La realidad venezolana está signada por un gobierno inescrupuloso, el gran responsable de la monumental crisis que atraviesa la nación en todos los órdenes. Detrás del eficaz maquillaje, generado por una brutal maquinaria comunicacional, descansa un contexto cruento. La nación comenzó a hundirse en la misma medida que la revolución bolivariana se asentaba, una crisis sin precedentes en la historia nacional. Una radiografía profunda en los órganos del Estado dejaría al desnudo la ineficacia de un modelo que se afinca en la podredumbre. Un régimen abusivo y corrompido que ha destruido el futuro del país. Ya son más de veinte años de fracasos, las recurrentes excusas, no tienen cabida en momentos cuando la situación venezolana es sumamente explosiva. Desgraciadamente su contendor no termina de comprender que enfrenta un adversario sin valores ni principios. Quiere que ellos sean demócratas, cuando la verdad es que no creen en la democracia, la utilizan para vivir de la ubre del Estado.
Algunos sectores nacionales quieren que actúen con racionalidad. Una casta mafiosa solo buscará ventajas, eso arroja la radiografía de sus entrañas, por eso lamentamos que estemos en manos de cómplices o inocentes. Con candidez esperan que la administración revolucionaria tenga palabra y honre los compromisos que firma en mesas de acuerdos. Ven en México una salida que pueda encontrarnos con una oportunidad para la democracia. Las experiencias anteriores nos relatan la historia de grandes fracasos, más de una componenda de actores que poco les importaba la suerte de la nación. Fresca está la tinta en donde la palabra fue catatumbas, un trazo de mentiras, que terminó estirándole la cuerda al gobierno, para que actuara a sus anchas, una red de cómplices que son alcahuetes del gobierno que soterradamente los auspicia. Una fortaleza del régimen de Nicolás Maduro es siempre poder contar con quienes bailan al son que le toquen. Demasiado dinero se mueve entre esos sectores que buscan desestabilizar los proyectos de una verdadera oposición, profundamente democrática y nacionalista, para ello tendrá que dejar al descubierto toda esa red de complicidades que han dado al traste con el cambio político en Venezuela.
twitter @alecambero