La época navideña es un momento mágico lleno de muchas emociones, sentimientos, encuentros familiares, que se traducen en felicidad. Además, se siente una disposición especial, debido al ambiente que se vive durante esta época. Las personas también demuestran una buena voluntad para hacer cambios y proponerse nuevas metas.

Lamentablemente, una  vez pasado el momento regresa el poco entusiasmo, el desinterés, el estrés ante la rutina diaria, las diferencias, la crítica, los enfrentamientos, la falta de armonía, el egoísmo y los antivalores. Es un efecto, de aparente paz y tranquilidad.

Lo ideal sería poder extender la sensación de bienestar y la emoción para que perdure todo el año, lo cual facilitaría la intención de adoptar una actitud optimista. Ese positivismo, permitiría ver la vida con una óptica favorable, para superar los retos cotidianos y los obstáculos.

Hay muchas formas de fomentar el verdadero significado de la Navidad, para que los buenos deseos, la paz y la bondad estén presentes a lo largo de todo el año. Esto no debe quedarse solo en intenciones. Debería convertirse en acciones que promuevan este compromiso durante la vida.

Inicialmente, debemos tener en cuenta que compartir con familiares es la razón de esta época, pues brinda la oportunidad de disfrutar encuentros, especialmente en las fechas más emotivas. Representa para muchos alegría, emociones y recuerdos que perduran en la memoria. Además, contribuye a promover los valores, a rescatar las tradiciones que se están perdiendo, a fortalecer el amor fraternal, procurando el acercamiento y la reconciliación, lo cual debería sentar bases para una convivencia armónica todo el año.

Además, es un momento de reflexión que se presta para analizar lo positivo y lo negativo de las experiencias vividas, de manera que se haga un esfuerzo por cambiar aquello que se puede mejorar. Sería excelente si esta visión reflexiva pasa a formar parte de la rutina diaria de cada uno a través del cambio. Igualmente, cabe analizar la actitud con la cual se afronta la vida diaria y a su vez es momento de cuestionarse sobre el interés demostrado ante problemas sociales, la convivencia con los demás, acciones de paz, entre otros.

Del mismo modo, permite fortalecer los principios humanos, pues se pueden demostrar y proyectar durante esta época y a lo largo de todo el año los valores como la unión, la solidaridad, la amistad, con gestos, acciones que propician el rescate y mantenimiento de esos preceptos. Estos aspectos son muy importantes a lo largo de la vida, ya que facilitan a los individuos la convivencia con los demás. Sin embargo, muchas veces pueden olvidarse ante la rutina.

Siempre resulta gratificante disfrutar las emociones que la Navidad trae consigo, por eso es prioritario preguntarse qué iniciativas se pueden practicar para hacer que esta época permanezca y viva en los corazones de cada uno de los individuos.

Ese ambiente de paz es propicio aprovecharlo para plantearse objetivos de cambios favorables, incentivando el entusiasmo para lograrlos. De esta manera, unidos en familia, encontrando el verdadero sentido a esta hermosa época y procurando una transformación, se puede lograr que la Navidad esté presente todos los días.


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