Karl Maria Brandauer e Itsvan Szabo

El húngaro Itsvan Szabo se dio a conocer al gran público en 1981 con Mephisto, una adaptación de una excelente novela de Klaus Mann,  que bebía a la vez en el Fausto de Goethe y en el terrible pasado nazi de Alemania, para rendir una reflexión mayor sobre el poder, la genuflexión de los artistas frente a él y la responsabilidad humana en las dictaduras. De paso, el filme consagraba a otro actor mayor, el austriaco Klaus Maria Brandauer. Cuatro años más tarde Szabo, volvía a las andadas con otro filme mayor, Coronel Redl, que narraba las aventuras de un intrigante en la Europa de la primera preguerra. La virtual trilogía sobre los vericuetos del poder se terminaba en 1988 con Hanussen, el adivino, también ambientada en la Alemania nazi. En todos los casos Szabo partía de personajes secundarios en el rio de la historia, pero que mucho decían sobre los tiempos que les había tocado vivir, generando reflexiones que trascendían – ¡y cómo!– la anécdota del caso. Otra veta, tal vez menos pesimista del cine de Szabo, tenía que ver con el arte. Encuentro con Venus, en 1991, era una delicia para melómanos en su vivisección del montaje de una ópera y en 2004, Being Julia con una deslumbrante Annette Benning, se deleitaba describiendo el mundo del teatro, el divismo de una actriz consagrada y su triunfo frente a una aspirante ambiciosa.

La música de tu vida vuelve a unir, después de la trilogía de los ochenta, a Klaus Maria Brandauer con el director, pero los tiempos han cambiado y los años han traído, en contraste con el entusiasmo o la furia sigilosa de la trilogía, una calma reflexiva que gobierna el tono de la película. La trama no podría ser más simple: en la Hungría contemporánea, un médico cardiólogo, amante de la ópera y casado con una cantante de éxito, ve cerrar el hospital en el cual ha trabajado.

Se abre la posibilidad del ocio tan temido pero una coincidencia lo lleva a su pueblo natal donde se homenajea a su padre, médico de todos, figura querida y respetada. Su puesto ha quedado vacante y el protagonista acepta gustoso este inesperado cambio de rumbo que le permite reconectarse con su pasado. Pero por supuesto, las intrigas de un pueblo pequeño no tardan en aflorar, y el viejo tema del poder tan caro a Szabo, aflora esta vez en un microcosmos. Porque el médico, y su compinche y amigo de correrías, el cura, son figuras de autoridad que tienen que vérselas con un alcalde ambicioso y ducho en manejar las intrigas de un mundo pequeño. Pero no por pequeño el drama es menor, porque, se sabe, Szabo es un artista veterano y sabio. Esos pequeños dramas, una profesora de canto blanco de chismes, una asistente aun enamorada de su nuevo jefe, un alcalde casanova y trepador y una esposa lejana y comprensiva, configuran la nueva realidad a la cual se enfrenta un médico veterano, cuyo cargo le queda chico. Todo ello sin contar con la sombra protectora de una madre de pocas pulgas y opiniones firmes. La película es, sin duda, una obra de despedida, y el tono con el cual el director es capaz de tomar distancia de los pequeños dramas para ubicarlos en el contexto del mundo sencillo en que nacen, no es más que el eco de la distancia con la cual el protagonista vuelve a su pasado. Porque, sin nombrarlos muy directamente ahí entran amores marchitos, escarceos con la policía durante el comunismo, y relaciones no muy fluidas con el Partido Comunista y sus comisarios. No hay estridencias en estos dramas, salvo cuando el médico se enfrenta a la muerte y a la negligencia de sus pares. Hay sí, en un movimiento final, una venganza verbal contra el poder. Es un eco de aquel encuentro final del protagonista de La vida de los otros frente al ex jerarca que se resumía en una frase magistral : “Pensar que alguna vez ustedes nos gobernaron”. Aquí el movimiento de desprecio es el mismo, con un matiz. El médico no habla del pasado sino de la Hungría actual, la de Victor Orban. Un filme que no debiera pasar inadvertido. Está en Apple TV.

La música de tu vida. Hungría. 2020. Director Itsvan Szabo. Con Klaus Maria Brandauer, Tamas Andor, Ferenc Elec.


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