Una mentira repetida se convierte relativamente en verdad, pero inevitablemente su comprobación pone de manifiesto que ella puede ser usada con fines no éticos mediante la manipulación, su resultado es el engaño sistemático con el fin de lograr un propósito determinado. La ciencia aporta métodos para ponerla al descubierto mediante diversas herramientas, algunas mejores que otras. Tomando como referencia estudios emergentes usando modelos estadísticos en el comportamiento de un hecho  secular en particular o el de la naturaleza  que tiene comportamientos fractales debido al proceso “rugoso “en el lenguaje de Mandelbrot– o bien, fenómenos que se autoreplican como los procesos de reproducción orgánica, nos acercan a una mejor comprensión de la mentira y de sus efectos en particular.

Estudios realizados por prestigiosas universidades han usado los métodos mencionados en relación a la pandemia del virus chino y han formulado estimaciones suficientemente confiables, con sus resultados observamos que en los principales países del continente americano, la pandemia a la fecha, ha contaminado a más de 10 millones de personas y el porcentaje medio ponderado de fallecidos sobre los infectados es de 4,9%; en Colombia hay 92.000 infectados con 3,4 % de fallecidos, en Ecuador se reportan 55.000 infectados, de los cuales 8% ha fallecido; pero en Venezuela, de acuerdo con las declaraciones del régimen, solo han reportado 5.300 infectados con un porcentaje de 0,83 fallecidos, lo cual significa que 0,0002%  de la población se ha infectado, datos que se apartan significativamente de la media global. En los países de América oscilan entre 0,007% y 0,009%, lo cual revela la total inconsistencia del comportamiento de los efectos del virus.

Estos resultados revelan que en Venezuela los datos no son consistentes, ni parecidos con los países más cercanos y mucho menos del resto del mundo, es decir, sus resultados no son confiables, luego el régimen miente y su declaración propagandista de que dispone del “mejor sistema de protección de la salud de América Latina” es falsa. Haciendo una  estimación[1] de correlación múltiple entre las variables más representativas, en Venezuela no deben de haber menos de 100.000 infectados de covid-19, de los cuales mínimo han fallecido no menos de 3% a 5% de los contagiados, lo que pone  en evidencia empírica la gravedad de la situación. Conociendo la precariedad de los centros de salud, las fallas de los servicios; la ausencia de medicamentos, atención médica y la quiebra del sistema hospitalario, no cabe duda de que se producen cada vez más muertes, las cuales se ocultan hábilmente, y tendrá un impacto considerable en los próximos meses, cuya previsión hace pensar en una situación extrema y dramática para la población.

El régimen oculta información, confinan a las personas más allá de lo razonable, no les interesa la ausencia de comida, combustible, y de los servicios para ejercer un completo control social de la gente, cualquier protesta es reprimida, encarcela, o coarta, con esas maniobras, espera evitar que la población se amotine y consecuentemente los haga perder la estabilidad y el poder de su pretendido y decadente gobierno.

Otro efecto que ilustra la mentira, es la inexistencia de estadísticas confiables  de población, mortalidad, morbilidad, movilidad, y de la  distribución poblacional  regional; todo ha sido expresamente planeado por los cubanos verdaderos autores que manipulan la información con el fin de acomodar los circuitos electorales para inflarlos con datos falsos, incrementar el número de diputados a elegir, desaparecer electores, votar de manera virtual con votantes inexistentes y producir una tabulación desequilibrada la cual es falseada electrónicamente. (Recomiendo ver el documental de HBO Kill of Chain, ilustrativo de cómo engañar y hacer fraude electrónico). La ciencia se ha ocupado de demostrar que los sistemas informáticos son controlables y perfectamente intervenidos, de tal manera, que el sistema es inservible por no ser confiable y le permite al régimen mantener el poder fraudulentamente dentro de un supuesto esquema democrático.

Como se demostró, y siento mucho orgullo por ello, organismos legítimos sometieron los recaudos a validación y verificación. Finalmente, sentenciaron la invalidez del sistema y la usurpación de los poderes, en otras palabras, las mentiras fueron develadas. Lamentablemente quien debería apoyarlo y ejecutarlo no lo ha hecho, ni ha cambiado la estructura del sistema electoral, razón por la cual, continúan facilitando su propia destrucción institucional, y propician validar la legitimidad del régimen. En este sentido, se prepara una elección parlamentaria sobre la base de la mentira. Pregona y publicita ir a elecciones sobre otra mentira consistente en que ganaremos cualquier elección porque somos mayoría, ingenuidad alimentada por afirmaciones entreguistas de colaboradores que pactaron con el régimen en las anteriores elecciones parlamentarias, y de otros, con pasado chavista, sin moral para afirmar que se ha satanizado el voto por mucho tiempo, lo que en realidad hacen, es facilitar la legitimación de la dictadura.

