Todo el proceso electoral de 21 de noviembre está enrostrado de segundas intenciones. El afán de los principales dirigentes de la MUD de participar en unas elecciones en las que la ausencia de condiciones es evidente y, por consiguiente, los resultados son anticipadamente negativos, con un sinnúmero de antecedentes de procesos similares, responde a un objetivo central: acabar con el gobierno interino y con el liderazgo sostenido de Juan Guaidó.
Estrategia que tiene su origen y empuje en el régimen de Nicolás Maduro, mostrando así las costuras de las relaciones existentes entre la MUD y el PSUV, y más allá el pulso de la tiranía, para corromper a los diferentes factores opositores y utilizarlos a conveniencia en el diseño de tácticas-políticas para conservar el poder, toda vez que desempeñan acciones de forma sincronizada.
La mayoría de los candidatos en las regiones responden a esa intencionalidad, las candidaturas no representan ninguna opción de triunfo, son una herramienta para dejar sin respaldo internacional y local al gobierno interino, de manera que en lo sucesivo puedan construir una nueva plataforma opositora, que les posibilite la intervención en escenarios internacionales y aliviane la pesada carga de la tiranía, además de dejar a un lado a Juan Guaidó, quien les resulta un factor incómodo, pues con toda la fuerza que han colocado para desprestigiarlo aún posee un apoyo considerable en la población y sólido de la comunidad internacional, aspecto que perturba al madurismo y los hace construir una y otra estrategia para deslegitimarlo.
Con la reciente extradición de Alex Saab, y las declaraciones de Hugo Armando «el Pollo» Carvajal, son muchos los intereses comprometidos, no solo de los factores internos del régimen, sino de los diferentes liderazgos en la región, que produce una ruptura con el madurismo, ampliando su soledad, así como también los efectos que causa en Europa, teniendo su epicentro en España y repercusiones interesantes también en Italia. Entonces, mientras la dictadura y sus aliados se debilitan, es previsible el aumento del apoyo internacional a Juan Guaidó y al gobierno Interino que encabeza, teniendo una nueva oportunidad de reconducir su línea política y sanear la conducta de los funcionarios, escogidos por el denominado G4 y envueltos en la estrepitosa trama de corrupción de monómeros.
Quienes encabezan las aspiraciones a gobernadores, en su mayoría, responden a los intereses de los líderes del G4, y procuran el debilitamiento de Juan Guaidó y el exterminio del gobierno interino, y así mismo han construido las candidaturas a las diferentes alcaldías.
Estas candidaturas se expresan de la forman siguiente:
- Anzoátegui: el candidato Antonio Barreto Sira, dirigente de Acción Democrática, garantiza los intereses de Henry Ramos Allup, a quien el régimen recientemente le ha abierto una investigación por falsificación de documento público, al simular que se encontraba en sus funciones, cuando en realidad estaba de vacaciones en Miami.
- Aragua: candidato Henry Rosales, en sustitución de Richard Mardo, a quien no le pudieron levantar la inhabilitación política en su contra. No pertenece al G4, es el secretario general del Partido Movimiento Progresista de Venezuela, liderado por Simón Calzadilla.
- Apure: Luis Lippa, también de Primero Justicia. Le levantaron la inhabilitación de la Contraloría General de la República, por malversación de fondos del Estado en su período de gobernador de Apure (2000-2004), el último día del vencimiento del lapso de prórroga de inscripción. También aparece señalado como colaborador del ELN, en un informe de Transparencia Venezuela, auspiciado por la embajada británica y responde a los intereses de Henrique Capriles.
- Amazonas: la candidata es Mauglimer Baloa, toda vez que no lograron levantarle la inhabilitación al exgobernador Liberio Guarulla. Es de UNT, y representa los intereses de Manuel Rosales.
- Barinas: el candidato Freddy Superlano, de Voluntad Popular, no se puede decir que esté dentro de los que conciben el proceso como una oportunidad para acabar con el gobierno interino; sin embargo, su nivel de cuestionamiento y desprestigio afecta todo el desempeño político donde incursiona.
- Bolívar: el candidato es Raúl Yusef, del partido un Nuevo Tiempo, responde a los intereses en la MUD de Manuel Rosales.
- Carabobo: el candidato Enzo Scarano, originario de su plataforma regional Cuentas Claras, de buen respaldo por su gestión como alcalde del municipio San Diego, ahora con el apoyo de la MUD, no parece tener una inclinación contra el gobierno interino.
- Cojedes: el candidato de la MUD es Alberto Galíndez, fue gobernador por AD en el pasado, de extraordinario vínculo con Henry Ramos Allup, sin embargo aparece vinculado a Primero Justicia y a Henrique Capriles.
