– El pasado miércoles, el presidente Joe Biden; el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson y el primer ministro australiano, Scott Morrison, anunciaron una nueva alianza de defensa (AUKUS) que proporcionará a Australia nuevos submarinos fabricados en Estados Unidos de propulsión nuclear a un costo que podría alcanzar 100.000 millones de dólares

– El pacto AUKUS, que deja por fuera a una ambigua Unión Europea, es un claro desafío para China y una profundización de los lazos militares entre los más cercanos aliados de Estados Unidos por más de un siglo

– Todo esto alienta la controversia sobre cuál es y será la verdadera superpotencia. Una disputa que ocupa todos los niveles geoestratégicos e intelectuales de la comunidad internacional. De ello dependerá la extensión o un cambio radical del futuro político y cultural del mundo que conocemos

– ¿Por qué existe la percepción de que Estados Unidos es débil en ejercer influencia en asuntos internacionales como Corea del Norte, Crimea o Venezuela?

Ante la alianza AUKUS, la reacción de China fue inmediata. Advirtió que ese acuerdo perjudicará la “paz y la estabilidad regional” y que solo servirá para alentar una “carrera armamentista” en Asia-Pacífico que  “perjudica la paz y la estabilidad regionales”. Una «puñalada en la espalda» y algo que se podía esperar de Trump acusó Francia la alianza de Biden. Hasta el día del anuncio del pasado miércoles se suponía que Francia sería la suplidora de los submarinos a Australia, pero Biden se los arrebató en silencio y por sorpresa. El contrato podría alcanzar 100.000 millones de dólares y el temor es que esta alianza amenace las asociaciones chinas del Indo-Pacífico. Asuntos Exteriores de Francia calificó la maniobra de Biden como una traición, pero en realidad es puro realismo político. La Unión Europea ya había presentado su propia estrategia Indo-Pacífico colocándose en una posición ambigua en el enfrentamiento estratégico Estados Unidos/China. Scott Morrison calificó la alianza como la más dramática decisión estratégica de Australia en una generación.

Este nuevo pacto trae de nuevo al tapete internacional la pregunta: ¿Cuál es la verdadera superpotencia? ¿Estados Unidos o China? El profesor de Harvard, Michael Berkley sostiene que geográficamente Estados Unidos es un centro económico natural y una fortaleza militar repleta de recursos. Sus vías navegables y puertos son más numerosos que el resto del mundo combinado. Sus únicos vecinos son dos países aliados Canadá y México. China, por el contrario, ha consumido casi todos sus recursos naturales y está rodeada de diecinueve países, muchos de los cuales son hostiles o inestables, diez de los cuales todavía reclaman partes del territorio de China como propio.

Demográficamente, Estados Unidos es la única nación del mundo a la vez grande, joven y altamente educada. La fuerza laboral de Estados Unidos es la tercera más grande, la segunda más joven, la mejor entrenada, con más años de escolaridad y la más productiva entre las principales potencias.

China, por el contrario, perderá por causa de retiro a 200 millones de trabajadores durante los próximos treinta años y añadirá a su economía 300 millones de personas mayores en retiro. Los trabajadores chinos producen seis veces menos riqueza por hora  en promedio que los trabajadores estadounidenses. Más de dos tercios de los trabajadores de China carecen de educación secundaria y un tercio de los jóvenes que ingresan a la fuerza laboral tienen un coeficiente intelectual por debajo de 90 como resultado de desnutrición, atención sanitaria deficiente y contaminación.

Es la economía…

Ian Bremmer, analista de Eurasia Group y profesor de Geopolítica de la Universidad de Columbia define como una «superpotencia» a un país que ejerce suficiente poder militar, político y económico para convencer a las naciones del mundo que hagan cosas que de otro modo no harían. Agrega que algunos expertos se han apresurado a etiquetar a China como la próxima superpotencia. También lo han hecho muchos estadounidenses comunes.

En efecto, la economía de China ha crecido a un ritmo impresionante. Pero no es sólo el tamaño de una economía lo que importa, también es la calidad, dice Bremmer. Poco del dramático crecimiento económico de China llega a los bolsillos de los consumidores chinos. La suya es el subproducto de una economía impulsada por masivas empresas estatales sin lugar para la iniciativa privada. El crecimiento general de China puede ser mayor, pero la economía estadounidense, básicamente privada, permite que sus ciudadanos crezcan al mismo ritmo. Y lo que es más importante, la economía estadounidense sigue siendo la piedra angular del sistema financiero mundial. Más de 80% de todas las transacciones financieras en todo el mundo se realizan en dólares, al igual que 87% de las transacciones del mercado de divisas. Mientras el mundo continúe depositando su fe en la moneda estadounidense y en la estabilidad económica general de Estados Unidos su economía seguirá siendo superior.

