Teniendo en el horizonte la realización de unos comicios presidenciales, no se observa de parte del régimen una actitud de apertura política para descomprimir el ambiente, garantice un proceso justo, libre y competitivo. Sucede, exactamente, lo contrario. Se han venido tomando medidas, anunciado otras que se traducen en la clausura de algunos de los pocos espacios de pluralismo existentes y en la profundización de la deriva totalitaria:

  1. Continúan detenidos por razones políticas y de conciencia cerca de cuatrocientos ciudadanos; la reciente liberación y destierro del general Rodríguez Torres es un acto aislado, quizá un gesto hacia el sector militar participante del 4F. No hacia la concordia y el respeto a los derechos humanos
  2. Ha escalado la campaña de amedrentamiento y cierre de medios de comunicación independientes. Se han sacado del aire usando diversos expedientes a trescientas emisoras de radio en todo el país, sobre todo en zonas donde son el medio principal (a veces único) de información de la ciudadanía. Se continúa persiguiendo a El Nacional como institución y a sus periodistas de investigación, igual sucede con otros portales y sus trabajadores.
  3. En el Parlamento usurpador se ha aprobado en primera discusión una ley cuya finalidad es erosionar, debilitar, controlar la acción de las organizaciones no gubernamentales.
  4. El vicepresidente del PSUV anuncia la presentación de un proyecto de ley para inhabilitar de por vida a cualquier dirigente político si se considera que su acción y mensaje atenta contra la patria.
  5. Se anuncia desde el oficialismo el cambio de la junta directiva del CNE sin exponer razón alguna y pasando por alto que a esa directiva no se le ha vencido el período de gestión.
  6. Hace un tiempo, Maduro y Diosdado amenazaron con el adelanto –acción ilegal e ilegítima por demás- de la fecha de las elecciones presidenciales. Luego, el tema pareció haber sido archivado. Sin embargo, existía la presunción de que no lo descartaban definitivamente de que pareciera estar congelado esperando ser reactivado cuando se considerara conveniente; y eso ocurrió la semana pasada cuando Diosdado volvió a amenazar con la posibilidad del adelanto.
  7. El proceso de negociación por decisión del chavismo está en el limbo. Lo cual, no necesariamente, signifique ausencia de contactos, pero sin avances en el tema político.

El régimen se comporta de esta manera por su vocación dictatorial. Porque está dispuesto a hacer lo que sea para garantizar su permanencia en el poder. Siente que domina la situación, conserva la iniciativa política e impone la agenda; y porque es innegable que su situación internacional ha mejorado sobre todo en América Latina. Calcula que por un tiempo (y acierta en el cálculo) los costos a pagar por su actitud son más bajos que las ganancias inmediatas a obtener.

De lo expuesto puede concluirse que Maduro pareciera en su desesperación por mantenerse en Miraflores asumir a la venezolana la hoja de ruta, las formas y métodos de Ortega en Nicaragua.

Elevarle los costos al régimen tanto adentro como afuera es la manera de impedir el éxito de tan nefasto plan para el país. Para ello hay que hacer lo que todo el mundo sabe. No hay que inventar nada.


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