Captura de pantalla del momento en que Luz Jiménez está observando a la reportera

«Ole tu coño» (LUZ JIMÉNEZ)

A menudo se viven situaciones curiosas que pasan desapercibidas. Otras veces, afortunadamente, alguien se encarga de recordarnos la importancia de alguna de ellas. El pasado día 12 de julio en medio de una conexión televisiva en directo a las puertas de la Diputación de Cádiz, mientras la reportera Beatriz Anillo resumía lo acontecido en el Pleno del Ayuntamiento gaditano, una señora dentro del plano de la cámara observaba a la joven periodista sin decir palabra. Cuando termina su crónica, justo en ese instante, la mujer le suelta «Ole tu coño» y se da la vuelta tan fresca. La joven agradeció el cumplido. El caso es que una internauta, Ana Huguet (@anahuguetser), también del mundo de la información compartía el momento en Twitter.*

A este lado del Atlántico, aquí en España, seguimos estando divididos. Una parte de este país habla del empoderamiento de las mujeres, la sororidad y este tipo de cosas. La otra mitad no entiende estos conceptos. Esta vez sí podemos hablar de sororidad. El término procede del latín soror, sororis. Se trata de un sustantivo de la 3ª declinación que significa hermana, aliada, amiga. Sabemos quién es la señora del vestido azul y lunares blancos. Ella es Luz Jiménez, madre de una diputada del Partido Popular de la provincia de Cádiz. Nuestra sociedad moderna hace que sucedan cosas como esta. Una desconocida pasa de ser anónima a famosa en cuestión de horas. Lo bueno de la historia es el hecho de que Luz no pretendía nada. Ella pasaba por allí, se quedó a escuchar lo que decía la reportera, le pareció bien la desenvoltura de la joven hermana de género y soltó con orgullo lo que le salió del alma. Sin miramientos ni filtros ni hostias. Este es un gesto de empoderamiento entre mujeres. A mí me gusta pensar en la idea de hermandad mujeril: son hermanas. En la idiosincrasia andaluza (y española) la expresión olé y ole se utiliza en el ámbito taurino cada vez que el respetable aplaude de viva voz el pase bien hecho de un torero en el ruedo. También se emplea en el flamenco y en la calle. A menudo -y lo que sigue atenta contra la idea moderna de la mujer de muchas mujeres- se empleaba ole, ole y olé al cruzarse uno con una fémina atractiva para piropear su gracia o su belleza. Hoy en día, en la mayoría de las comunidades de nuestro país esto se considera una falta de respeto a lo femenino. En fin.

Los hombres tenemos la costumbre de poner siempre nuestro sexo por delante cuando hablamos con el ánimo alterado. Nosotros fuimos los que empezamos a decir aquello de «ole tus huevos», entre otras cosas. He sabido que al otro lado del Atlántico se nos conoce a los españoles como «coños» por la cantidad de veces que usamos -los hombres- esta expresión. Por esto mismo, el hecho de que sea una mujer, Luz Jiménez, quien convierta esa expresión tan vital, tan íntima de mujer en un piropo cae bien. Bien por esa frase icónica de admiración entre mujeres

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twitter.com/anahuguetser/status/1679245549860519936?s=20


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