En la novela La peste (1947) el francés Albert Camus narra con una increíble precisión el proceso de toda una ciudad que es aislada del mundo ante el inminente surgimiento de una misteriosa enfermedad que cursaba diferentes síntomas físicos que acababan con las personas en pocos días.

Fiebre, malestar general y fatiga es lo que Camus describe en su obra sufren los personajes de su novela; estos síntomas son parte de lo que sienten los ciudadanos de esa ciudad que en pocos días fue cercada y aislada del exterior.

En primera persona y bajo la figura del médico tratante del pueblo se va describiendo la angustia, el desespero y la sinrazón que van absorbiendo  todos los ciudadanos de esta ciudad que sin saber cómo ni por qué les tocó asumir aquel fin de mundo como alguno de su protagonista llega a describir.

No fue Camus el único que logró describir un episodio de este tipo en la historia de la humanidad, también el alemán Mathias Rauchmiller creó un monumento que se encuentra en el centro de Viena, la capital austríaca, donde describe con una realidad espeluznante los efectos de la peste que azotó varias ciudades de Europa en 1679; esta obra fue culminada por varios escultores.

Se calcula que este episodio inmortalizado por Rauchmiller cobró la vida de no menos de 80.000 personas solo en la capital de Austria.

En pleno siglo XXI una nueva alerta se genera en todo el mundo; las alarmas se activaron de manera tardía, sobre todo en un mundo globalizado y conectado con una rapidez que no permite como creíble la información que se genera sobre este “nuevo” virus y que solo puede justificarse con el argumento real de la mano censora de un gobierno totalitarista que figura políticamente bajo la mano férrea del comunismo.

Se generan alarmas; la comunidad china manifiesta preocupación ante posibles casos de discriminación contra sus ciudadanos, quienes han señalado algunos episodios puntuales.

Una realidad vista y observada desde las redes sociales en algunos casos con una banalidad que asusta, sobre todo por la ligereza con la que se asume la nueva pandemia que pone en riesgo la vida de muchas personas sin importar nacionalidad o región.

Ya en Venezuela comienzan las alarmas y las informaciones falsas en relación con supuestos casos de corona virus mientras toda la ciudadanía espera que esta nueva pandemia no remate la poca tranquilidad de un país azotado desde hace 21 años por la mayor de las pestes posibles: el  chavismo.

@andresvzla1975


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