Muchos análisis coinciden en que el madurismo ya no se exhibe únicamente como el heredero del chavismo, sino que, más bien, ha pasado página, cooptando e incluso degradando a miembros del chavismo originario, especialmente del sector militar: rebelión de Hugo Chávez del 4 de febrero de 1992, como de cualquier vestigio de poder de la familia Chávez.

Maduro y su círculo de colaboradores directos desmantelan progresivamente la democracia venezolana, al tiempo que dilapidan los recursos naturales del país para enriquecerse. Se sigue agudizando la devastadora crisis económica, política y social.

Es vinculante para el análisis: 9 de cada 10 venezolanos piensan que Venezuela está estancada o en retroceso (45,7% en retroceso y 33,5% estancada). Esta percepción de desesperanza se ha ido afianzando con el paso del tiempo. En 2015 estaba en 67,1%, hoy, en 2023, se mueve en 90%. No obstante, el venezolano tiende a ser “optimista” respecto al futuro, 7 de cada 10 venezolanos ven el futuro de sus hijos como igual de malo o incluso peor. Es evidente que esta situación refleje la consolidación de la desesperanza, más aun cuando el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró 762 protestas durante el mes de febrero de 2023, equivalente a un promedio de 25 diarias. Esta cifra representa un aumento de 19% en comparación con el mismo período del año pasado.

En correspondencia con lo anterior, este país, continúa el deterioro de los servicios sociales básicos. La crisis humanitaria, algunos ejemplos: más de 10,3 millones de venezolanos sufren de inseguridad alimentaria de moderada a grave: un tercio de la población. De acuerdo a las Naciones Unidas, 7 millones de venezolanos necesitan asistencia humanitaria urgente. Más de 7,2 millones de venezolanos han huido del país. El Programa Mundial de Alimentos informa que 65% de los hogares en Venezuela no tiene ingresos suficientes para comprar alimentos suficientes. Los venezolanos perdieron un promedio de 24 libras (11 kilos) en 2017

Queda revelado ante el país y el mundo que los votantes en Venezuela experimentan una parálisis por el cambio de paradigma sociopolítico y una desmotivación conectada a la desesperanza en muchos votantes que desde su expresión se niegan a participar en los procesos electorales, es significativo apuntar que existen otros factores psicoemocionales que inciden en el momento de votar

Lo que se llamó el  anclaje popular del chavismo se ha debilitado profundamente con el paso de los años. El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) está enfrentando dificultades para motivar a sus dirigentes comunales, UBCH y promotores del voto en las zonas de bajos estratos sociales D/E. Sin embargo, con una alta abstención y con sólo mover con apoyo de su Big Data lo que les queda de militancia tuvo suficiente para ganar la mayoría de gobernadores y alcaldes.

Lo grave para Venezuela es que el gobierno no tiene estímulos suficientes para concretar una negociación real y preferirá mantener el poder antes de ceder espacios a la oposición, aun cuando la economía se siga deteriorando y la crisis social se profundice.

 

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