Más de 4 millones de venezolanos están vagando por el mundo en la búsqueda de soluciones temporales o definitivas a los problemas de alimentación, medicinas, enseres personales para sí y su familia, aun cuando parte de ellos se encuentran a distancia en el terruño del cual es originario.

Muchos se preguntan asombrados cómo ello fue posible en un país millonario, el más rico de América Latina, donde el petróleo proveyó de insumos fiscales inconmensurables, dólares para satisfacer sus necesidades a una población de cerca de 33 millones de personas.

Pero si ello fuera insuficiente, gozaba de otras entradas por concepto de los procesos de aguas abajo del crudo, los cuales se cotizaban en precios internacionales altamente rentables.

La industrialización del sur de la nación con una acertada planificación bajo los recientes gobiernos de corte democrático, a partir del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958, ubicaron al país en el mercado internacional del acero y aluminio en cuanto a materia prima para la elaboración de piezas industriales a partir del hierro y la bauxita que se consigue en tierra del estado Bolívar.

Y qué decirles en torno a las piedras preciosas, desde vetas de oro y diamante en la cuenca sur del río Caroní hasta diversos metales de vital uso para las telecomunicaciones.

Toda esa bonanza permitió  democratizar la nación, con redes para agua potable y servida, electricidad, servicios médicos, construcción  de miles de kilómetros en vías terrestres y educación en la geografía territorial.

Sin embargo, los hechos de corrupción administrativa con el tiempo darían paso a la llegada de una banda de comerciantes inescrupulosos provenientes del Caribe y extrañas naciones de lenguaje desconocido apoyados por locales, quienes bajo el lema de prometer dotar al pueblo de felicidad extrema, intenta esclavizarlo en nombre del comunismo dictatorial bajo el yugo de las armas.

La limitada administración de insumos alimenticios, materias curativas con fines de  sometimiento, impulsó a 4 millones de habitantes a emprender la búsqueda de soluciones reales para el grupo social más allá de sus fronteras.

En grandes cantidades se desplazan -a veces solo el cabeza de familia- a pie, principalmente hacia América Latina, donde conseguirá comida y  cobijo, pero también rechazo y malos tratos.

Hoy por hoy lo acontecido a los venezolanos ha encendido las alarmas a nivel mundial, cuando el régimen de Nicolás Maduro ha provocado la diseminación de múltiples epidemias que habían sido erradicadas al restar impulso a la salud pública nacional.

El Instituto de Política Migratoria (The Migration Policy Institute) informa que en los últimos 24 meses Venezuela se convirtió en el punto más álgido ante el aumento en tan poco tiempo de habitantes del norte de América de Sur hacia otros destinos.

Dicha institución considera se deben facilitar recursos a este fenómeno para mitigar tal calamidad, la cual arrojaría 6,7 millones de exiliados para este 2020-2021.

La diáspora venezolana es la segunda conflagración étnica y destaca que no es producto de una guerra, sino como consecuencia de un aniquilamiento interno por sus autoridades junto a invasores por razones políticas.

2019 es el año en el cual logra la oposición el apoyo de más de 60 países en el mundo, empuje que el gobierno dictatorial resiente.

Ante ello, el absolutismo aumenta la represión y persecución de opositores asesinando a líderes vecinales en la policía secreta del Estado, sometiendo a militares y aniquilando mediante procesos abominables de fuerza a inocentes personas, incluyendo a miembros profesionales de la Marina militar.

A mediados del mismo lapso las Naciones Unidades declararon en mayo, a través de la  Secretaria General, que en Venezuela existen 7 millones de ciudadanos en pobreza extrema o paupérrima.

En el mes de agosto Colombia otorga nacionalidad a los recién nacidos de padres venezolanos refugiados en su territorio.

En Venezuela la ley es letra muerta, la vecindad se administra por hechos puntuales y los funcionarios dan prioridad a la política por encima del ciudadano.

Para finales del mes de octubre logra reunir la Oficina Mundial para los Refugiados de las Naciones Unidas  -Acnur-  mil millones de dólares para asistir a los venezolanos desplazados por el gobierno de Maduro Moros.

En noviembre de 2018 los venezolanos  se sentían acosados por Maduro y hubo quien creyó que no tenían salida.

Deambular por naciones amigas no es la solución, pues ello a los desplazados les trae otros problemas.

Olvidarse de Venezuela no es posible, se lleva en el alma.

Hoy con Juan Guaidó al frente, los seres libres y sus gobiernos apoyan a los venezolanos para deslastrarse del tirano, pero para ello ser realidad la patria necesita de sus hijos y les ruega a todos que regresen.


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