«Bienvenidos a la posible nueva América, donde las libertades se ven cada vez más violadas, la economía se ve más afectada y el progreso es más un sueño que una realidad. Bienvenidos a la nueva URSS, solo que, de tercer mundo, con índices de pobreza que suben cada vez más y con representantes que solo nos hacen añorar el pasado”.

Fue con ese mismo párrafo que, en junio de este año, hablé por primera vez de la Unión de Repúblicas Socialistas Sudamericanas y, lamentablemente, en estos 5 meses, la idea de la URSS no ha hecho nada más que fortalecerse. El continente ha decidido vestirse de rojo y no ha habido nadie que haya podido evitarlo.

Los peruanos sabemos que nuestro panorama no mejora. Estamos terrible. Nuestra economía solo va calando, los precios van aumentando, la gente se sigue empobreciendo y la inseguridad es cada vez más cotidiana que la seguridad. Todo gracias a un presidente comunista que está en el Ejecutivo de casualidad y que solo nos hunde con su corrupto gobierno.

Es de conocimiento común que Venezuela es el caso más crítico de Sudamérica, un infierno chavista donde el diablo se llama Nicolás y se apellida Maduro. Su pueblo sigue huyendo de ese inframundo y está esparcido por todo el continente, buscando un futuro lejos de la tierra que llamaron casa. Por otra parte, a menos que Milei llegue al poder -y aun así no sea muy tarde- Argentina está encaminada a llamarse Venezuela 2.0. El kirchnerismo, amante del poder, vende patrañas, y promete farsa y media con tal de que el pueblo vote por ellos en las próximas elecciones. Mientras, continúa robando, continúa endeudando a su patria, destruyendo así a la nación que se ufanaba por ser el país más prometedor de Sudamérica.

Lasso en Ecuador no ha cumplido con expectativa alguna, enfrentándose siempre a un Congreso complicado, y ahora enfrenta motines y crimen organizado. Para nada la situación que habría querido. En Chile bajo las órdenes de Boric todo ha ido desmoronándose. Los niveles altos de inflación desaceleran su economía. Mientras, sigue promoviendo una nueva Constitución, pese al rechazo de su adoctrinado, inclusivo y “tolerante” proyecto de constitución que promovía el uso “progre” de la igualdad sustantiva.

Uruguay y Paraguay son -posiblemente- los que menos complicados están del grupo sudamericano. Liderados por Lacalle y Abdo, respectivamente, pese a que este último ha sido sujeto de graves críticas en las últimas semanas. Bolivia con Arce sigue siendo lo mismo que con Evo, otro estandarte socialista que no resalta por su prosperidad y que utiliza a las fuerzas armadas, como todo socialista, para amedrentar a su oposición.

Por último, hay dos miembros más recientes de la URSS. Colombia eligió ir de la mano del “exguerrillero” Gustavo Petro, y en sus primeros casi 3 meses su moneda nacional, el peso, se ha devaluado 14%. Jamás el peso había tenido un valor tan bajo. Además de las dificultades que está dando para la explotación de petróleo y gas. Luego está Brasil, donde ha salido victorioso Lula. El exreo condenado por corrupción venció a Bolsonaro, presidente que disminuyó considerablemente la pobreza y la falta de empleo en Brasil.

La URSS se consolida gracias a una ideología que se ha aprovechado de la ignorancia de la gente, de su humildad y de su falta de memoria, con una perorata atrevida y desmedida, llena de farsas, a la cual ningún representante de la derecha pudo contrarrestar. Por lo que deberíamos preguntarnos: ¿Qué le falta a la derecha para convencer al pueblo?

Artículo publicado en el diario El Reporte de Perú


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!