La mejor estrategia del régimen fue vendernos el odio. Que casi todos estén empatucados hasta la coronilla es un punto que favorece ampliamente a lo establecido. Contra el adversario han desatado toda la furia de los espíritus de alma fermentada. Son despiadados y crueles con todo aquel que no termine arrastrándose a sus pies.

Desde el principio iniciaron un plan de exterminio absoluto, tenían el propósito de ir cercenando cada espacio, reducirnos hasta llevarnos al cerco de la inutilidad contestataria, que nuestras voces solo llegaran hasta auditorios con raíces sin profundidad, concedernos el desahogo entre los mismos que transitamos el camino del infortunio.

Nos cansamos de andar en actos con los mismos rostros, discursos tristes de alocuciones que no salen de las cuatro paredes del gueto. Buscaron asegurarse la parte mayoritaria de un pueblo, al que seducen con las migajas del populismo. Una población dócil es fácilmente manejable para quienes no tienen escrúpulos, la utilizan con la tranquilidad de encontrar voluntades maleables.

¿Cuál fue la peligrosa victoria del régimen? Sin lugar a dudas el convertir a una buena parte de la oposición democrática en un espejo de sus errores. Aprendieron a sentirse cómodos con la pantomima que desgobierna desde Miraflores.

Aquí existen movimientos ideológicos que quieren imitar todo lo que propone la dictadura. Algunos desean nutrir al populismo, lo hacen sencillamente por la comodidad de encontrar instalado un sistema de vicios que ahora alimentará sus ganas de perpetuarse en el poder.

El testamento del sectarismo y la mentira guarda algunos párrafos para aquellos que estimulan la cohabitación con el actual circo de Miraflores. Lo mismo ocurre con el odio, ese brebaje malévolo que termina sembrando la cizaña entre los ciudadanos. Con estos elementos en el tablero, la contaminación de casi todos los estamentos de la sociedad les garantiza quedarse en el poder. Es por ello que ambas aceras se unen para cerrarle el paso a María Corina Machado, quien ha presentado un plan totalmente contrario al sistema que impera.

Contra ella se han desatado los peores agravios que puedan escucharse. Son calumnias escupidas por seres ruines para quienes la honestidad es un estorbo. La realidad es que algunos solo desean hacer cambios cosméticos, pero manteniendo la misma estructura pervertida de un Estado secuestrado por los vicios.

Para cambiar esta dictadura lo fundamental es desplazar todo el cuerpo gangrenado, sanar y cambiar absolutamente todo. Un nuevo modelo basado en la libertad individual y colectiva, que rompa definitivamente con el solapado contubernio que existe entre la dictadura y sus amigos de comparsa.

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@alecambero

 


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