El problema hiperinflacionario en Venezuela entró en su cuarto año. Los números (no oficiales) del pasado mes de noviembre nos dicen que tendremos que esperar 12 meses más (siguiendo el concepto de Cagan) a ver si salimos tal vez del fenómeno más negativo y agresivo en toda la Teoría Económica.

Esta situación ha generado que, nuevamente, los venezolanos estén enfrentando inconvenientes con los medios de pago a la hora de realizar sus compras. Muchos puntos de venta, debido a la cantidad de ceros que han ido acumulando los precios de los bienes y servicios, tienen dificultades para procesar las compras. Esto se traduce en más tiempo para pagar, en más molestias, pero también en una menor capacidad de compra, porque los salarios no van (nunca) al mismo ritmo de una inflación alta (y menos aún de una hiperinflación).

Lamentablemente esto no es nuevo para nosotros, el país vivió algo parecido a inicios del año 2018, lo que llevó a la adopción de una reconversión monetaria ese mismo año. Increíblemente, esa fue la segunda reconversión que experimentaba el país, ya que 10 años atrás, en 2008, ya se había implementado otra. Entre ambas, al bolívar (como moneda) se le han quitado ocho ceros. Es importante recordar que a los venezolanos se les prometió que estas acciones resolverían el problema inflacionario y recuperarían tanto la confianza en la moneda nacional como las tasas de inflación de un dígito mensual. Obviamente, era bastante ingenuo creer que esa simple acción podría acabar con un problema tan grave.

En los 28 meses antes de la última reconversión (agosto 2018) la inflación promedio mensual fue de 29,56% y en los 28 meses después la inflación promedio mensual alcanzó 46,18%, un incremento superior al 50%. La reconversión, como herramienta para disminuir la tasa de inflación en Venezuela ha sido un rotundo fracaso.

Ya Venezuela recuperó 4 de los 5 ceros que le quitaron a la moneda, el quinto cero lo recuperaremos (suponiendo una inflación promedio de 24% en los próximos meses) entre abril y mayo de 2021.

Es bastante sencillo esperar una nueva reconversión monetaria para el primer semestre de 2021, pero es importante tener en cuenta que eso no es la solución al problema inflacionario del país. Lo ocurrido en el período de agosto 2018-diciembre 2020 así lo demuestra. Es una medida necesaria, pero solo luego de haber llevado a cabo un profundo plan antiinflacionario, que contenga una exhaustiva reforma fiscal, algo que en la Venezuela actual luce muy lejano.

 

 


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