Las marchas de los trabajadores del sector público la semana pasada en todo el territorio nacional incorporaron a diferentes sectores laborales: sidoristas, educadores, trabajadores de la salud, profesores universitarios, trabajadores de diferentes ministerios, indicando la disposición de luchar por salarios dignos y empleos decentes.

La respuesta de la tiranía no fue el diálogo, como se comprometió ante la OIT; por el contrario, envió a los colectivos de motorizados y a bandas armadas a amedrentar las movilizaciones. En Guayana envió a la cárcel a 6 dirigentes de la protesta sidorista que exigía dolarizar los salarios.

¿Logró su objetivo? Para nada, fue el incentivo multiplicador de la decisión de miles de trabajadores públicos, quienes el lunes 16 de enero desafiaron a los cuerpos represivos del régimen autoritario en procura de una respuesta inmediata a sus justas exigencias.

La ira del régimen, como es su estilo, derivó en la descalificación de la protesta. La emprendió contra todos, hasta monseñor Basabe, quien en su sermón el Día de la Divina Pastora (el sábado 14 de enero) indicó: “Que cesen las burbujas de la falsedad económica que pretenden ocultar al mundo la precaria situación en la que están inmersos la mayor parte de nuestros hermanos venezolanos”. Así también arremetió contra los sidoristas, quienes se vieron obligados a firmar un “acuerdo” donde se culpa al “dólar criminal” a cambio de su libertad. Y a los maestros de Aragua les envía sus bandas de motorizados,quienes advierten que no están dispuestos a «aceptar la chilladera”.

En definitiva, una dictadura al borde de un ataque de nervios ante la posición valiente de los trabajadores públicos, de rechazar los argumentos risibles que justifican los bajos salarios debido a las sanciones, y al “dólar criminal de una cúpula de Miami”, siendo en realidad el culpable la política económica del régimen que ha conducido a la ruina al país.

Adicionalmente, el dictador Maduro ve cómo la pobreza generalizada ha conllevado a que sectores del chavismo se estén sumando a las protestas, lo que ha hecho exclamar al teniente del Furrial que “en el único país del mundo donde el Partido Comunista es de derechas es al Partido Comunista de Venezuela”.

Cuando vemos que la procesión va por dentro significa que la protesta laboral va a multiplicarse, hasta tanto el régimen se siente con los trabajadores del sector público para acordar salarios dignos y contratos colectivos, so pena que el incendio incendie la pradera.

Finalmente, en el desarrollo de las movilizaciones hay un elemento positivo a destacar, y es la conformación de un marco unitario que permita concentrar a todos los sectores en torno a  la disposición de centrales y corrientes sindicales a unirse frente a una dictadura, cuyo norte es imponer el trabajo esclavo en el sector público en nuestro país, ya que en el lado del sector privado, donde se firman contratos colectivos el ingreso de los trabajadores apunta a un nivel de vida decente, lo que en definitiva aspiran los trabajadores del sector público.


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