En una de las tantas manifestaciones a las que me tocó ir en Caracas, una vez vi una pancarta en el distribuidor Altamira en la cual se podía leer la frase “luchar unidos para que no nos fusilen por separado”. No sé a quién pertenece la frase, pero aplicada a la realidad actual venezolana no pudiera ser más apropiada. Es verdad que nada garantiza que luchando unidos vayamos a tener éxito, de hecho, muchas veces lo hemos hecho y más allá de victorias puntuales, no hemos podido alcanzar la victoria definitiva, esa que nos libera de una vez por todas del chavismo. De lo que sí estamos seguros es de que luchando cada quien por su lado no solamente no habrá victorias puntuales, sino que nos aplastarán a todos por igual.

Apartando la frustración que pudiese causar tanta espera, hoy la unidad debe seguir siendo el objetivo, no como una palabra bonita para adornar un discurso o una excusa para el chantaje, sino como una obligación de supervivencia. Si algo hemos aprendido estos años es lo fácil que es arrasar un país en momentos donde reina la división, la desorganización, la improvisación y la ausencia de objetivos comunes. En el pasado ha sucedido que hay distintos planteamientos y se ha logrado avanzar más allá de los desacuerdos a una ruta común. Lo que no se puede permitir es que la discusión interna, el debate, el desacuerdo natural entre posiciones y visiones diferentes sea sustituido por la descalificación. Porque más allá de las enemistades circunstanciales, a la conducción política le toca pensar en las necesidades de la gente y la angustia de una espera que se cobra en vidas.

El primer paso para entendernos es el reconocimiento de todos los liderazgos, al reconocimiento debe seguirle el respeto y la consideración que en la lucha contra la dictadura cada persona cuenta y todas las posiciones son complementarias en el objetivo final de alcanzar la libertad de Venezuela. Sería absurdo trasladar el debate a otro plano personal que en nada ayudaría a salir del letargo actual que vive la población venezolana. Está más que demostrado que cuando la gente ve unidad en su liderazgo, pero sobre todo determinación, responde mayoritariamente como lo han hecho de una manera más que estoica durante más de veinte años.

Nosotros siempre hemos sido unos campeones de la unidad y en esta circunstancia no será distinto. Nuestra intención hoy no es asumir posiciones que agraven el conflicto, sino ser voz de quienes no esperamos otra cosa que la libertad de Venezuela. Es la postura que debemos tomar todos los que amamos este país, poner a Venezuela primero. Más allá de quien tenga razón, aquí todos perdemos cuando nos dividimos y cuando no somos capaces de escuchar al otro con respeto e inclusión. Todos debemos estar a la altura que pide el país. Ver los puntos de coincidencia y concentrarnos en lo que nos une hasta salir de este cáncer llamado chavismo.

@BrianFincheltub


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