Algunos piensan que cuando un trabajador cumple 55, 60 o más años de edad deja de ser productivo, pero la verdad es que con los avances de la medicina y la vida sana ese umbral ha sido superado con creces.

Estas personas mayores pertenecen al llamado talento senior, el cual en los últimos tiempos ha dado mucho que hablar debido a la cantidad de emprendedores exitosos y empleados que se destacan en las empresas.

En ese sentido, la afirmación de que el talento senior está acorralado por las otras dos categorías de talento –junior y consolidado– es rebatible. La creatividad y la disposición innovadora no tienen edad y cada vez más personas mayores permanecen activas en el mercado laboral.

El talento senior comprende a los profesionales de más de 55 años de edad que poseen una larga trayectoria; sin embargo, suelen asociarse con el momento de la jubilación. Pero, en realidad, ellos tienen los conocimientos, la experiencia y las habilidades adquiridos a lo largo de muchos años de desempeño laboral.

Es por esto que el talento senior aporta un valor diferencial en el área de innovación, gracias a la experiencia acumulada y la capacidad de liderazgo. Y en lo que respecta al emprendimiento de negocios, hay muchos ejemplos de personas que a partir de los 55 años de edad -incluso de más de 80 años- que han concretado y llevan de forma exitosa sus empresas.

El caso más emblemático es el del coronel Harland David Sanders, padre de la receta secreta del pollo. Él, quien nació en septiembre de 1890, lanzó su famoso negocio KFC después de los 70 años de edad y hoy se le considera pionero de las franquicias de restaurantes.

¿La clave? Estos individuos acometieron buenas ideas con vocación innovadora, confianza y constancia, demostrando ser capaces de lanzar proyectos, independiente de la edad.

Una característica de los profesionales seniors es que también, al haber experimentado crisis donde han trabajado, tienen la experticia para enfrentar los imprevistos y salir airosos. Además, ellos no se pueden dar el lujo de fracasar o empezar de nuevo como podrían hacerlo los más jóvenes.

Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachussets demostraron en 2019 que la edad de los empleados de las empresas de más alto crecimiento en Estados Unidos es más cercana a los 55 años que a los 25 años. Echando por tierra que los trabajadores por encima de 50 años no eran productivos.

Así que contar con estas personas mayores representa para las empresas una gran oportunidad, debido al bagaje de la experiencia acumulada de trabajar en varias compañías. Por eso, lo recomendable es formar equipos “plurigerenacionales”, integrados también por seniors, quienes podrían ser guías para los juniors y los consolidados.

En resumen, no depende de la edad que los profesionales tengan una actitud innovadora y la voluntad de meterse en proyectos novedosos de enorme valor emprendedor. Importan las capacidades, las habilidades y las ganas de seguir creciendo y desarrollándose.

De manera que el talento senior innovador o con afán de ser emprendedor es de un gran valor para las compañías, las cuales, hoy más que nunca, también necesitan de la osadía de la innovación y de la fuerza de la experiencia para superar los estragos que ha causado la pandemia.


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