternité ou La Mort”, los líderes franceses hubieran exigido que la monarquía se retirara de manera “pacífica”, ¿habría habido Revolución francesa?
  • Bolívar ¡Españoles y canarios contad con la muerte… aún siendo inocentes! “Ni en boca de Alarico o Atila el mundo había oído tamaño grito de destrucción y muerte”: Aníbal Galindo, historiador colombiano
  • ¿Somos un país donde predomina la violencia?

Solo dos países del mundo superan a Venezuela en la tasa anual de homicidios, Honduras y El Salvador. Conforme al Observatorio Venezolano de Violencia cada día de 2019 murieron 14 niños y jóvenes de forma violenta, 6 por «la acción letal de funcionarios policiales». En total ese año se registraron 16.506 muertes violentas, una tasa de 60,3 homicidios por cada 100.000 habitantes. El mismo año en Japón hubo una muerte violenta por cada 400.000 habitantes. En los 20 años del régimen bolivariano alrededor de 350.000 venezolanos han muerto de forma violenta, siete veces las bajas americanas en Vietnam. Una cifra cercana a los soldados americanos que murieron durante la Segunda Guerra Mundial.

James Kimmel, profesor de psiquiatría de Yale e investigador de la violencia, sostiene que los efectos de agravios o resentimientos en el cerebro son muy semejantes al de las drogas. De hecho, los estudios de imágenes cerebrales muestran que albergar un agravio, erróneamente percibido o una injusticia, real o imaginaria, activa el mismo circuito de recompensa neuronal que los narcóticos. ¿Activa el mismo circuito neuronal de los líderes bolivarianos el éxodo de millones de venezolanos? Otra forma de violencia.

Los venezolanos de esta república bolivariana estamos acostumbrados a reverenciar a Bolívar sin caer en cuenta que glorificamos a un guerrero, uno de los más violento de la historia del continente. La independencia que Bolívar lideró le costó a Venezuela en vidas humanas casi la mitad de su población.  ¡Españoles y canarios contad con la muerte… aun siendo inocentes! El historiador colombiano Aníbal Galindo comentó: “Ni en boca de Alarico o Atila el mundo había oído tamaño grito de destrucción y muerte”. Las guerras que sucedieron a la Independencia de Venezuela no fueron diferentes.

El «diálogo» noruego

El Peace Research Institute de Noruega, el país que promueve el diálogo con Maduro, sostiene que la violencia tiene lugar «cuando alguien es forzado a estar en una situación peor de lo que en general podría haber estado». Según los pacifistas noruegos los venezolanos vivimos en estado permanente de violencia. No obstante, es irónico que cuando se trata de una salida de este régimen ilegítimo y violento la retórica opositora y los pacifistas de Noruega, en general, acuden al batiburrillo ese de “la vía democrática, pacífica y constitucional”.

No siempre Noruega fue tan obstinadamente pacifista, en circunstancias históricas semejante a la nuestra. Para enfrentar al gobierno ilegítimo de Vidkun Quisling, no fue precisamente el diálogo lo que los motivó a salir del usurpador cuyo apellido devino para los noruegos en sinónimo de traición. Quisling fue un militar noruego, político y colaborador nazi que encabezó ilegítimamente el gobierno de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial. «Milorg» (abreviatura por «militær organisasjon» – organización militar) fue el principal movimiento de resistencia noruego a Quisling. El trabajo de resistencia de «Milorg» incluyó la recopilación de inteligencia, sabotajes, misiones de suministro, redadas, espionaje, el transporte de mercancías importadas al país, la liberación de prisioneros noruegos y la escolta de los noruegos que huían por la frontera hacia la neutral Suecia. Esta resistencia «Milorg» contribuyó con los ingleses en la destrucción del más poderoso buque de guerra alemán, el Bismarck.

