«Detesto a las víctimas cuando éstas respetan a sus verdugos». Jean Paul Sartre

Mencionar a   Irlanda nos lleva enseguida a la mente, un país lleno de verdes praderas con abundancia de flores, de  un trébol, y de nombres de escritores como Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray) y de James Joyce (Ulisses). Se nos olvida con frecuencia que fue una colonia de Inglaterra desde el siglo XI, y que hasta padeció una hambruna terrible por una enfermedad del cultivo de la papa, obligando a muchos a emigrar a Inglaterra y a Estados Unidos nación esta donde formaron una colonia muy industriosa. Jean Paul Sartre

En estos días tuvimos el placer de recrearnos con la exhibición de una serie dividida en cinco capítulos titulada La rebelión (The Rebellion nombre en inglés) , producida por la televisión irlandesa RTÉ en 2016, que dramatiza  -a más no poder- los sucesos que rodearon el Alzamiento de Pascua de 1916. La serie fue protagonizada por Niamh Cusack, Brian Gleeson y Charlie Murphy, entre otros.  Duramos dos días mirándola y nos pareció muy buena e impactante. Ahí nos presenta el papel de la Iglesia Católica donde algunos curas son temerosos en el apoyo a la rebelión mientras que otros hasta ayudan directamente a los rebeldes comprometidos con la insurrección. Nos ofrece además un profundo vistazo analítico a las clases sociales y hasta se ve allí a un banquero pro británico, cuya hija sirve hasta de enfermera para curar los heridos que se producen en la rebelión del día de pascua en Dublín. De igual forma, también apreciamos allí una perspectiva donde sale muy mal parada a la corona británica tan alabada y exaltada por ciertos intelectuales que juzgan duro a Estados Unidos porque combatió a los comunistas en Corea y en Vietnam pero acostumbran a loar al imperio británico torturando y matando civiles en Irlanda. Es notable la división entre los patriotas y rebeldes con una buena causa, cuando se consigue el Estado libre pero asociado a la Comunidad Británica de Naciones. Unos quieren la independencia plena mientras otros pasan a formar parte del nuevo Estado. Terrible para nosotros la escena donde un sacerdote católico altamente comprometido con la rebelión, rodeados de irreductibles, sacan armas escondidas en un cementerio, para continuar el combate a pesar de haberse firmado un armisticio con la corona británica.

Uno de los personajes más repulsivos que nos muestra “ad nauseam”, esta larga serie televisiva, es el representado por el funcionario colonial, que estando casado mantiene un amorío con su secretaria. Sea como fuere, la secretaria en el momento de la rebelión de Pascua, sale maltratada porque se ve obligada a refugiarse en la casa de su jefe y la esposa de este alto burócrata le endilga una sarta de insultos y frases vergonzosas a la pobre mujer porque está embarazada de su marido, y ella -la esposa- no puede tener hijos. Posteriormente, esta dama ya no quiere seguir siendo amante del poderoso burócrata colonial, y logra concebir a su hijo, y lo interna en un convento de monjas. Pero ante el terrible hecho de que van a adoptar a su hijo y más nunca podrá volverlo a ver, decide pactar a cambio de secretos de agentes de la corona británica que están infiltrados, con un sublevado, sacar a su hijo del convento. Todo ello se complica, en la lucha de los voluntarios del IRA contra los espías y policías de los ingleses, y al final ella huye con su hijo, pero su propia hermana muere en la confusión, asesinada por los soldados del IRA.

La lente del cinematógrafo maravillosa porque no perdona nada, nos introduce de lleno en los barrios bajos de Dublín, y nos ausculta la cara horrorosa de los saqueos hecha por el “lumpen proletariado” como Karl Marx los llamaba, aprovechándose del alzamiento contra el poder británico, cuando unos están combatiendo y otros robando y sacando “ventaja” de la situación. También, en muchas escenas de la serie, se exhibe cómo se ocultan los “fascinerosos” y soldados de la rebelión en los barrios bajos, en donde quienes les proporcionan cobijo y ocultan sus armas ante el permanente cacheo y revisión de los policías y militares británicos, buscando siempre   armas.

¿Sirvió para algo el alzamiento?

El nuevo Estado irlandés obtuvo una autonomía relativa  del Reino Unido en 1922, tras este alzamiento de Pascua que finalizó como hemos visto con la firma del Tratado anglo-irlandés, mientras que Irlanda del Norte optó por permanecer en el Reino Unido. Así se inició el Conflicto de Irlanda del Norte, que aún perdura. Si bien Aunque en principio Irlanda fue un dominio dentro del Imperio británico, con el nombre de Estado Libre Irlandés, finalmente en 1931 logró  su completa independencia legislativa y para en 1937 se promulgó una nueva constitución y se estableció el nombrenombre de Irlanda. Ya para 1949 se excluyeron los deberes restantes con la figura del rey y la nación irlandesa el país  declaró al fin la anhelada república.

Posteriormente, la República de Irlanda ha tenido un crecimiento económico espectacular en las dos décadas del periodo 1980-2000, donde Irlanda se transformó al pasar de ser un país de pobreza casi permanente, a constituir de los países con el PIB por habitante más elevado del mundo. Esto ha estado vinculado con el establecimiento de innumerables empresas multinacionales que establecieron su sede en Irlanda como por ejemplo el canon​ o la franquicia PC World. Hoy por hoy, Irlanda está en el cuarto lugar en el índice de desarrollo humano de las Naciones Unidas. ¿Hubiera logrado esto siendo un apéndice del imperio británico? ¿Acaso no ha sido exitosa la economía irlandesa dentro de la Unión Europea?

Es recomendable que los venezolanos disfrutemos y apreciemos con un tono calificador esta serie, para que nos veamos las caras los unos a los otros, y saber qué diablos podemos hacer ante una dictadura «civilizada», que aplica castigos parecidos al que recibió Fernando Albán lanzado desde un piso 10 del Sebin.


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