El pasado 11 de septiembre escribí un artículo para El Nacional basado en los datos de la Encuesta de Coyuntura Industrial de Conindustria para el 2° trimestre de 2020. A la fecha y en el portal de la organización, ya está disponible la nueva encuesta, la correspondiente al 3° trimestre de 2020.

Como siempre, las encuestas hay que verlas en perspectiva. Cuando uno revisa la encuesta de coyuntura correspondiente al 3° trimestre de 2019, comparada con el mismo trimestre pero de 2018, 90% de los encuestados percibió que la situación económica actual del país estaba mucho peor o peor. Un año después, en la reciente encuesta de coyuntura correspondiente al 3° trimestre de 2020, comparada con el mismo trimestre pero de 2019, 91% de los encuestados, el mismo porcentaje, nuevamente, percibió que la situación económica actual del país está mucho peor o peor.

Cuando se revisan las mismas dos encuestas pero referidas a la situación del país en los próximos 12 meses, es decir, considerando las expectativas de los encuestados, la del 3° trimestre de 2019 arrojó que 90% esperaba  que la situación económica futura del país estaría mucho peor o peor. Un año después, la encuestra del 3° trimestre de 2020 arroja que 80% de los encuestados espera que la situación económica futura del país esté mucho peor o peor.

Si hay algo que demuestran las cifras de los dos párrafos anteriores es que la realidad industrial en Venezuela camina de la mano con expectativas que no son precisamente buenas.

En el 3° trimestre de 2019 los tres factores que más afectaron la fabricación de productos fueron la baja demanda nacional, la precariedad de los servicios básicos y la incertidumbre en el escenario político e institucional. Recientemente, en el 3° trimestre de 2020, y si bien la baja demanda nacional continuó siendo el aspecto más importante, la precariedad de los servicios básicos y la incertidumbre en el escenario político e institucional fueron desplazados por los siguientes dos aspectos: tributos fiscales y parafiscales excesivos y escasez de combustibles para transporte y operaciones.

En esta oportunidad, la nueva encuesta de Conindustria contiene dos nuevos índices. Por un lado el Índice de Producción Promedio (IPP), que recoge la variación de la producción en unidades, con respecto al mismo trimestre del año anterior. El IPP evidencia 33 trimestres (8 años) consecutivos de caída con un valor para el 3° trimestre de 2020 igual a -30,8.

El segundo nuevo indicador es el Índice de Ventas Promedio (IVP), que recoge la variación del volumen de ventas, con respecto al mismo trimestre del año anterior. El IVP, con sus alzas y sus bajas durante 33 trimestres (8 años), recoge un valor para el 3° trimestre de 2020 igual a -26,8.

Así, con las difíciles cifras de la encuesta en la mano y considerando que según la ficha de aspectos metodológicos, el error admisible es no mayor de 10%, con un nivel de confianza del 90% y conociendo la metáfora del vaso medio lleno o medio vacío, me vuelvo a plantear la misma pregunta que en el artículo de septiembre pasado: ¿están nuestros industriales más optimistas o menos pesimistas? Para responderla veamos entonces los índices ICI e IEE.

El Índice de Confianza Industrial (ICI) mide las percepciones que tienen los industriales en cuanto al comportamiento de las ventas, producción e inventarios en sus empresas, indicando así las probabilidades existentes de que decidan aumentar o no su inversión en recursos productivos en el corto plazo.

Por su parte, el Índice de Expectativas Empresariales (IEE) es el resultado del promedio ponderado (Índice Likert) de las respuestas a tres preguntas básicas presentes en la encuesta cualitativa de coyuntura industrial de Conindustria, tales respuestas representan las expectativas de los industriales en tres niveles de análisis de general a particular, el país o la economía en general, el sector industrial al que se dedica la empresa, y la empresa como unidad de actividad económica.

El caso es que las últimas 11 observaciones, incluida la del 3° trimestre de 2020, continúan revelando marcadas diferencias entre los dos índices mencionados. Hay que destacar primero que ambos exhiben cifras negativas. Sin embargo, el ICI exhibe una pendiente moderadamente positiva (la confianza es cada vez menos negativa) con un coeficiente de determinación (R2) de 0,76, mientras que el IEE luce estancado y con un muy bajo coeficiente de determinación (R2) e igual a 0,05. Lo anterior quiere decir que el ICI viene mejorando, no así el IEE.

La undécima observación que significa la data del 3° trimestre de 2020 me permite continuar esgrimiendo la misma conjetura, si se quiere optimista, para explicar las diferencias entre el ICC y el IEE. Teniendo en cuenta el famoso “en el largo plazo todos estaremos muertos” (Keynes dixit), el corto plazo «intrapandémico» luce como una obligación. Si bien nuevos y más graves problemas afectan la producción industrial venezolana, lo que la encuesta recoge es que aún inmersos en una situación fatalmente compleja, todavía nuestros industriales perciben oportunidades de reactivación y de recuperación.

 


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