Un factor adicional, es el éxodo de la población causando impacto social inverso, compitiendo por los servicios de salud, educación y trabajo; creando problemas de seguridad nacional a los receptores y caos social agravado por una pandemia que ya dura un cuatrimestre la cual actúa directamente sobre la mayoría de los inmigrantes, desvencijados y dejándolos sin trabajo, en consecuencia, sin ingresos, especialmente a la mayoría emprendedora provocando incertidumbre, hambre y desestabilización familiar. Los países actúan a la defensiva dando prioridad a sus naturales y la ayuda humanitaria no llega de manera adecuada.

Sobre un individuo promedio comienza a manifestarse otro problema relativo  a la permanencia en los países receptores,  bien sea refugiado, o visitante, que en su mayoría está en situación de indefensión agravada por el vencimiento de pasaportes y visas; acrecentado por los que fuimos retenidos en lugares de tránsito y confinados en ambientes inadecuados, provocando el cierre de fronteras lo cual no permite la movilización y, en consecuencia, la manutención adecuada en lugares extraños, se agotan los recursos, la incertidumbre se une a la ansiedad e inestabilidad; aparece entonces la gran mentira de la ayuda humanitaria, la cual se maneja de manera irregular, se asigna a países receptores y a instituciones sin procedimientos claros, o simplemente insuficientes y las promesas se hacen mentiras.

En Venezuela nadie sabe cómo se maneja la ayuda humanitaria, bien sea en especies o en recursos financieros, no existe manera de saber su empleo y costo, mienten descaradamente sobre la aplicación de los mismos, presumiendo corrupción. No puede ser posible que esa ayuda directa no permita que las embajadas y consulados, puedan ayudar a sus congéneres, faciliten la renovación pasaportes, o visas de permanencia, ayudas económicas, o de cualquier otra petición humanitaria y no se tengan respuestas sino excusas que se convierten sistemáticamente en engaño, sin importarles dejar en el limbo a millares de personas. El gobierno interino, voltea la cara a otro lado, y el régimen con cinismo nos trata como traidores.

Otra gran mentira es la unidad superior de la oposición; los expertos, ingenuos o sabios preparan esquemas organizacionales en búsqueda de la democracia, pero asientan su aspiración en un sistema inadecuado, pretenden lograr un cambio e integración de un liderazgo a través del segmento privilegiado de líderes del teclado. Las organizaciones mutaron a formas más elaboradas y se requieren nuevas estructuras establecidas con habilidad profesional que giren alrededor de objetivos muy específicos para intentar desplazar del poder a la tiranía.  Sus iniciativas obstruyen a líderes experimentados, probos y con conocimiento de causa, hábiles y valientes, los hay por cientos, pero quieren validar un liderazgo de papel con métodos burocráticos y usan como recursos la mentira para ocultar su ausencia de visión.

Los líderes naturales deben asumir la dirección del país, luchar con todo lo disponible y apoyarse en la verdad, en el soporte internacional que procura lo necesario, y requiere presencia criolla responsable en los procesos y no, a través de una elección chimba. Es necesario reeditar la protesta generalizada. No demos clemencia al corrupto, fuera los gatopardos; los líderes de barro deben ser apartados inmisericordemente de los poderes públicos, ya basta de mentiras y los que dicen que ya no pertenecen al régimen, pero tienen antecedentes cuestionables.

Recuperemos la ética, libertad y democracia; echemos a los invasores haciendo desde ya incompatible su coexistencia con nosotros, con acciones contra al usurpador y secuestrador usando los valores de la democracia como fuerza social avasallante enmarcado en los objetivos nacionales, que sea conducida por una dirigencia auténtica, apoyada en el sistema militar multilateral con la presencia nacional de miles de militares y de patriotas valientes dispuestos al rescate de la libertad de nuestro país insolentemente invadido por fuerzas depredadoras extrañas y la complicidad del crimen organizado..

[1] Disponible la formulación solicitándola en @genamos19


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