El régimen de Maduro anunciaba el pasado lunes la llegada de  una “brigada de médicos cubanos especializados en situaciones de desastres y graves epidemias” que ayudaría a combatir el coronavirus, adiestrando a su personal (el cubano instalado en Venezuela) y ayudando a sus “colegas venezolanos” a enfrentar al virus. En resumen, se unen al ejército invasor que ya posee el castrocomunismo en nuestro país, en labores de inteligencia y represión, adoctrinamiento y control social.

Sin duda, y aunque la gente en Cuba no tenga acceso a los mismos centros hospitalarios que el régimen ofrece para extranjeros, y tampoco tenga asegurada una dieta balanceada, medicinas o productos de aseo personal, este grupo de “expertos”  designados por la dictadura cubana justifica, como los demás que ya están en el territorio, las cuotas que la tiranía paga a la Revolución cubana para que siga existiendo.

Mucho se ha escrito sobre la infiltración del régimen cubano en Venezuela, y su injerencia y participación directa en instituciones y organismos del Estado, pero poco se habla del adiestramiento y formación en inteligencia y represión, que realizan a civiles y militares venezolanos dentro y fuera de nuestras fronteras, y cómo esto ha influido en la ejecución de crímenes de lesa humanidad.

A mis manos llegó el pensum de estudio de la Escuela de Operaciones Psicológicas que se encuentra ubicada cerca de la Escuela de Guerra en Fuerte Tiuna, donde se imparte un curso dividido en 3 módulos con duración de un año y dos meses, para oficiales de la FAN, tropa en grado de sargentos y oficiales de inteligencia. El curso tiene como objetivo que aprendan a manipular a las personas a través de la propaganda política, terapias de choque, manipulación y adiestramiento en comunicaciones. Durante 7 de los 14 meses que dura este adiestramiento, los “alumnos” son formados por oficiales cubanos e iraníes, recibiendo el enfoque desde estas dos perspectivas y como deben aplicarlo a la población civil. Sus pasantías las hacen en Instituciones públicas y centros comunitarios, pero también, en países “amigos” del régimen.

Otros cursos que se imparten en todo el país que denominan «Terapia de choque», tienen el objetivo de formar a los cursantes en técnicas de torturas físicas y psicológicas. Estos cursos son impartidos tanto en Venezuela como en Cuba, a civiles y militares de Inteligencia, miembros de colectivos, oficiales de la FAN, del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y de la División General de Contrainteligencia Militar (Dgcim).

También la inteligencia cubana realiza comisiones mixtas cada 3 meses con oficiales venezolanos  en todas las Regiones de Contrainteligencia Militar (RCIM) del país, para monitorear dichas unidades, llevar métodos de espionaje y seguimiento, y sobre todo, continuar con el adoctrinamiento y la siembra de odio a nuestros oficiales en contra de todo aquel que se opone al régimen de Maduro, como mecanismo de control social y territorial.

Los jóvenes del PSUV, la generación de relevo del chavismo encabezada por Nicolás Maduro Guerra (Nicolasito), recibe formación constante en la isla, donde acude frecuentemente con grupos de la Juventud del Partido Socialista (JPSUV) y personalmente, junto a Santiago Morón, maneja una estructura de inteligencia paralela, operando desde la Vicepresidencia de la República. Nicolasito ostenta los cargos de director general de delegaciones e instrucciones presidenciales del vicepresidente, jefe del cuerpo de inspectores de la Presidencia de la República y comisionado nacional de ideología de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela.

De esta manera, los cubanos se aseguran una generación fiel, formada por ellos mismos, dispuesta a seguir órdenes para asegurar la continuidad ideológica y represiva en nuestro país. Para los comunistas, el sometimiento de las masas y el control total de la economía puesto al servicio de su estructura represiva es fundamental, y en Venezuela, han conseguido las puertas abiertas para poner en práctica su doctrina.

Como beneficio adicional, para ejercer la represión, muchos oficiales cubanos poseen credenciales del Dgcim, formando parte de “los acreditados”, conocidos así por precisamente poseer un carnet de ese organismo de inteligencia. En otra entrega les contaré mas sobre estos bandidos, quiénes son, cómo trabajan, y cómo intimidan y persiguen, extorsionan y secuestran, manejan a su antojo la estructura represiva judicial y se enriquecen con el trafico de oro y otras riquezas naturales de Venezuela.

La estructura criminal del chavismo-madurismo y aquellos miembros de la FAN que lo permitieron, pasarán a la historia como la vergüenza y traición más grande que haya tenido nuestro país en toda su historia contemporánea. No solo le quitaron a dos generaciones de venezolanos la oportunidad de progresar y vivir en paz, sino que le entregaron la patria a la dictadura más longeva del continente para que los ayudara a permanecer en el poder, acorralando a su gente, persiguiendo, espiando, reprimiendo, torturando y humillando a sus contrarios y provocando el éxodo bíblico de esta época.

La Venezuela de los Castro y de Díaz-Canel, aquella sometida con beneplácito a sus designios, es hoy una minoría incrustada en el poder a fuerza de nuestras riquezas, armas y corrupción. Ambos regímenes dictatoriales deberán enfrentar la justicia de los hombres, y pagar por sus crímenes, tarde o temprano. Esa deberá ser la misión de todos los venezolanos demócratas y decentes que quieren una nueva Venezuela.


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