Es inconcebible lo que está sucediendo en Colombia, que ante el espejo evidente de los estragos del socialismo del siglo XXI en Venezuela, todavía exista más de un tercio de la población optando por esa vía para Colombia. Sumando los 2 punteros en las más recientes encuestas, Petro y Fajardo, el primero claramente seguidor de Chávez y Maduro, y el segundo solapado, pero su principal soporte electoral, los Verdes, son miembros del Foro de Sao Paulo, que elaboró la estrategia de la toma del poder por el comunismo mediante la vía electoral y se declara claramente admirador de Maduro, de manera que no queda ninguna duda que, en un hipotético gobierno de Fajardo, el poder estaría en manos del socialismo del siglo XXI.

Esta situación se debe a la estrategia del marxismo cultural de dominación de las instituciones culturales, un papel que en la actualidad está preponderantemente en manos de los medios de comunicación soristas. Es también efecto de que el comunismo sí tiene una estrategia clara de toma del poder, estructurada a largo plazo y realizada con filigrana.

En cambio a la derecha liberal le da pena enfrentar con firmeza al comunismo, ni siquiera lo nombra con su nombre, en Venezuela hasta el año pasado no denunciaba al régimen como una dictadura y todavía son renuentes a decir claramente que es una tiranía comunista. Así no se puede. Así como en la Venezuela de los noventa el “establishment” se entregó sin ruborizarse a Chávez, acá no se atreven a enfrentar al farcsantismo, el gobierno de Duque no ha invitado ni una sola vez a la directiva del CD a la Casa de Nariño, mientras que ha tenido 3 cenas “ convívales y fraternas “ con los criminales de lesa humanidad de las FARC, el gobierno de Duque cogobierna con el narcoterrorismo comunista, está conformado en una abrumadora mayoría por fichas claves del farcsantismo y la gota que rebasó la copa, la embajadora Arango en la ONU en Ginebra recientemente “alabó los grandes progresos en derechos humanos realizados por China”, válgame Dios, solo les falta felicitar por el mismo motivo a Cuba y Venezuela.

Los regímenes comunistas son nefastos, pero a la hora de la verdad cumplen lo que prometen: la lucha de clases, la erradicación de los personeros del régimen anterior y la eliminación de la empresa privada, que es en esencia lo planteado por sus plataformas doctrinarias, claro está presentada con eufemismos. Los gobiernos de derecha en América, desde Trump hasta Piñeres, yendo de norte a sur, prometen una transformación radical y terminan aplicando los típicos pañitos calientes del reformismo.

Esta catastrófica situación se debe a que no hay claridad ideológica, los partidos dejaron de ser entidades programáticas, no hay formación ni comunicación ideológica, todo es pragmatismo y banalidad. Si queremos de verdad conjurar el peligro del socialismo del siglo XXI debemos dar la pelea con todo, hablando dejando el lenguaje políticamente correcto, sin eufemismos, descarnando la realidad distópica del comunismo y desenmascarando los compañeros de ruta de los candidatos a tiranos disfrazados de demócratas, y al ganar actuar conforme a lo prometido y no gobernando con el enemigo, como lo está haciendo Duque.

Insisto, la pelea debe ser ideológica, enfrentar al marxismo cultural de frente salvando a las instituciones de su cooptación, desenmascarando el lenguaje engañador de los comunistas y enfrentando al narcoterrorismo comunista. Dejemos el miedo a ver y expresar la realidad. Un ejemplo significativo de esta actitud es la presidenta del gobierno autonómico de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que sin complejos enfrenta al payaso comunista Iglesias diciendo la verdad, planteando que las alternativas son “comunismo o libertad”, con ese lenguaje franco tiene asegurada la mayoría  absoluta con VOX, derrotando a la unión de izquierda, conteniendo al PSOE y aniquilando al “ centro” de Ciudadanos.

En Colombia, necesitamos alguien que copie esa actitud frentera anticomunista de la Díaz Ayuso, acá el 22 también se juega el mismo dilema: “comunismo o libertad”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!