Por Erica Muñoz 

La neuroplasticidad consiste en la capacidad que tiene el cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a nuevas situaciones. Los estudios han demostrado que el cerebro está cambiando a lo largo de toda su vida, lo que significa que la recuperación se mantiene a lo largo de la vida. Esta facilidad que tiene el cerebro le permite adaptarse a su entorno y viene dada en forma de aprendizaje, es decir, lo que nos permite aprender, pero además hay toda una diversidad de componentes bioquímicos y fisiológicos involucrados que requieren de acciones intra y extra neuronales para generar una respuesta neuronal.

Un recorrido histórico sitúa en el año 1861 a Pierre Paul Broca, médico francés quien publicó en el Bulletin de la Societé Anatomique de París, el primer artículo en torno al lenguaje humano como una función encefálica localizada en el giro frontal inferior izquierdo. Puntualizó la descripción del área, ubicando en la tercera circunvolución frontal izquierda la producción del lenguaje y concluye que las lesiones allí ubicadas producen afasia motora. Hoy se conoce dicha región del cerebro como el área de Broca y la afasia expresiva, afasia de Broca. Establece, además, que al comprender las funciones de cerebro se podría entender mejor las habilidades individuales de cada persona y su potencial como seres humanos.

Catorce años después, en el año 1888, el español Santiago Ramón y Cajal identificó que la estructura cerebral está compuesta de subunidades más pequeñas; vale decir, las neuronas. Es llamado el padre de la neurociencia moderna por sus estudios sobresalientes sobre la anatomía microscópica del sistema nervioso, sus observaciones sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso y por sus teorías sobre la función, el desarrollo y la plasticidad del cerebro. Describe, además, que el tejido nervioso y cerebral está compuesto por células individuales (las neuronas). Su nueva y revolucionaria teoría, la llamada «doctrina de la neurona», fue el punto de partida de la neurociencia moderna, descubrimiento que le atribuyó el premio Nobel de Medicina en 1906.

La neuroplasticidad se acepta como un proceso fisiológico múltiple y generalizado a la biología cerebral, pero a su vez particular de cada red o microambiente neuronal. Es inherente al sistema nervioso y está en comunión con las visiones localizacionistas y conexionistas de la comprensión moderna del funcionamiento cerebral. Esta capacidad adaptativa del sistema permite que la memoria y el aprendizaje resulten de la representación del estímulo mediante procesos plásticos que modifican las vías neuronales, lo que involucra las sinapsis, estas pueden ser consideradas una entidad morfológica y fisiológica, aunque también es un concepto en evolución.

El término neuroplasticidad es visto desde el año 1982 por la Organización Mundial de la Salud (1982) como la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse anatómica y funcionalmente, después de estar sujetas a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades. La plasticidad cerebral es una de las herramientas que ayuda en la adquisición de capacidades cognitivas. Por lo tanto, se puede estimular mediante la formación de nuevas redes y circuitos, para mejorar la memoria, atención, inteligencia, intuición, en general, la capacidad cognitiva del cerebro se fortalece y es capaz de adaptarse cada vez mejor. Propiciando en el sistema nervioso los contactos neuronales, y la eficiencia sináptica, como respuesta a los estímulos internos y externos que recibe el cerebro.

De esta manera, es posible apreciar la incidencia de la sinapsis en los procesos de aprendizaje que se desarrollan en la educación. Esta interacción denota que el aprendizaje sea como un aspecto de la plasticidad neuronal, puesto que favorece la modificación de la conducta de la persona, a partir de experiencias previas; ello indica que el cerebro aprende y debido a su plasticidad se modifica produciéndose cambios sinápticos de orden anatómico y funcional. Lo descrito deja entrever que, un modelo educativo desde lo cognitivo centrado en los procesos mentales del alumno busca avanzar hacia habilidades cognitivas cada vez más complejas, ya sea por sí mismo o con la ayuda de un adulto, vale decir, un modelo educativo que permita la construcción activa del conocimiento -enfoque constructivista- como alternativa al modelo conductista.

Un modelo de educativo es un plan estructurado que se utiliza para orientar la enseñanza en las aulas y sirven de guía a los profesores para abordar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Un cambio importante fueron los estudios en psicología cognitiva de Jean Piaget en relación con el desarrollo genético de la inteligencia, que permitió la entrada a los denominados enfoque constructivista en la educación. Por ahora, la neuroplasticidad es un enfoque en estudio y con praxis en permanente investigación.


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