Como si nunca en la vida en el país se hubieran llevado a cabo reuniones entre empleadores, Estado y sindicatos con la finalidad de acordar temas importantes para la clase trabajadora, el gobierno chavista recibe a la directiva de la Organización Internacional del Trabajo para la instalación del Consejo Nacional Tripartito, luego de años de fijar el salario mínimo que le ha dado la gana.

Ojalá que Guy Ryder, director de la OIT, y su comitiva hayan tenido la oportunidad de enterarse de la protesta de jubilados porque pasan hambre y necesidades por el monto que les pagan después de haber trabajado más de 30 años; o que hayan leído la noticia de que liberaron al líder sindicalista Eudis Girot, que estuvo preso desde 2020 acusado de terrorismo. Pero la verdad es que sencillamente basta con que revise el salario mínimo y lo que puede comprar con ese monto un trabajador para su familia, con eso estarán al tanto de lo que realmente pasa en el ambiente laboral, sobre todo en la administración pública, pues los empleadores privados hacen maromas para mejorar un poco las condiciones de sus empleados.

Se celebra la realización de reuniones tripartitas como una gran novedad, cuando era un mecanismo comúnmente usado en los años de democracia. Las reuniones entre los sectores interesados dejaron de llevarse a cabo en la era chavista porque sencillamente al gobierno le resultaba mejor decretar el salario que a ellos les convenía. Ahora las retoman quizás presionados por la comunidad internacional.

Marcela León, de la Central de Trabajadores de la Alianza Sindical Independiente, informó que «se continúa el proceso de diálogo entre gobierno, trabajadores y empleadores instalado el 7 de marzo, porque en Caracas se va a realizar el Foro de Diálogo Social», como si el problema de los trabajadores se solucionara con un evento lleno de discursos y enunciados vacíos. La realidad es que los casi 30 dólares del salario mínimo no alcanzan para comer y es lo que gana la mayoría, en la que se incluyen los 5 millones de pensionados y jubilados.

No se sabe de dónde León sacó el optimismo, pero seguramente no es compartido, por ejemplo, por los trabajadores petroleros o de las empresas de Guayana, y pongan cuidado, delegados de la OIT, que se trata de empresas del Estado que maneja el gobierno chavista. Hace mucho tiempo que los sindicatos se quejan de la falta de diálogo, de que se decretan aumentos sin tomar en cuenta sus necesidades, de que se viola la contratación colectiva y todas las concesiones que orgullosamente habían alcanzado con los años como el seguro de hospitalización, cirugía y maternidad, los escalafones por antigüedad y otros beneficios, ¿hablarán de todo eso en el foro social con los representantes de la organización internacional y el gobierno de Maduro?

Ojalá que la respuesta sea positiva y la visita de la OIT sirva para poner sobre la mesa los verdaderos problemas de los trabajadores, pues ya están cansados de los foros y discusiones etéreas que no lleven a buscar soluciones para mejorar las condiciones laborales de los venezolanos. Que al final se resumen en algo muy sencillo: determinar un salario que les alcance para vivir dignamente, como dice la Constitución.


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