Álvaro Pulido, el socio de Alex Saab, cayó como parte de la trama de corrupción de Petróleos de Venezuela y cabe la pregunta: ¿seguirá Miraflores pidiendo la liberación de Alex Saab?

Con la caída de Álvaro Pulido empezamos a enterarnos de la millonada que la dupla Pulido-Saab le adeuda a Pdvsa, y cómo este par de sinvergüenzas fueron parte de la destrucción del holding petrolero nacional.

¿Seguirán los voceros del PSUV exigiéndole a los Estados Unidos que envíen de regreso a Alex Saab al país? ¿Seguirán considerándolo un héroe o mártir de la “revolución”?

El monto total del desfalco aún no está completamente determinado, se sabe que es gigantesco; sin embargo, lo que sí se ve clarito es que Alex Saab era parte de ese cogollo de corrupción que se había enquistado en la petrolera y permanentemente se atragantaba de dólares del Estado venezolano.

O, solo tal vez, Nicolás Maduro seguirá pidiendo el envío de Alex Saab y no para recibirlo como un “héroe socialista” sino para llevarlo directamente a una de las mazmorras que tienen preparadas en los sótanos del Sebin.

Lo más seguro es que no escuchemos más sobre Alex Saab y que aquel discurso que decía que el colombiano nacionalizado era un noble empresario lleno de buenas intenciones, que compraba comida para distribuirla entre los venezolanos, se lo llevará el viento.

Veremos cómo Alex Saab pasará de héroe a ser lo que siempre fue: un malhechor, un bribón, un gánster y un maleante que le hizo mucho daño al país. Pues, así son los comunistas que reniegan de su propia gente cuando se les descubre públicamente sus crímenes o ya no les son útiles.

No olvidemos cómo en la extinta URSS eran especialistas en borrar a la gente de toda memoria, la sacaban hasta de los retratos oficiales.

Eran expertos en no dejar ni una huella de la existencia de los caídos en desgracia; y ese ejemplo parece que lo está copiando Nicolás Maduro.

Alex Saab quedará como un rumor en la historia, como aquel personaje de la maleta llena de dólares, el tal Antonini Wilson, de quien apenas se habla y que de vez en cuando alguien menciona cuando elabora la lista de los corruptos socialistas, al igual que el general Víctor Cruz Weffer y su corrupto Plan Bolívar 2000.

Sin duda, la corrupción está intrínseca en el socialismo, no hay casi ninguna expresión de la izquierda que no sea corrupta o corrompida; todos parecen estar cortados por la misma tijera, y la mayoría hace la misma gracia de embolsillarse el dinero del Estado mientras la sociedad se muere de hambre.

En conclusión, en Miraflores no están penando a los corruptos, pues todos los son, simplemente están realizando una depuración interna y maquillada, en medio de las luchas de poder que vienen carcomiendo al régimen desde hace bastante tiempo y lo que vemos es solo un round más en esa contienda mortal.

Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.


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