Hay que atreverse a elevar el estandarte de la pendejada. Práctica sublime y peculiar que nos hace reír, reflexionar y, en ocasiones, golpearnos la cabeza contra la pared. Recordemos que la pendejada es un arte en sí misma. No cualquiera puede lanzarse al vacío del ridículo con gracia y estilo. Se necesita un talento especial para cometerla sin perder la compostura. ¿Quién no ha sentido la mirada de desaprobación de un amigo o desconocido mientras llevamos a cabo una hazaña intelectual?

La pendejada reside en su universalidad. No conoce fronteras ni barreras culturales. Todos podemos disfrutar de esos momentos en los que nuestra inteligencia parece haberse ido de vacaciones. ¿Quién no ha intentado empujar una puerta que dice «tire» o viceversa? Es un igualador social. No importa tu educación, estatus o logros; en algún momento de tu vida, la pendejada te ha atrapado con sus garras. Es un recordatorio de humildad y de que todos somos susceptibles a cometer actos de tontería sin importar cuán brillantes nos creamos.

Pero cuidado, no todo es risa, gozo y diversión. La pendejada conlleva responsabilidades y consecuencias. Nuestros actos erróneos pueden dejarnos una marca en el orgullo y un dolor en el ego. Aprendamos que a veces las habilidades mentales parecen haberse esfumado. La pendejada no es debilidad, sino parte esencial de nuestra humanidad.

Se pensaría que ha sido un engaño pendejo, y que el castro-madurismo cayó por inocente. Es imposible imaginar que guiados por la experimentada Habana, con casi un cuarto de siglo ejerciendo el poder con alardes de incompetencia y necedad en cargos de máximo compromiso; relacionados con quienes se equivocan y aciertan en las responsabilidades más exigentes del mundo, caigan en este timo político de transformar de dirigente rebelde y opositora, en líder máxima de la oposición. Olvidando incluso la historia de su fundador, aquél que estuvo preso por fracasar y salió engañando para triunfar.

Inhabilitar a María Corina Machado, es una pendejada, es decirles a los electores, a todos, que ésa es la líder, que es ella la que atemoriza al régimen, la que pone contra la pared a los que van perdiendo respeto por sus embustes y respaldo por sus torpezas. Imposibilitada por 15 años, la han consagrado como la figura más relevante de la oposición verdadera. Personalidad con la cual es símbolo identificarse. De una firma subalterna, han convertido en desecho y echado a la basura a un montón que proclamaban ser la cabeza contra el régimen, marcando los límites de las distracciones, han desmoronado toda dirigencia hagan los pactos que hagan.

Así que, en honor a la pendejada, ¡saludemos la torpeza, brindemos por el desatino y celebremos nuestra inimitable habilidad para ser seres encantadoramente tontos! ¡Viva la pendejada con orgullo y alegría!

Con María Corina, el camino despliega un nuevo rumbo, es ella contra un mundo que no ha arreglado ningún problema y en cambio los ha agravado todos. Como cuando Jesús desde la cruz le dijo a Juan “hijo, he allí a tu madre”. Ya no hay más que buscar, cada venezolano sabe cómo se desgarra al régimen, apoyando a María Corina Machado. La inhabilitada. La líder.

@ArmandoMartini


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