En su libro El poder del ahora, Eckhart Tolle habla de las claves de la meditación y de cómo conseguir, a través de esta, la iluminación.

Su idea general es muy sencilla: tan solo debemos deshacernos de todos esos ruidos, o pensamientos inútiles y repetitivos, en los que nuestra mente se posa en un porcentaje muy alto del tiempo, y dejar que así la mente se libere y pueda alcanzar un estado de consciencia superior.

Esta liberación se conseguiría entrando en un estado de no-mente, donde no existirían este tipo de pensamientos. Se centraría uno en el aquí y en el ahora, en el momento presente, y se liberaría de los pensamientos del pasado y del futuro que pudieran generar preocupación.

Es interesante cómo Eckhart Tolle habla de que la mente es una herramienta del ser humano y que no es el ser humano el que debe estar esclavizado por su mente.

“La mente es esencialmente una máquina de supervivencia. Atacar y defenderse de otras mentes, recoger, almacenar y analizar información…; esos son sus puntos fuertes, pero no es nada creativa”.

Hoy en día nuestro mundo está dirigido por “mentes potentes”. No cabe duda de que los políticos que nos gobiernan tienen cerebros poderosos, pero ¿son sus mentes creativas?, ¿tienen una consciencia preparada para la responsabilidad que ejercitan?

Lo mismo ocurre con otros estamentos de nuestra sociedad. Los dirigentes de las grandes corporaciones empresariales, probablemente, son de las personas que tienen una mayor capacidad de “recoger, almacenar y analizar información”, pero, ¿tienen la capacidad creativa suficiente para saber que es lo que se debe hacer? O, dicho de otro modo, ¿tienen consciencia del impacto que sus decisiones tienen en la globalidad de la sociedad?, ¿ven más allá de las cuentas de su empresa?

La educación de los jóvenes suele estar también dirigida a crear “mentes potentes”, pero ¿se trabajan otros aspectos de la persona?

Muchas veces nos preguntamos por qué se producen guerras o situaciones de similar inhumanidad. La reciente guerra de Siria ha llegado a producir alrededor de 400.000 muertos, y, sin embargo, “las mentes potentes” no han sido capaces de articular una respuesta común para evitarla.

Una guerra puede ser conveniente desde un punto de vista analítico, puede convenir para conseguir este o aquel objetivo económico, pero nunca puede ser aceptable desde una madurez espiritual.

Por supuesto, no es incompatible una madurez espiritual con una mente poderosa. Ese es el ideal que debe buscarse. De hecho, Eckhart Tolle afirma que cuando se consigue el estado de no-mente, la mente también de beneficia y se desarrolla.

La inmadurez también surge cuando se hipertrofia la mente y se desarrolla poco el espíritu. Volviendo al ejemplo anterior de Siria, es curioso el impacto social que ha tenido la muerte de George Floyd a manos de un policía en Estados Unidos, y la poca repercusión que ha tenido en nuestras conciencias la muerte de 400.000 personas en Siria.

En definitiva, la lectura del libro El poder del ahora es muy recomendable, pues nos abre la mente a conceptos que pueden ser muy beneficiosos en el análisis de nuestra sociedad, se quiera o no introducir uno en el mundo de la meditación.

 


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