El peor virus posible está entre nosotros desde hace veintiún años. Esa pandemia social infectó a gruesas capas de la población en la búsqueda de un mesías. El resultado de esa experiencia no puede ser peor, se multiplicaron las necesidades en todos los ámbitos.

No existe algo que pueda mostrarse como exitoso en este proceso demencial, la falta de escrúpulos en las élites dirigentes caracteriza la revolución de los rufianes, el socialismo resultó un tóxico letal para una nación conducida al despeñadero.

El hambre nacional la auspicia el populismo atroz que camina entre el resentimiento social y el narcotráfico, la crueldad de su eje vengativo los hace seres profundamente despiadados, en su empeño de perpetuación, son en definitiva los inescrupulosos al frente del poder, contaminan con el dinero mal habido, compran conciencias maleables para hacerlos bailar en su circo incalificable.

La complicidad es uno de los recursos que le quedan a quienes gozan del repudio universal, una camarilla que traiciona al pueblo venezolano al entregarse en brazos del averno, son los frustrados que no consiguieron el afecto electoral mayoritario, ante la realidad sobre sus espaldas se embarcaron en la defensa extrema de quien los mantiene, hablan del gobierno con una simpatía que no sorprende, cuando tienen que disimular los atacan con dardos de azúcar.

En cambio, al tener que defenestrar a alguien su favorita es María Corina Machado, allí cambian las balas edulcoradas por agresiones reales, el odio le corroe el alma; saben que ella representa el cambio genuino que ellos entregaron hace tiempo. Su discurso es el mismo del gobierno usurpador de Miraflores. Son los promotores del diálogo y las elecciones con Nicolás Maduro en el poder. Invitan a votar en las condiciones del gobierno, lavarle la cara al crimen, hacerlos aparecer como demócratas es la estrategia que pactaron para proseguir su negocio. Han adornado la celada tratando de vendernos una salida armónica donde podamos cohabitar con la corporación mafiosa. Es la traicionera forma que tienen de amancebarse con los depredadores del erario nacional, es la danza de los millones la que se mueve en la trastienda.

La pandemia revolucionaria asesina a millones de incautos, sepulta pueblos inocentes que creen en sus mentiras; un drama que destruye el porvenir venezolano.

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@alecambero


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