Bombardeio de la OTAN sobre Yugoslavia

La caída del régimen de Slobodan Milosevic en Serbia en 1999 se debió al intenso bombardeo ininterrumpido durante siete semanas por la OTAN. Fue la única forma de provocar su desplome, aun cuando había cometido un genocidio contra los bosnios musulmanes y había solicitado su detención el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. Toda negociación y diálogos fueron un fracaso, permitieron prorrogar su permanencia en el poder, mayor sufrimiento a la población y la propia limpieza étnica.

Un reciente informe de la Misión para la Determinación de los Hechos en Venezuela designada por las Naciones Unidas le atribuye a Nicolás Maduro y a dos de sus ministros (Interior y Defensa) crímenes de lesa humanidad, menciona ejecuciones extrajudiciales, secuestros, torturas y violencia sexual ejecutadas por las fuerzas de seguridad, expresando que los señalados no solo estaban al tanto de los crímenes, sino que dieron órdenes, coordinaron operaciones y suministraron recursos. Lo anterior, aunado con la situación de Venezuela de total colapso económico, social y político, constituyen una ruta hacia su desintegración –sirianización y libianización–. Nos preguntamos entonces: ¿cómo salir del régimen?, y la respuesta la encuentro en el libro de Carlos Rangel Del buen salvaje al buen revolucionario, que cada día cobra más vigencia y del que reproduzco un párrafo: “Las Fuerzas Armadas una vez profesionalizadas… se constituyen en la última alternativa que ha entrado en funcionamiento cuando el estamento político civil no ha sido capaz de superar la crisis, o de proporcionar liderazgo a las fuerzas… Dentro de esta hipótesis, los ejércitos habrían intervenido que bien pueda llamarse “institucional” cada vez que ha sido necesario para restablecer por vías excepcionales un equilibrio perdido o para, al contrario, despejar el campo y abrir paso a una nueva y diferente distribución de poder”.

Otra reflexión me llama la atención,  encontrada en un artículo titulado “The Clash of Civilizations?” de Samuel P. Huntington, quien afirma: “El mundo ha ido pasando a lo largo de este siglo del conflicto Estado-nación al conflicto ideológico y, finalmente, al conflicto cultural”. Las incontrolables emigraciones y el deterioro precipitado del medio ambiente, el hundimiento de la economía y el renacer de ideologías socialistas que languidecían, las cuales se aprovechan de la democracia boba. Todo este panorama nos obliga a darnos cuenta de que estamos ante la presencia de bombas de relojerías que están por explotar, el propio covid-19 irrumpió en el mundo y lo sigue arrollando con cambios que dejarán huella permanente; nosotros estamos en esos escenarios.

Venezuela estaba distante de los citados escenarios, insertándose en ese mundo que nos era tan ajeno, con la instalación del régimen chavista desde diciembre de 1998. En la actualidad, con Nicolás Maduro, la rapiña y depredación es total, estamos a las puertas de adentrarnos en un conflicto internacional de imprevisibles consecuencias donde intereses ajenos a nuestra idiosincrasia jugarán roles determinantes, entonces seremos briznas batidas por el viento. Han transcurrido 21 años, y en ese interregno muchas personas del mundo político, académico y militar retirado alertaban al mundo occidental que el régimen venezolano tenía claro desde un principio que debían de profundizar la toma del poder para lograr el advenimiento del hombre nuevo en la búsqueda de la implantación del comunismo. Tenían como estrategia para lograrlo y poder sobrevivir, insertar al país en el juego geoestratégico, ideológico militar de los grandes conflictos internacionales y para ello su sala situacional encabezado por los cubanos, establecen que para lograrlo necesitaban tiempo y la mejor forma de conseguirlo sería realizando elección en elecciones para lo cual era determinante que el statu quo opositor las avalara, de esta forma legitimaban el fraude electoral que habían perfeccionado. Lo consiguieron, y en el presente estamos en alianzas estratégicas con Rusia, China, Irán, Corea del Norte, países árabes y organizaciones fundamentalistas, Cuba y con la guerrilla colombiana, acercándonos más al conflicto internacional. El objetivo fue tan cuidadosamente estudiado que desde un principio Chávez con el mayor desparpajo le reconoció a la guerrilla colombiana beligerancia y les otorgó resguardo estratégico en el territorio venezolano, todos se callaron y hoy ya es tarde, ahora se le sumará la España gobernada por socialistas y comunistas donde, a través de críticas demoledoras a valores institucionales, pretenden socavar la monarquía constitucional, ratificada por la sociedad española el 6 de diciembre de 1978. La intención es destruir su Fuerza Armada y, para ello comenzaron a socavar la figura de quien ejerce el mando supremo de las Fuerzas Armadas, que es el rey, siendo constitucionalmente el capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire. Hoy todos son socios en la guerra que a paso sostenido construyen.

