No recibió la atención de prensa debida quizá porque en América Latina la electromovilidad es todavía una tarea pendiente. Pendiente en diseño de políticas públicas de promoción y pendiente en información de las ventajas de descarbonizar la economía, siendo una de sus aristas cabalmente el transporte.

Recientemente Panamá y Costa Rica protagonizaron una caravana de vehículos que transitaría por una “ruta eléctrica” entre Panamá y Costa Rica.

No podía ser de otra forma. Panamá y Costa Rica son dos de los países más avanzados y prósperos de Latinoamérica, dos democracias liberales, encabezan también junto con Chile sus ideas y políticas relacionadas a energía y electromovilidad. Son ejemplo de países liberales, prósperos, de trabajo y en donde se respira democracia. Son libres.

Algunos datos: a 2019 Panamá llegó a un IDH (índice de desarrollo humano) de 0.815, situándolo en la categoría «muy alto», y en el puesto 57 de 189 países.

El IDH de Costa Rica en 2019 fue 0.810, vale decir que es inferior al promedio de los países del grupo de desarrollo humano muy alto (0.898) y es superior al de los países de Latinoamérica y el Caribe (0.766).

Definitivamente cuando se habla de democracia, liberalismo, capitalismo, libre empresa, innovación y energía renovable es sinónimo de Costa Rica y Panamá.

Ahora van a descarbonizar completamente su economía. Empezando por el transporte, que es el que más GEI gases de efecto invernadero genera.

Panamá y México van en la dirección correcta de la tecnología, promoción de inversiones y de iniciativas en electromovilidad, contrariamente a lo que sucedió en México, ejemplo de populismo, que en 2020 ahuyentó inversiones en una planta de vehículos eléctricos, según reporta el prestigioso diario Reforma.La “ruta eléctrica” tiene un recorrido de más de 900 kilómetros, desde la capital panameña hasta Costa Rica.

Costa Rica tiene un hito histórico latinoamericano que es para destacar: abolieron sus fuerzas armadas (o ejército) y ahora van por su segundo hito: ser absolutamente verdes en su economía; eso implica generación eléctrica desde renovables y ahora transporte eléctrico desde renovables, diciéndole “chau” a las gasolinas fósiles.

Hace unas semanas hubo esa caravana de vehículos iniciativa de la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove) y la Secretaría Nacional de Energía de Panamá.

El objetivo es que en toda la ruta carretera los propietarios de vehículos eléctricos estén atendidos y tenga a mano los centros de carga de vehículos (las mal llamadas “electrolineras”, particularmente es una denominación que no me agrada), vale decir que tienen a lo largo de esos 900 km centros de carguío eléctrico.

Ambos países no solo impulsan el uso de vehículos eléctricos, sino la construcción de centros de carguío eléctrico alimentados con energía verde. En Panamá los cargadores son empresas privadas que utilizan plantas solares y energía eólica. En Costa Rica operados por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), usan de igual forma electricidad generada vía solar y eólica.

Claramente ambos países dieron una muestra de lo que pueden ser alianzas privadas con gobiernos de Estados liberales en la construcción de nuevos paradigmas altamente necesarios y de la mano de tecnología de punta.

Ambos países, junto con Chile, están apostando a la electro movilidad como nueva forma de vida. Ya no es posible seguir utilizando vehículos de alto consumo de gasolina vía fósiles, es importante generar consciencia y modelos de negocios que permitan gradualmente el re cambio de la matriz energética y del parque automotor.

Ambos países demostraron que hay condiciones, tienen un robusto mercado demandante, hay empresa privada que pueden asumir retos y principalmente hay estados reguladores que no obstaculizan, sino más bien promueven y estimulan.

Varios tipos de vehículos eléctricos, de toda marca, recorrieron la ruta entre fines de noviembre y principios de diciembre y nos dieron una lección latinoamericana: la prosperidad únicamente llegará con innovación, trabajo, tecnología y libertad.

Me atrevo a apostar que el siguiente paso que van dar Panamá y Costa Rica, como Chile y Colombia, es un serio impulso al nuevo momento de la energía del hidrógeno verde, desde renovables.

@BorisSGomezU


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