No hay nada más famoso y temible en la tierra que la Mafia Rusa. Olvídense del Patrón del Mal. Pablito se quedó chiquito. Ese muchachón parece un aprendiz frente a las organizaciones malvadas y pecadoras de la Federación Rusa. Y qué decir de los famosos italianos de los años treinta en Estados Unidos…

El pobre Alphonse Gabriel Capone y su amigote Salvatore Lucania (Lucky Luciano), vestidos con sus trajecitos azules y negros de rayas, muy elegantes y una que otra ametralladora en sus vehículos; solo vivían de los casinos y la cañandonga. Esos tampoco son rivales históricos de los hijos del Oso. El temible mafioso recontrarruso (aunque nació por error geográfico en Ucrania) don Semiòn Moguilévich fue el capo di tutti capi del globo terráqueo.

Bog Prestupleniya (Dios del Crimen) Fue el primer jefe universal del delito. Este capo dominaba el comercio ilegal de petróleo en países en guerra; controlaba barcos, puertos y aeropuertos y era un jugador de peso en el mercado mundial del oro negro; participaba igualmente en el tráfico de armas, no de ametralladoras o revólveres; sino de granadas, vehículos livianos, morteros, fusiles y ametralladoras de alto calibre, antitanques, misiles, explosivos de todo tipo; gran timonel en los negocios ilegales  de oro, diamantes y otros metales preciosos, obtenidos  a sangre y fuego; en la comercialización de material nuclear y atómico; material radioactivo; en el tráfico humano y la prostitución; falsificación y contrabando de licores y cigarrillos; secuestros; extorsión; chantaje; mariguana, cocaína, hachís, heroína, crack, metanfetaminas y pare usted de contar.  Su tropa provenía de los antiguos miembros de la temible KGB y de los veteranos de las distintas guerras en las que se vio envuelta la desaparecida Unión Soviética.

Don Semión y su grupo de compadres y vecinos llegaron a dominar la propiedad de más de los dos tercios  de los bancos rusos. De allí que sea fácil afirmar que el resto de las mafias conocidas en la historia  son unos niños de pecho, unos neófitos, pobres bisoños del arte universal de lo antijurídico y lo transgresivo.

El nuevo reinado global del mal. El Bratvà.  Ni siquiera la famosa Triada China  con sus dos grandes organizaciones (tienen más de 50.000 miembros cada una) el 14K y Sun Yee On  se equipara con los nuevos zares mundiales del crimen. El nombre triada se basa en el hecho que su organización la forman miles de células de solo 3 miembros (¿aprenderían de Lenin y su centralismo democrático?) y de ellos solo uno se relaciona con el resto del conglomerado del vicio.

Estos Triados tienen negocios sucios como tráfico ilegal de personas; duplicación de tarjetas de crédito; prostitución; clínicas ilegales; muertes por encargo; protección; falsificación de telas, en fin. Aun así, no se le acercan a la Mafia Rusa. En cuanto a las Maras son muchachones del quebrantamiento  menor de la ley.  Pandilleros de esquina. Con los rusos si estamos hablando de cosas serias.  En cuanto al capitalismo salvaje que se vive en Rusia, es de verdad salvaje. Indómito. Es brutal, cruel. Asesinan periodistas que critican empresas o empresarios.

Con novedosos métodos radioactivos como  telurio, bismuto y polonio en varias presentaciones; bebidas, comidas e inyecciones.  Torturan y desaparecen líderes sindicales.  Arruinan corporaciones.  No hay controles sobre los  monopolios que se alimentan del poder del estado. Los tribunales obedecen al dinero y los organismos de seguridad velan por el bienestar de los mogules, millonarios y magnates que se pasean por todos los mares del mundo con los yates más lujosos jamás vistos. El Dilbar con un costo de 600 millones de dólares.  El Pelorus con un costo de 300 millones de dólares y otros 23 grandes yates. La disparidad entre ricos y pobres en la Federación es abismal. Chocante. Incluso aberrante.

Y entonces vienen los tontos. Los necios. Los propios bobos, sudacas, subdesarrollados,  opositores radicales, vienen  a decir que la presencia del gobierno ruso es la reedición de la Guerra Fría. Hasta el avispado de Julio Borges incurre en tal disparate.  Hablan galimatías al anunciar un nuevo enfrentamiento entre el comunismo y el capitalismo. Dios. ¿Por qué los cubres con la sombra de la brutalidad?  ¡Te ruego le des luces!

De manera que nunca más se les ocurra decir que hay guerra fría y que en Rusia no hay capitalismo de ningún tipo. Me sorprendió que Milagros Socorro se alarmara por la petición de Henri Falcón de invitar a los rusos como observadores electorales. Por mí, que inviten al cielo y al infierno; a blancos  y negros; a judíos, musulmanes, cristianos y protestantes: a tirios y troyanos; al Caracas y al Magallanes y finalmente al Real Madrid y al Barcelona.

¡No le pongo ni veto ni impedimento a nada ni a nadie!  Los rusos y los americanos buscan exactamente lo mismo: Petróleo y minería. Por todos los santos. ¿Hasta cuándo?  Solo que Estados Unidos y su grupete de países amigos le han dado al G4 y parecidos más de 500 millones de dólares y lo rusos no dan, pero ni el saludo. No sueltan, pero ni un eructo. ¡He allí el detalle! Aquí no hay pero ni pizca de guerra fría y si se pueden repartir a Venezuela entre ambas potencias, no duden en que agarrarán un gigantesco cincel y nos partirán en dos pedazos.  Y aleluya aleluya cada quien agarre la suya. Así que os recomiendo  a todos unidad de propósitos y acción. Juntos nos vemos más bonitos.


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