Es necesario meditar, porque estamos a pasos de un conflicto internacional, allí están los hechos irrefutables. El manejo de la crisis por las partes involucradas tiene sus prolegómenos con el proceso constituyente y su hija, la Constitución irrita de 1999, con esta crearon la bases jurídicas para la destrucción del Estado. No habían programas televisivos donde Chavéz y ahora Maduro no enarbolaron la ab initio Constitución de 1999, pero para sorpresas de todos también el mundo opositor cuando tenía oportunidad lo hacía y lo siguen haciendo, esas son las grandes paradojas de la política venezolana. El régimen se dio su piso constitucional como primera fase, la oposición se arropó con la misma y el mundo occidental se dedicó a torear el proceso, todos se hicieron responsables de su evolución. Fue falta de visión de los partidos y del statu quo nacional y países amigos y, en particular de los Estados Unidos de Norte América, ya que todos ellos estaban en conocimiento de lo que acontece porque numerosos venezolanos con informaciones privilegiadas, suministradas desde el interior del régimen, alertaban sobre la destrucción de los cimientos institucionales de la República, del secuestro de todos los poderes públicos y del imperio de la ley, de la masiva compra de armas de avanzada tecnología y la destrucción paulatina de la Fuerza Armada con su ideologización e incorporación de los colectivos y milicias populares. Todos estaban en conocimiento, se hicieron los sordos y terminaron haciéndose cómplices. Bufones de un juego perverso.

En Venezuela sucedían hechos, como la alianza con Cuba, Rusia y China, los encuentros de Chavéz con Muamar Gaddafi, Saddam Hussein, el ayatolá Jomeini, Bashar al-Assad y con los grupos fundamentalistas islámicos que debieron de alertar al statu quo opositor como al mundo. Se producían sucesos de tal cotidianidad, como por ejemplo, en el sector económico: la eliminación en principio de tres ceros y luego de cinco a la moneda nacional llevando al bolívar desde la toma del poder hasta estos momentos a la pérdida de su total valor. Si comparamos un dólar en la actualidad y le agregamos los ochos ceros, la moneda americana costaría cerca de 45 millones de millones de bolívares por cada dólar, y durante ese interregno también se descapitaliza el salario mínimo en dólar a 1,60 o menos, hoy ambos se siguen hundiendo. ¿Es que ninguno de los factores de poder –nacional e internacional– se dio cuenta o no quiso darse cuenta? Todos ellos, conocedores de la historia, entienden que sucesos de esta magnitud traen caos y guerra. Comparemos con la vivencia de Alemania entre 1920 y 1923, el valor de su moneda se devaluó tan asombrosamente que la impresión del marco sin ningún tipo de respaldo fue el pan de cada día, se transmutó  de 4,2 de dólar en 1914, después de la inflación provocada por la Primera Guerra Mundial en 8,9, continuó en su proceso de devaluación, en octubre superó los 25.000 millones y en noviembre de 1923 se había elevado por encima de los 4 billones (americanos) con relación al dólar, en Venezuela hoy la relación es de “45 millones de millones de bolívares” por cada dólar americano.  Si lo anterior lo concatenamos con la política de confiscaciones, con la destrucción del aparato industrial privado, del sector agrícola y ganadero, las deducciones eran obligantes. ¿Por qué no se actuó?, será por doble moral o esperan repartirse el botín

Entiéndase que con el desastre económico, la marginalización del venezolano y la pérdida de sus valores judeos cristianos aunada con la alianza internacional citada, la magnitud de la tragedia nacional que no tiene antecedentes, nos pueden conducir a asombrosos conflictos. Sorprende todavía nuestro statu quo pretendiendo dirigir al país en un cambio gatopardiano, continúan de equivocación en equivocaciones, designan a un gobierno interino en una real utopía, insisten en transitar  la vía pseudo constitucional de falacias legales y continúan en negociaciones silenciosas. Volteán hacia el otro lado para ignorar la realidad como lo hizo el pueblo alemán colindantes a los campos de concentración nazi, todos estaban en conocimiento de las cámaras de gas y del genocidio. Llevando todo lo anterior al escenario de la seguridad nacional e internacional sumada a la presencia de fuerzas extranjeras en el país, transcribo como respuesta un tweet de un tiempo atrás de la colega y defensora de los derechos humanos y por la no impunidad Tamara Sujú, quien expone en su lucha por despertar al país y a la comunidad internacional: “Irresponsable ante la historia y ante Venezuela, es seguir negando lo que todos los cuerpos de inteligencia internacionales saben: que el Alto Mando Militar protege, alberga armas y convive con cubanos, FARC, ELN, iraníes y rusos, incluso en sus propios fuertes”

