El Premio Nobel de la Paz a la encarcelada activista y periodista iraní Narges Mohammadi constituye un merecido espaldarazo a los derechos humanos en momentos en que esa causa es pisoteada por el régimen teocrático de Teherán, con uno de los aparatos de represión más crueles del planeta.

El anuncio del galardón para Mohammadi el viernes -“por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán”- ocurrió a un año del asesinato de Mahsa Amini por llevar mal puesto el velo, y eso deja suponer que el mundo no olvida y condena las políticas de discriminación de los santones iraníes.

La presidenta del Comité del Nobel noruego, Berit Reiss-Andersen, comenzó el anuncio del viernes con las palabras “Mujer, vida, libertad”, el tema de las manifestaciones en Irán, y hasta pidió que dejen en libertad a tiempo a Mohammadi para que vaya a recibir el premio el 10 de diciembre.

Y Amnistía Internacional ha dicho que el galardón envía “un mensaje claro a las autoridades iraníes de que su represión de los opositores pacíficos y los defensores de los derechos humanos no pasará desapercibida”.

El historial de abusos del régimen iraní contra las mujeres activistas y periodistas como Narges Mohammadi tiene antecedentes que lo relacionan incluso con sus socios del chavismo en Venezuela.

En julio de 2021 la activista y periodista  estadounidense Masih Alinejad, de ascendencia iraní y crítica del gobierno de Teherán, confirmó en Twitter que ella era el objetivo de un complot del Ministerio de Inteligencia de la República islámica para secuestrarla en Nueva York y llevarla a ese país vía Venezuela.

“Me seguían y querían meterme en un barco en dirección a Venezuela”, afirmó la periodista, que agradeció al FBI por frustrar el complot.

Cuatro ciudadanos de Irán, todos residentes en esa nación, fueron acusados por la justicia estadounidense de conspirar para secuestrar a la periodista; y la Casa Blanca condenó el plan, pero curiosamente no mencionó la probable conexión criminal con el gobierno de Caracas.

Porque no es un secreto que el régimen fundamentalista iraní, temeroso de los movimientos sociales de base,  es aliado del chavismo en los crímenes de lesa humanidad y en el apoyo al terrorismo internacional -como ahora contra Israel-. Pero frente a todo esto se levanta con fuerza la lucha de la presa política Narges Mohammadi para promover los derechos humanos y la libertad para todos.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!