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Ningún organismo internacional ha mantenido una postura inmaculada como lo ha hecho la Organización Internacional del Trabajo, y es que desde 1999 hasta el presente 2021 ha trazado su mirada vigilante y perseverante sobre los temas laborales que se han maltratado en la República Bolivariana de Venezuela.

En efecto, desde el año 2000 nuestro país ha conocido una letanía de delegaciones provenientes de organismo tripartito mundial de todo género, que pacientemente desde templones de oreja hasta la aprobación de recomendaciones más exigentes, en torno al cumplimiento de los convenios laborales firmados por la República desde el siglo pasado, producidos por este organismo centenario enmarcado en el contexto del sistema mundial de la Organización de Naciones Unidas.

Durante dos décadas del siglo XXI han visitado a Venezuela numerosas delegaciones (12) de la OIT, Misiones de Contacto Directo, Misiones Técnicas, Misiones de Consulta, Misiones de Alto Nivel, faltando solo una, la de mayor jerarquía, la Comisión de Encuesta cuya importancia se aplica a aquellos países que en definitiva han sido conspicuos violadores de los convenios laborales, relativos a la libertad sindical (87), negociación colectiva (98), discriminación (111) consulta tripartita (144) que forman parte de decenas de convenios aprobados a nivel global por representantes de trabajadores, gobiernos y empleadores.

En el transcurso del siglo XXI Venezuela ha sido un tema recurrente en las Conferencias Anuales que se congregan en Ginebra, con la participación de más de 3.000 delegados de los 5 continentes, siendo calificado el gobierno nacional de violador contumaz de los convenios señalados anteriormente, integrando una sempiterna lista de países como Birmania (Myanmar), Zimbabue, Bielorrusia, donde se aplica el trabajo esclavo y se desconocen los derechos sindicales.

La mala imagen del régimen pretendió ser maquillada en los eventos de la OIT, con la presencia de voluminosas delegaciones de hasta 80 personas, cuya tarea era el reparto de propaganda, cuyo contenido era anunciar la campaña capitalista e imperialista contra una revolución que tiene a los trabajadores viviendo en el paraíso. Este dispendio de corrupción fue contrastado con el resto de delegaciones sindicales de una gran cantidad de países integradas solo por 2 o 3 miembros.

Entre tanto, los comités de Libertad Sindical, de Normas, el Consejo de Administración, registraban año tras año numerosas quejas, hasta la recepción de la solicitud de Comisión de Encuesta presentada en 2016 por el sector de empleadores venezolanos, que posteriormente fuera apoyada por el movimiento sindical libre y conllevara la visita del organismo citado a Venezuela en 2019.

Pues bien, al gobierno dictatorial de Maduro no le agradaron las conclusiones del informe de dicho organismo presentadas en agosto de 2020, posición que ha determinado para el próximo mes de mayo de 2021, bajo la exigencia de la OIT, de la convocatoria de un Foro de Diálogo Social con la participación obligatoria del gobierno nacional, Fedecámaras, centrales sindicales, conminando al director general, Guy Ryder, a presentar el Informe conclusivo ante la 109ª. Asamblea Anual que se realizará en junio próximo, en la que la OIT deberá tomar decisiones y recomendaciones y decisiones definitivas ante la posición del régimen de no acatar las directrices del organismo mundial.

En definitiva, la conducta abominable de la tiranía está siendo condenada a nivel planetario, pues sus felonías lo colocan como enemigo de la humanidad, tal como ha sido confirmado con los TPS otorgados por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, las denuncias de la alta comisionada Michelle Bachelet y ahora con esta importante decisión del Consejo de Administración de la OIT.

Es propicia la ocasión para que el sindicalismo venezolano, los gremios, los empleadores privados, el sector académico, unan esfuerzos para hacer cumplir los convenios, los dictámenes y resoluciones de este organismo tripartito mundial, que lo resume el restablecimiento del Tripartismo en las relaciones de trabajo, hoy prohibido por la tiranía madurista.


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