Después de tanto escribir sobre política, guerras, pandemias y problemas sociales, una noche decidí desconectar un poco y mirar el catálogo de Netflix: series raras y películas ya vistas fue lo primero que me topé. El fotograma de Cobra Kai aparecía en todo momento, la verdad no sabía de qué se trataba ni sospechaba que me terminaría enganchando en la secuela de uno de los clásicos de los 80. Resulta que la famosa película Karate Kid tenía su secuela en aquella serie de Netflix.

De tanto que apareció aquel fotograma decidí ver de qué se trataba. Me sorprendió ver al famoso Daniel San más de 30 años después enfrentado a su antiguo rival Johnny Lawrence, ambos personajes interpretados por Ralph Macchio y William Zabka, respectivamente. El argumento gira en torno a estos dos personajes a quien la vida los ha tratado de manera diferente. Daniel ahora es un exitoso empresario mientras que Johnny ha fracasado en casi todo. Sin embargo, una serie de acontecimientos les hacen reabrir los antiguos Dojos y ahí empieza realmente la historia que ya lleva 5 temporadas.

La verdad es que la nostalgia por los años 80 me hizo disfrutar esta serie que en esencia no tiene un gran guion, ni es una de las grandes obras audiovisuales del siglo, pero conecta perfectamente con los recuerdos de toda una generación. Incluye la selección de canciones que forman parte del soundtrack de varios de nosotros. Por lo pronto la serie consiguió el record de hacerme ver todas sus temporadas y sacarme de los documentales políticos y las noticias que en muchas ocasiones son predecibles cada día.

Cobra Kai se ha convertido en todo un fenómeno de audiencias llegando a liderar el Top 10 Global de Netflix en varias ocasiones, y eso como ya he dicho, en parte se le debe a la nostalgia por aquellos 80. La serie está llena de alusiones a esa época. Sin duda alguna, la cadena de streaming está viendo que hay una mina de oro en crear producciones con una trama de que revive lo retro, prueba de ello es Stranger Things, entre otras.

En la secuela actual de Karate Kid no faltan los combates cuerpo a cuerpo y escenas divertidas. Una historia que sin mayor profundidad resulta entretenida: cero dramas, cero narcos. No es una producción para grandes eruditos del cine, pero si quiere desconectar un poco de la rutina y usted vivió la época de los 80 y le gusta el rollo de acción y artes marciales, Cobra Kai puede ser una excelente opción.

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