En Estados Unidos se encuentran 600 de las 2.000 empresas más rentables del mundo y 50% de las mejores universidades del mundo. Estados Unidos cuenta con 68 países formalmente aliados y es el único que puede librar guerras más allá de su región de origen, con 587 bases militares repartidas en 42 países distribuidos en 5 continentes.

Los números muestran el atractivo de este modo de vida americano: 45 millones de personas que viven hoy en Estados Unidos nacieron en un país extranjero. Eso es cuatro veces más alto que el siguiente país con alta inmigración. Para muchas personas en todo el mundo, Estados Unidos sigue siendo el lugar ideal para comenzar una nueva vida y esto vale por los grandes científicos y tecnólogos del mundo. Estados Unidos y su economía atrae a jóvenes inteligentes de todo el mundo y esa afluencia resultante de inmigrantes rejuvenece continuamente su fuerza laboral.

En encuestas recientes, Charities Aid Foundation, los estadounidenses ocuparon el primer lugar a nivel internacional en lo que respecta a ayudar a extranjeros. Este hecho destaca algo objetivo, sus ciudadanos disfrutan de una calidad de vida incomparable.

Supremacía militar

El profesor Michael Berkley comenta que un país seguro como Estados Unidos, sin vecinos hostiles y una economía superior, se puede dar el lujo de hacer cosas estúpidas una y otra vez sin sufrir un castigo severo. Solo un poderoso país como Estados Unidos podría participar en guerras tan dudosas como la de Irak o Afganistán o desencadenar la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión y seguir siendo el país más rico e influyente del planeta y al mismo tiempo conservar el apoyo de la mayoría de las grandes potencias del mundo.

Estados Unidos, se ha demostrado, puede involucrarse militarmente en cualquier región del mundo sin afectar su economía. El costo de la aventura americana en Afganistán fue de 2.000 millones de millones de dólares. Casi todos los países tienen problemas de política exterior en sus fronteras. Rusia, por ejemplo, no puede ignorar la expansión de la OTAN o de la Unión Europea en Europa del Este. Teme al destino democrático de Ucrania. De manera similar, China no puede ignorar los disturbios en Hong Kong, el separatismo en Taiwán, las armas nucleares de Corea del Norte o a cualquiera de los diez países que actualmente reclaman territorio a China.

Como superpotencia aislada de conflictos y sin vecinos hostiles, Estados Unidos tiene mucho más margen para elegir dónde, cómo y en qué temas quiere involucrarse. El escenario más probable de una guerra entre Estados Unidos y China es en Asia a causa de Taiwán. Lejos del territorio de Estados Unidos

Estados Unidos es mucho más poderoso que los más grandes imperios del pasado. Con 5% de la población mundial, Estados Unidos representa 25 % de la riqueza mundial, 35% de la innovación tecnológica mundial y 40% del gasto militar mundial. El historiador de Yale, Paul Kennedy realizó un famoso estudio comparativo de las grandes potencias durante los últimos 500 años y concluyó: “Nunca ha existido nada como esta disparidad de poderes, nada. Estados Unidos es, simplemente, la mayor superpotencia de todos los tiempos».

¿Declina el poder de Estados Unidos?

¿Por qué cree que existe la percepción de que Estados Unidos es débil de ejercer influencia en los asuntos internacionales como Corea del Norte, Crimea o Venezuela? le preguntan al profesor Michael Berkley. “Una razón, responde, es que la gente asume erróneamente que una superpotencia siempre se saldrá con la suya, así que cuando Estados Unidos falla, es noticia de primera plana en todo el mundo. En segundo lugar, debido a que Estados Unidos es tan poderoso, a menudo intenta hacer cosas ridículamente difíciles como eso de democratizar el Medio Oriente, ganar una guerra contra las drogas, convencer a Corea del Norte de que abandone sus armas nucleares y, por lo tanto, falla más a menudo y de manera más espectacular que países más débiles con objetivos más modestos”.

¿Las causas para una declinación del poder de Estados Unidos? El escenario más probable sería el deterioro interno. Algunas grandes potencias han declinado, pero por divisiones políticas internas y la corrupción más que por el surgimiento de una potencia rival. No es difícil imaginar a Estados Unidos inclinándose por este camino. Las divisiones partidistas han aumentado a niveles no vistos desde la Guerra Civil, el estancamiento se ha convertido en la norma política y los intereses especiales infectan cada vez más a las instituciones estadounidenses. Como resultado, los graves problemas domésticos están empeorando. Aumentan la desigualdad y las tensiones étnicas y culturales. La movilidad ascendente, el espíritu empresarial y la esperanza de vida están estancados.

Sin instituciones políticas que funcionen, estos problemas podrían salirse de control.

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