Concluyo con dos reflexiones, la del politólogo, diplomático y abogado Alfredo Coronil Hartmann, que recoge aun hoy su inmutable y verdadera posición: “La política en Venezuela se ha reducido a cabildeos de serrallo, aquellos que no hemos tenido nunca vocación ni habilidades de proxeneta, nos vamos sintiendo cada vez más ajenos a este juego de celestinos y traficantes. Si se va a hacer algo, hay que hacerlo ya, cualquier cosa es preferible a vivir en una “casa de putas mal administrada” (Ítaca, 1º de septiembre de 2019). “Frente a ello, ¿a quién presentamos ante el mundo, ante esa comunidad internacional que con una prodigalidad inédita en la Historia, se volcó a desconocer este régimen írrito y apoyó, mucho más allá de lo que podíamos esperar los anhelos de libertad y justicia de un pueblo mártir? Ya casi exangüe en manos de sus verdugos y sin verdaderos defensores. Mejor dicho, con una defensora, que moderna encarnación femenina de Don Quijote, no suelta la lanza, ni desciende de su potro de combate. El epílogo de este sainete trágico no será una sorpresa”. Cito, como un alerta, el pensamiento del filósofo francés Jean-Francois Revel en su obra Memorias: El ladrón en la casa vacía: “Existe hasta una manera intolerante de defender la tolerancia en las relaciones políticas y culturales modernas, como ha existido en la civilización religiosa del pasado una manera santa de mandar  a la gente a la hoguera por caridad cristiana y por amor al prójimo. La infamia que atribuimos a todo individuo de un partido hostil al nuestro, nuestra necesidad de imputar una villanía moral y de eliminarlo, para la mayoría de nosotros, en plena era “pluralista” y en completa fraternidad republicana sigue siendo evidente”

¿Continuaremos permitiendo que el statu quo nos engañe? Hay que entender que la dictadura venezolana cojea, porque no solamente le falta oposición real que le sirva de utilería, sino que también le falta pueblo de verdad, su falso sistema electoral ya no le permite encubrir la tiranía sino que más bien la pone de manifiesta y, a la oposición participante, que no se les acompañará en sus mezquindades y falta de grandeza histórica. Con la abstención activa dejamos desnudos a ambos actores de la farsa electoral. Es que a esta alturas la gente seguirá negándose a verles la costura, no se dan cuenta de que le están sirviendo de calicanto al régimen en su carrera electoral fraudulenta, que nos acercará más a las bombas de relojerías que están por explotar.

Todo lo anterior indica que, para poder salir de esta tragedia, sin que tengamos que transitar el viacrucis de una guerra civil, como la que vivió Yugoslavia o España y andar en esa sin fin intolerable experiencia cubana, tenemos que crecernos en el momento histórico, utilizando otras herramientas constitucionales que impidan relegitimar y relegalizar al régimen, como lo logra la participación en la ruta electoral fraudulenta. Pareciera que nos estamos acercándonos a los albores de una guerra civil y a la fragmentación de la República, por ello me viene como brisa estimulante y con fuerza moralizante lo expresado en el párrafo anteriormente citado del finado Carlos Rangel en su obra Del buen salvaje al buen revolucionario: Las Fuerzas Armadas una vez profesionalizadas…, se constituyen en la última alternativa que ha entrado en funcionamiento cuando el estamento político civil no ha sido capaz de superar la crisis, o de proporcionar liderazgo a las fuerzas.” No puedo concluir sin mencionar a un ilustre venezolano el Dr. Enrique Tejera París, profesor titular  de Derecho Constitucional de la UCV, exembajador de Estados Unidos y en la OEA, las Naciones Unidas, y en España, con quien en pedagógicas conversaciones en la biblioteca de su casa, siempre me señalaba, la imperiosa necesidad de la actuación  de la policía constitucional o gendarme necesario para evitar la ruta que continuámos transitando al filo de la navaja.

¿Por dónde andará Lucio Quincio Cincinato?


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!