Historia y violencia

Ian Morris, profesor de Historia de la Universidad de Stanford, en su obra Conflict and the Progress of Civilization from Primates to Robots, sostiene que los conflictos están indisolublemente ligados al progreso de la humanidad y que en el fondo la guerra es siempre una forma de hacer el mal en la esperanza de que al final prevalezca el bien. El autor documenta que, en 10.000 años de historia, ha habido circunstancias que generaron conflictos productivos e improductivos. En algunos casos tan productivos que transformaron la vida humana. El Imperio Romano impuso la Pax Romana en Europa por 200 años y con esta pacificación sobrevino un desarrollo económico y cultural que creció por siglos hasta que su colapso les abrió paso a las guerras improductivas de la Edad Media. Desde la antigua Roma se ha discutido la doctrina de la “guerra justa” (bellum iustum). Para Santo Tomás de Aquino, el filósofo y teólogo, la “bellum iustum” se justifica cuando se libra como una última opción, una vez agotados el diálogo y las negociaciones.

Por miles de años -argumenta Morris- soldados profesionales, diplomáticos y estrategas han desarrollado principios que tratan de explicar cuándo la fuerza tiene que ser usada para resolver disputas y cómo debería ser usada más efectivamente. La Segunda Guerra Mundial fue el más horroroso y sangriento conflicto de la humanidad, no obstante, los años que siguieron a la derrota del nazismo fueron los más productivos y de mayor progreso económico, educativo, cultural y científico en la historia de la humanidad.  La historiadora Margareth MccMillan en su reciente obra War–How Coflict Shaped Us sostiene que en esencia la guerra es “violencia organizada”. La guerra, dice la autora, está llena de paradojas. Es no solo violencia organizada, es quizás la más organizada de todas las actividades humanas y el origen de gran parte de la exitosa organización de las sociedades. Es horrible pensar que tengamos que matar a nuestro semejante, pero al mismo tiempo ¿qué mayor altruismo existe que dar la vida por tu semejante?

La violencia productiva

Mientras los países de América Latina, después de sus independencias, se debatían en constantes guerras intestinas improductivas se quedaron rezagados rumiando su atraso y quejándose del “coloso del norte”. Este mientras tanto se convirtió en una potencia de primer orden mundial por medio de la violencia productiva. Cuando se trata de guerras productivas y uso de la violencia, con la excepción de Vietnam, en cada conflicto en los que ha participado Estados Unidos, no solamente ha salido triunfante sino exponencialmente más poderoso. Con frecuencia los latinoamericanos reclamamos sobre cómo nos ha explotado Estados Unidos. En realidad, Estados Unidos ha sacado ventajas astronómicas en sus relaciones con el Imperio Británico, el Imperio Napoleónico, el Imperio Español, la Alemania Nazi, la Unión Soviética y América Latina. Resultado de una exitosa violencia productiva y una hábil diplomacia.

Los musulmanes invadieron la península ibérica y siguieron a Francia, donde fueron bloqueados por católicos en la Batalla de Tours en 732. Siglos más tarde, el líder otomano, Suleiman el Magnífico, fue también detenido a las puertas de Viena por ejércitos cristianos. Sin estos dos actos supremos de violencia cristiana las catedrales de Europa hoy ostentarían los minaretes que ornamentan las mezquitas.

¿Somos violentos? Macmillan abre su tratado del conflicto con una breve nota de su visita al Museo de Arqueología del Tirol, Austria, donde se encuentra momificado el cuerpo conocido como Otzi, “el Iceman” (Hombre de Hielo) que vivió alrededor del siglo 3.300 antes de Cristo, antes de que se levantaran las Pirámides o Stonehenge. Como resultado de la tecnología forense se pudo determinar su última comida en el estómago y que sus ropas eran de lana y cuero. Una cesta de madera contenía un hacha con la cabeza de cobre, un cuchillo, partes de un arco y varias flechas. Por años se asumió que era un pastor perdido que sucumbió ante una tormenta e imperturbable permaneció allí por unos 5.300 años.

Una superior tecnología más reciente ha podido precisar que Otzi, el “Iceman”, recibió el impacto de una flecha en el hombro derecho, su cabeza fue golpeada y su cuerpo escoriado y amputado. Señales de sangre en su cuchillo y en sus flechas indican que se debatió e hirió o mató a su o sus atacantes.

Hace 5.300 años…

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