Foto EFE

El artículo de hoy lo voy a dedicar a discutir la idea que corre por diversos círculos en Venezuela y en el exterior, que va más o menos así: en vista de que el régimen no reconoce el derecho de María Corina a presentarse como candidata presidencial, ella debería nombrar un sustituto para asegurar la victoria de la oposición en las elecciones que deben producirse este año. Los que sostienen este punto de vista apuntan a encuestas que parecen mostrar que los venezolanos favorables a María Corina podrían votar por un sustituto no inhabilitado por el régimen, si ella lo apoya.

Para analizar esta idea es necesario primero poner en perspectiva por qué María Corina ganó con más de 92% de los votos las elecciones primarias a las que acudieron a votar casi 3 millones de venezolanos, frente a una docena de otros candidatos de oposición. También hay que ver por qué hoy, a pesar de todos los esfuerzos del régimen por desacreditarla e infundir temor en la población, su apoyo es tal que ganaría las elecciones por más del 90% de los votos válidos contra menos del 10% que votaría por Maduro.

La razón del masivo apoyo a María Corina es el símbolo que representa. No es la persona. Es el símbolo. Los venezolanos reconocen en ella a la mujer que ha sostenido por muchos años la inquebrantable voluntad de salir de este régimen de ideología trasnochada y de carácter criminal. Fue ella la que dijo desde el principio que expropiar es robar. Fue ella la que se mantuvo firme en Venezuela ante los intentos de asustarla con farsas judiciales y amenazas para que se fuera del país. Fue ella la que presentó una alternativa realista de cambio de modelo de sociedad y de economía que permite ver un futuro brillante y próspero para Venezuela, con oportunidades y dignidad para todos. Es ella la que da esperanza a cada familia de poder volver a abrazar en esta Tierra de Gracia a los millones de seres queridos que han emigrado, y que volverán a un país sano y honesto. La razón del tsunami de venezolanos que apoya a María Corina es su determinación de salir de esta pesadilla derrotando democrática y electoralmente a Maduro. No cohabitando con el régimen.

Esta es la razón por la que los venezolanos le han dado su confianza y respeto a María Corina. Su credibilidad y fuerza viene de millones de voluntades de mujeres y hombres honestos regados por todo el país y por el mundo que no soportan seguir mal viviendo bajo el socialismo del siglo XXI y que ven en ella el símbolo y la persona con la firmeza necesaria para derrotar al régimen.

Veamos ahora la narrativa que promueve la sustitución de su candidatura. Quienes piensan de esta manera suponen dos cosas que no son ciertas. La primera es que el régimen de Maduro es fuerte y que puede hacer lo que quiera, incluyendo negarse a medirse con Maria Corina. La segunda es que en caso de que María Corina se decidiera a nombrar a un sustituto, los venezolanos apoyarían de la misma manera a ese sustituto, como la apoyan a ella.

El primer argumento es falso. El régimen no es fuerte. Por el contrario, está debilitado como nunca lo ha estado en estos 25 años de socialismo del siglo XXI. Ha perdido el apoyo popular que tuvo en algún momento. Los venezolanos, en forma masiva, incluyendo muchos exchavistas, quieren que se vayan. Esos mismos venezolanos apoyan de manera entusiasta y decidida a María Corina. Las elecciones primarias unificaron a la oposición detrás de un solo liderazgo y línea de acción. La economía seguirá declinando si no hay un cambio de gobierno y de modelo socio-económico, y la gente así lo percibe y teme una nueva ola de emigración. La comunidad internacional está advirtiendo al régimen que no aceptará unas elecciones sin María Corina y exige el cumplimiento de los acuerdos de Barbados. El aislamiento nacional e internacional es creciente y no ha parado.

¿Cuál es la fuerza que le queda al régimen? La represión y la fuerza bruta. Esta es la carta que le queda a un régimen cada vez más aislado, y su uso lo aísla cada vez más. La izquierda latinoamericana lo rechaza crecientemente. Un ícono del progresismo como José Mujica, expresidente del Uruguay, trata a Maduro de dictador en este momento. La socialista Michelle Bachelet, expresidente de Chile, firmó una carta criticando duramente al régimen, junto a numerosas personalidades latinoamericanas, a raíz de la reciente expulsión de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas. ¿Cuán lejos puede llevar al régimen la represión en medio del repudio popular e internacional? Más temprano que tarde el uso de la fuerza se hace insuficiente.

El régimen está buscando legitimarse, está buscando la confianza de los empresarios nacionales e internacionales para reactivar la economía, está buscando salir del callejón sin salida en el que el mismo se ha acorralado. Pero sin elecciones legítimas no lo van a lograr. Y no hay elecciones legítimas sin María Corina, que representa la voluntad popular en Venezuela. El régimen lo sabe. Por eso, la respuesta del régimen es el sustituto de María Corina, lo que nos lleva al segundo falso argumento.

La idea de que se puede sustituir a María Corina y mantener el apoyo popular en las elecciones para ese nuevo candidato es falsa. Algunas encuestas aducen que aunque mucha gente se abstendría en ese escenario, habría suficientes votantes para derrotar a Maduro. Lo que no miden estas encuestas es cómo reaccionaría la gente ante una secuencia de inhabilitaciones que el régimen con seguridad impondrá a cualquier candidato que pudiera derrotarlos. María Corina perdería la credibilidad que se ha ganado con muchos años de firmeza y claridad de objetivos. Ningún candidato sustituto habilitado recibiría el apoyo necesario. Estaríamos jugando en la cancha del régimen. En esa cancha ganan ellos. El candidato sustituto es el plan del régimen de Maduro o de aquellos que en el fondo no creen que se les puede derrotar.

Frente a este escenario, María Corina ha declarado que va a negociar con Maduro lo que sea necesario para una salida ordenada, democrática y electoral a la crisis política que atraviesa Venezuela. Es la mejor opción que les queda a ellos y al país.

La siguiente quincena retomo el análisis del programa de gobierno de María Corina con el tema de seguridad y defensa. Enlace al programa de gobierno: https://conmariacorina.com/es/programa-de-gobierno.


Rafael de la Cruz es miembro del equipo económico de María Corina Machado y ex gerente general del grupo de países andinos del BID.


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