En 1974 se bautizó con el nombre de Central Hidroeléctrica Raúl Leoni, para honrar al presidente que comenzó los trabajos para construirla. Está ubicada en la represa del Guri, que es el embalse de agua más grande del país y que se construyó kilómetros arriba de la desembocadura del río Caroní.

La represa formó parte del plan de electrificación nacional impulsado por el presidente Rómulo Betancourt en 1947. Las excavaciones para esta magnánima construcción comenzaron en 1963, bajo la presidencia de quien le dio su primer nombre, Leoni.

Se inauguró en 1978, durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez. La última etapa se terminó en 1986, cuando Jaime Lusinchi ejercía la primera magistratura.

Desde 1947 (incluyendo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez) hasta 1986 pasaron muchos presidentes que incluso alternaron partidos políticos, pero la obra nunca se detuvo. Entonces, la central hidroeléctrica, la represa del Guri, cuenta la historia de una democracia exitosa.

Esta obra de infraestructura hizo posible que todo el país gozara de energía eléctrica directa y constante en hogares, oficinas, empresas e industrias. Es una de las construcciones que evidencian que los políticos de la era democrática tenían un objetivo común, beneficiar a todos los venezolanos por igual.

En 2006, Hugo Chávez le cambió el nombre a Central Hidroeléctrica Simón Bolívar. Y desde antes comenzó a destruirla.

Debe ser por eso que cierta maestra en cuestión, muy joven por lo demás, no tiene la menor idea de lo que es el Guri. No es que tengamos ánimo de justificar lo injustificable, pero se puede intuir que esta docente que afirma sin tapujos que de la represa sale el agua que se consume en todo el país fue formada en alguna aula bolivariana.

La escolaridad de esta maestra debe haber transcurrido bajo el signo rojo. Es por eso que ponerla en frente de una cámara para dar clases le debe resultar como el mayor de sus logros.

Sin embargo, es una víctima. Insistimos, el error que cometió no tiene justificación, pero sí explicación. Ella aprendió de los libros que reparte el Ministerio de Educación del régimen. Solo debe conocer la parte de la historia que tergiversaba Hugo Chávez, y su ídolo y modelo debe ser el actual jefe del despacho, por lo que su mayor aspiración debe ser comprarse un yate.

No solo ignora que Guri es la represa en donde está instalada la central hidroeléctrica. No debe tener idea de qué es la energía hidráulica ni cómo se genera. Mucho menos debe saber que el régimen acabó con una de las obras más importantes construidas por la democracia.

Que el régimen diga que los niños venezolanos van a concluir su año escolar de manera virtual ya es una mentira del tamaño de la represa del Guri. Pero que además ponga en frente de los muchachos este tipo de maestros es un crimen. Para variar.


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