Provea: Maduro solo garantiza al país miseria y pobreza

Una nueva característica del neofascismo que hoy se extiende por nuestro universo terrenal, lamentablemente proveniente del Oriente, escenario de heroicas luchas de los pueblos en contra del colonialismo, por la independencia  y el progreso, pero desgraciadamente ausentes aún de la libertad, y hasta el presente despojadas mediante la violencia ejercida por el poder del “nuevo Estado autoritario” de sus derechos políticos.

Tanto en  el continente asiático como en el africano se han librado las luchas anticoloniales más importantes del último siglo, en las cuales millones de campesinos pobrísimos, al igual que los indo-afro-americanos del siglo XIX en América, hicieron posible con su generosidad y sacrificio, confrontar, neutralizar e incluso derrotar a las grandes potencias  invasoras y explotadoras de las riquezas nacionales.

Sin embargo, desde hace más medio siglo (1960), época en la cual estudiando quinto año de Medicina, casado y padre de dos niños, tomo la decisión de cumplir con el deber  militante de participar en la lucha política armada, que comenzaba a librarse en Venezuela en la defensa de la soberanía nacional, disposición que tomaron también otros jóvenes.

Época a partir de la cual se fue desarrollando en mí una amplia y profunda autonomía de criterio, estimulada por la actividad guerrillera en la cual me desempeñé durante una década, y una y otra vez me hice la pregunta sobre la naturaleza del estalinismo, del por qué se le impuso a todo un pueblo revolucionario una autocracia, ¿qué lo hizo posible?

Y la segunda interrogante que conjuntamente con la anterior gravitaba en mi mente era la ruptura chino-soviética, seguía sin encontrarle explicación a lo que unos años antes, encontrándome preso en la Cárcel Modelo de Caracas, leí en la letra H, la celda de los presos políticos, toda una publicación impresa en español, de autoría china dedicada a la descalificación del proceso soviético.

Han pasado los años y las preguntas siguen en pie, pero ahora con sólidas respuestas, adquiridas a través de décadas de lucha política en América. No es posible ignorar e incluso esconder que el  progreso de cualquier sociedad descansa en su capacidad de producir bienes y conocimientos en libertad y con equidad.

Exigencias premium, indiscutibles,  violadas e ignoradas por los conductores rusos, chinos, coreanos e incluso vietnamitas, pareciera que la afirmación del otrora revolucionario y héroe de la derrota de los nazis en Yugoeslavia (Segunda Guerra Mundial), Milovan Djilas, señalando el fenómeno de conversión vivido en su patria, de liberadores en dominadores y explotadores, se hizo universal para el otrora “campo socialista”, en el cual hoy también son parte del club de estafadores “socio listos”, tanto Cuba, como Venezuela y Nicaragua

Y son esos los aspectos esenciales de nuestro debate con la cúpula del PSUV, porque es imposible, estimados Juan Guaidó o Capriles Radonski, seguir haciendo oposición dejando de lado que las principales exigencias que tiene este pleito son las condiciones de vida de nuestros ciudadanos, profundamente engañados por las élites que han conducido a la nación en los últimos años. Es a ellos a quienes debemos organizar para alcanzar un poderoso músculo social que nos permita la victoria.

Incapacidades que rayan en la locura, porque hace mucho tiempo que el cinismo de Nicolás, Cilia, Diosdado, los hermanos Rodríguez, Vladimir Padrino, Aristóbulo o Tarek ha sido sobrepasado, carencias e insolvencias presentes desde el tránsito a la dirección del Estado hasta el día de hoy, cuando aún el país se encuentra sumido en la miseria, privado de casi todo lo que se necesita para vivir con modestia.

Nada de importancia ha sucedido que nos indique que el paquete de observaciones que la expresidente Bachelet le hizo al Ejecutivo se han resuelto definitivamente, los presos políticos, tanto civiles como militares siguen presos, pero además el comportamiento abusivo y autoritario de los cuerpos de seguridad continúa, sigue siendo un chiste cruel “el debido proceso” y la FAES goza de buena salud.

Dolorosa tragedia que también sucede en las materias de salarios, absolutamente miserables, convertidos en una verdadera catapulta para la inducción migratoria, y en la alimentación de los venezolanos todo sigue peor particularmente para las embarazadas y los niños, con el terrible acompañamiento de un sistema sanitario en franco deterioro, cada dia con menos recursos y menos médicos e intervenido por los negocios cubanos.

Y los grandes temas del deterioro nacional se cierran con la enorme crisis de los servicios, comenzando por el educativo, a todos los niveles un proceso destructivo barre con los educadores, para quienes sus sueldos no les permiten satisfacer sus necesidades de alimentación y vivienda y tampoco trasladarse con regularidad a las instituciones y a los estudiantes mucho menos.

Y en el campo de las fuerzas productivas, gas, agua, gasolina, inversión financiera, las limitaciones son tan grandes que la cuarentena indispensable para enfrentar la pandemia ha sido relativamente fácil, somos prisioneros de nuestras privaciones.

Señora Bachelet, este sigue siendo el mensaje para las Naciones Unidas sobre nuestra situación.

 


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