Por Erica Muñoz (*)

La tecnología cuántica es un campo multidisciplinario que une aspectos de varias ciencias, en especial de la física cuántica. La dualidad y el entrelazamiento son unas de las características fundamentales, que la física clásica no puede explicar, vale decir, una paradoja. La noción de entrelazamiento fue ideada por Albert Einstein en 1935, pero desechada al considerarla inconsistente. Ambas se manifiestan cuando dos partículas separadas, incluso a kilómetros de distancia, pueden percibir la vibración y polarizarse, lo que implica que lo que le sucede a una lo siente la otra. La cuántica concierne a los cuantos que son energías que se estudian en los fenómenos a escalas atómicas y subatómicas. Su necesidad latente es brindar una solución a diversas problemáticas que, hasta el momento, no han tenido explicación.

Estos principios de la física cuántica han sido integrados por la psicología para la comprensión de la mente humana y el comportamiento, su contraparte aparece como el desequilibrio cuántico, también hacen referencia con la modulación de la dinámica iónica en el cerebro a nivel cuántico que permite que todas las partes de la conciencia estén interconectadas. Estas nuevas perspectivas pueden estudiarse en la educación, la dualidad se percibe en todo el proceso educativo en el educador con el aprendiz.

El pensamiento cuántico se refiere a que algo interior produzca un cambio exterior, buscando alinear nuestra mente con nuestro cuerpo. Aunque un concepto nuevo, es parte de los cambios propuestos desde una visión de la ciencia que se infiere no alberga absoluto. Afirma Martínez (2004): … la ciencia no alberga absolutos ni verdad final alguna. Tiene sus comienzos en compromisos postulados y presupuestos, los cuales serán modificados en la medida de que hechos nuevos contradigan las consecuencias derivadas de ellos. La ciencia tendrá problemas eternos pero no podrá dar respuestas eternas (p. 27).

Este pensamiento cuántico permea en una estructura de su organización, en los elementos que con su propia dinámica dan significado, si se altera cambia su pensar. La alterabilidad del pensar sucinta en lo intrínseco del ser humano como un complejo que se compone de la naturaleza íntima, estructural y sistémica. ¿Puede la alterabilidad del pensar generar hombres sin personalidad? Ingenieros (2000) expresa: “Evolucionar es variar. En la evolución humana el pensamiento varía incesantemente”. (p.5) En este entramado podemos entender un cambio del pensamiento sin ver sus partes, pero podemos ver las partes sin comprender ese cambio del pensamiento.

Este tejido conectivo entre el saber y el hacer, entre cognición y acción, y entre sujeto y objeto, naturaleza, ser humano, despliega una interrelación con los eventos, situaciones, objetos y con los procesos sociales que les interesan o les afectan, creando una actividad mental constante para lograr una postura. Lo que implica una conciencia reflexiva para revelar lo social de una representación es preciso ubicarse en un nivel de mayor profundidad: el proceso de producción de las representaciones, vale decir, el pensamiento.

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(*) Tesista del doctorado en políticas públicas y educación


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