- Delta Amacuro: la candidato Bernalda Suárez, también de Primero Justicia, representa los intereses de Henrique Capriles.
- Distrito Capital: de todos los candidatos de la MUD, el que mayor rechazo ha tenido es Tomás Guanipa, quien siendo del estado Zulia asume la candidatura en Caracas, al mejor estilo del PSUV, violando toda la normativa electoral. Pertenece a Primero Justicia y acompaña la estrategia de la MUD Y de Henrique Capriles.
- Falcón: el candidato Eliezer Sirit, un dirigente connotado de Acción Democrática, representa los intereses de Henry Ramos Allup.
- Lara: el candidato de la MUD es Luis Florido, del Partido UNT. Representa los intereses de Manuel Rosales.
- La Guaira: el candidato es José Manuel Olivares, del partido Primero Justicia. Regresó al país luego de 3 años de exilio para ser candidato, se encuentra circunscrito en los intereses de Henrique Capriles.
- Guárico: el candidato Yovanni Salazar, exalcalde de Chaguaramas por Voluntad Popular, tampoco es factor que conciba el proceso electoral dentro de la estrategia de la mayoría de la MUD contra el gobierno interino. Fue puesto en libertad después de un poco más de un año privado de libertad e inmediatamente inscrito por la MUD. Desde el PSUV lo acusan de haber tenido vínculos con la banda del Picure que azotó al país.
- Monagas: el candidato es Piero Maroun, un dirigente de Acción Democrática que garantiza los intereses de Henry Ramos Allup.
- Miranda: una de las candidaturas más cuestionadas de la MUD, Carlos Ocariz, de Primero Justicia y uno de los mayores aliados de Henrique Capriles.
- Mérida: el candidato Ramón Guevara, también de AD, línea fuerte de Henry Ramos Allup.
- Nueva Esparta: el candidato de la MUD es Alfredo Díaz, con el apoyo de AD y Henry Ramos.
- Portuguesa: la candidata María Beatriz Martínez ha sido diputada por Primero Justicia y representa los intereses de Henrique Capriles.
- Sucre: el candidato Robert Alcalá es un dirigente de Acción Democrática, también de la línea de Henry Ramos Allup.
- Táchira: el candidato es Fernando Andrade de Copei, no pertenece al sector que promueve la desaparición del gobierno interino.
- Trujillo: el candidato de la MUD es Carlos Andrés González, de Acción Democrática, en la línea de Henry Ramos Allup.
- Yaracuy: el candidato es Biaggio Pirelli, tampoco se ubica en el sector que asume las candidaturas como una opción para arrollar al gobierno interino y a Juan Guaidó.
- Zulia: el candidato es Manuel Rosales, uno de los pilares fundamentales de la estrategia de la MUD. Junto con Henrique Capriles y Henry Ramos ha construido una serie de vínculos peligrosos con la tiranía de Nicolás Maduro.
Siendo estas las características de los diferentes candidatos, la mayoría se ubica en la estrategia de ir en contra del gobierno interino. En buena parte de la narrativa que emplean lo catalogan de ineficiente y de ilusión, obviando la importancia que ha cobrado su presencia para reducir el área de acción del régimen y tomar control en la defensa de los activos del país. Si bien es cierto que se deben condenar los hechos de corrupción que se han desprendido de la ocupación de Monómeros, la posición de Juan Guaidó no ha sido evasiva, a diferencia de los miembros del G4 que han decidido cargar en contra de él sin asumir responsabilidad alguna. Esto a pesar de ser conscientes de que la toma de decisiones para garantizar la gobernabilidad implicaba la participación de los factores políticos mayoritarios en la Asamblea Nacional de 2015, el denominado G4.
De esta experiencia, el país debe tener absoluta claridad que esa Asamblea de 2015 en nada representa la voluntad del pueblo venezolano, pues muchos de los diputados electos han sido corrompidos y “alacranizados”, por consiguiente, el reconocimiento del gobierno interino debe traducirse en una toma de decisiones basada en los intereses del Estado y no de pequeños partidos. El régimen, más allá de enlodar a dirigentes políticos de oposición, el 21 de noviembre no conquistará absolutamente nada, pues seguirá siendo ilegítimo ante el mundo democrático. Asimismo, a pesar de todo su empeño, no logrará derrotar al gobierno interino, pues su permanencia y reconocimiento está concebido hasta que en el país se celebren elecciones justas y transparentes, y en ese propósito se deben centrar todos los esfuerzos y no en fraudes tipo el 21 de noviembre.
@jufraga12