Foto Gianni Basso Stampatore in Venezia

En los países de las Américas se tiene el estereotipo de que Europa es más anticuada. Si bien las ciudades europeas son más antiguas que las americanas, la mayoría utilizan tecnología de última generación. No obstante, es cierto que en algunos lugares de Europa se consiguen cosas que se creían extintas. Fue lo que me pasó mientras paseaba por Cannaregio, una de las zonas más tranquilas de Venecia; la cual recomiendo a todos los que deseen alejarse del turismo masivo. Sin quererlo, tuve la fortuna de acabar en esa parte de la ciudad donde residen los venecianos doc; (d.o.c: denominazione d’origine controllata) vocablo italiano que certifica el origen y la autenticidad de un producto, y que también se utiliza para decir que alguien es nativo de un lugar.

Detrás de una vitrina, la cual actuaba como máquina del tiempo, vi que la imprenta de Gutenberg seguía viva. Me quedé maravillado viendo los ejemplares expuestos: cartas, postales, invitaciones y tarjetas de presentación impresas a la antigua. Gianni Basso Stampatore in Venezia es una de las joyas escondidas de la ciudad. En este melancólico negocio trabajan Gianni Basso y su hijo, los cuales me invitaron a ver la tienda tras verme embelesado del otro lado del cristal.

Entablé conversación con los dueños y me sorprendió oír que, a pesar de ser un sector en riesgo de extinción, la demanda de sus impresiones artesanales aumenta cada año. Me preguntaron de dónde era, les respondí que de Venezuela y me dijeron que Alexandria Ocasio-Cortez, diputada demócrata por el estado de Nueva York, era una de sus clientes. Esto no sólo me dio una idea del tipo de clientes de la imprenta, sino que me hizo consciente del cosmos cultural al que pertenecemos todos los habitantes de las Américas; no sé si Gianni Basso me hubiese hablado de Alexandria Ocasio-Cortez de haber sido yo un tailandés. Tras hablar sobre la diputada, me enseñaron la lista de pedidos y las destinaciones a donde serían enviados. Había de todo, desde la lejana Australia hasta la misma Italia. Por último, me enseñaron las máquinas de impresión que, aunque de finales del siglo XIX, su método se remonta a lo que hacía Gutenberg hace más de quinientos años.

En contra de mis expectativas, la imprenta artesanal de Gianni Basso Stampatore in Venezia resultó ser un negocio pujante que ofrece un producto exclusivo, de alta calidad, que apela a la supervivencia del oficio de imprimidor; un oficio que ha sido relegado por el progreso tecnológico, hasta el punto de que la palabra imprimidor ha quedado en desuso. Con esto no quiero decir que haya que remar en contra de los avances tecnológicos de la imprenta, ni que haya que ir en contra del progreso en general, ya que este es inevitable. Lo que me fascina es la resiliencia y la pasión con la que Gianni Basso y su hijo lograron adaptar su negocio, artesanal y de rostro humano, a las condiciones del siglo XXI.

De vuelta en la calle, caminando, mi mente se trasladó a la Caracas de mis recuerdos. Me acordé de una farmacia que estaba entre la Avenida Principal de Las Mercedes y la Avenida Veracruz, en el Centro Comercial La Hacienda, donde también había una oficina del Saime. Solía ir con mi madre a esta farmacia en la que el farmaceuta preparaba los medicamentos a la antigua. Los estantes estaban repletos de frascos rellenos de polvos que el farmaceuta utilizaba, cual hechicero, para preparar los medicamentos listados en la receta médica. No sé si todavía existe esta farmacia o si no logró adaptarse al paso del tiempo, pero en mi memoria seguirá existiendo como evidencia de que las profesiones consideradas obsoletas pueden sobrevivir.

La automatización de muchos trabajos, a través de la inteligencia artificial, es inevitable. Ayer se anunció el lanzamiento del GPT-4, la nueva versión de la inteligencia artificial de ChatGPT que es capaz de procesar imágenes y crear todos los códigos necesarios para abrir una página web. Por ejemplo, con esta nueva versión, el usuario puede hacer una foto de los alimentos de su nevera, enviársela al GPT-4, y este responde con una serie de recetas posibles y los pasos necesarios para su elaboración. Este es un avance que facilita la realización de diversas labores, pero que pone contra las cuerdas a los creadores de contenido digital.

El avance exponencial de la inteligencia artificial nos lleva hacia un futuro hipotético en el que gran parte de los empleos son sustituidos por autómatas. Ya está sucediendo con los cajeros en los supermercados, baristas, escritores, artistas digitales, creadores de contenido y con muchos otros trabajos. Este mismo artículo podría haber sido escrito por el GPT-4 y esta acotación pudiera ser una manera de disimular la autoría de la inteligencia artificial. Podría haber introducido datos clave sobre la ciudad de Venecia y sobre Caracas, añadiendo los temas generales del texto, y, quizás, el algoritmo haya escrito esta publicación. ¿Será el GPT-4 capaz de llegar a hasta este punto de reflexión metalingüística?

Se podrán estar preguntado cuál es la correlación entre la imprenta de Gianni Basso, la farmacia de la Avenida Principal de Las Mercedes y los desafíos planteados por los avances en el campo de la inteligencia artificial. Bueno, mi afán por reflexionar sobre la cultura, sea de Venecia, Caracas o Sicilia, es para mí una declaración de amor hacia los quehaceres y las costumbres de cada uno de estos pueblos. Rechazo los postulados que afirman que las labores humanas son insignificantes y que nuestras existencias carecen de sentido. Estoy convencido de que la cultura, la lengua, las tradiciones y el arte hacen que la vida del ser humano se enriquezca y trascienda los aspectos grises y absurdos de nuestra presencia en este planeta. Si bien el mercado y la evolución nos empujan hacia la optimización y la singularización, que sustituyen a los humanos por autómatas eficaces y eficientes, necesitamos conseguir la manera de adaptarnos a estos cambios para sobrevivir y seguir llevando a cabo nuestros oficios y pasiones.

A día de hoy, reflexionar sobre la cultura de cada pueblo es un método para poner nuestra atención en la humanidad y resaltar el valor de nuestra existencia. Aunque en muchas partes del mundo esta problemática sobre el fenómeno de la inteligencia artificial y su impacto en las labores humanas sea secundaria respecto a otros problemas más urgentes, creo que es el momento de pensar cómo vamos a hacer para compaginar nuestros oficios con el auge inminente de estas tecnologías que serán capaces de rebasarnos en muchos aspectos.

Es por esto que la supervivencia y el éxito de la imprenta de Gianni Basso es para mí un motivo de esperanza, de que hay un futuro posible en el que el humano seguirá manifestándose y haciendo cultura a la par del progreso tecnológico. A todos los que, como Gianni Basso, se las han ingeniado y han seguido creyendo en lo que hacen, los considero mis héroes.

Bibliografía:

https://www.bbc.com/mundo/noticias-64969661


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