Hoy España pareciera un paraguas con muchas goteras. La gotera de Cataluña puede transformarse en una inundación que la arrastre a su desmembración o a una guerra civil. Gran parte de la responsabilidad se debe al ejercicio de la democracia “boba”, practicada por sus líderes y partidos de gobiernos por el uso de la política del apaciguamiento y de la contemporización con actores catalanes que quieren destruirla.

Si los dirigentes, las organizaciones políticas y la corona no ejercen la autoritas que le otorga el imperio de la ley, se convertirán en los Neville Chamberlain de 1933 frente a Hitler. España hoy requiere de un Winston Churchill.

El apaciguamiento y la contemporización casi pierden al mundo occidental durante el nazismo (1933–1945), y han sido las acciones que la mayoría de los gobiernos españoles han practicado con el problema de Katelanoi como refería Ptolomeo, corriendo la arruga, mientras que los independentistas no han dejado durante todo ese interregno de prepararse para la cicatriz de la ruptura, la secesión. Realismo mágico.

A estas alturas de la catástrofe que se le avecina a los hermanos españoles, me pregunto: ¿seguirán negándose los políticos a ver las costuras de la dimensión de la tragedia que se les viene encima?, ¿no se dan cuenta de que le están sirviendo de mampostería a los separatistas catalanes, que les acercará cada vez más a las bombas de relojerías que están por explotarles?

Destaco el discurso del escritor Jesús Laínz en el Parlamento Europeo en Bruselas:“Cataluña no tiene ningún derecho histórico, ni jurídico, ni étnico, ni lingüístico, ni cultural, ni de ningún tipo, a la secesión. O como dicen los separatistas, ningún derecho a decidir, que es el eufemismo para no mencionar la inaplicable autodeterminación”.”

Es conveniente recordar algo de la historia épica de la reconquista para despertar conciencia:

“El siglo XII muere, y con él ha muerto la esperanza. El equilibrio entre musulmanes y cristianos se ha roto en un lugar llamado Alarcos. Allí, bajo el sol, las flechas y las lanzas, han caído las tropas castellanas que contenían el avance almohade. Miles de hombres, entre los que hay villanos, mesnaderos, freires, caballeros, obispos y nobles, han sido masacrados por la máquina de guerra más capaz que jamás vomitó el Magreb.

La frontera se desgarra. Por ella se colarán ahora las hordas que imponen la sumisión al islam o a la muerte. Y nadie podrá defender las tierras que preceden al Tajo, porque nadie queda capaz de empuñar la espada. Como tantas veces ocurrió y como tantas veces ocurrirá, los habitantes de esta península han sido incapaces de actuar en concordia, y han podido más sus rivalidades vanas que el futuro común. Alfonso de Castilla, aniquilado su ejército, ha huido hacia Toledo, aunque no es improbable que tenga que continuar su fuga hacia el norte. Su primo y tocayo, Alfonso de León no pudo o no quiso llegar a tiempo a su cita con la batalla. Y tampoco Sancho de Navarra compareció pese a su compromiso. A los reyes de Aragón y Portugal ni siquiera se les esperaba. Da igual. Ahora, tras uno caerán los otros, porque al frente de los almohades cabalga el califa más enérgico de su dinastía. Yaqub, apodado al-Mansur. El victorioso. No lo llaman así por casualidad. Con él, el imperio africano ha alcanzado su máxima extensión, y su ejército ha llegado a cota de eficacia que jamás se vieron desde que el primer musulmán pisó suelo ibérico. Sus dominios se extienden del Atlántico a la Tripolitania y del desierto del Sahara a las inmediaciones del Tajo”. (Las cadenas del destino de Sebastián Roa).

Lo narrado son los acontecimientos que se sucedieron en el Reino de Castilla a finales del siglo XII, cuando los diferentes reinos de la hoy gran España, conformada por el de León, de Navarra y el de Aragón y Condado de Barcelona y, lo que hoy es Portugal, reino de Portugal, luchaban entre sí por problemas dinásticos e intereses personales, los reinos se perdían en manos de los almohades.

A través de acuerdos y negociaciones Alfonso VIII, rey de Castilla, fue logrando que los demás reinos se le sumaran para enfrentar a los almohades y en la batalla de Las Navas de Tolosa el 16 de julio de 1212 se enfrentaba en Sierra Morena, (Jaén), contra el califa almohade Muhammad al-Nasir. El ejército cristiano liderado por Alfonso VIII, acompañándolo el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez Rada, los reyes Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón, Diego López II de Haro, (abanderado de castilla), los obispos de Tarazona y Barcelona, sumándose caballeros leoneses y portugueses, órdenes militares (freires) los de Santiago, Calatrava, Hospital de San Juan y Temple y muchos cruzados. El triunfo de las fuerzas cristianas revirtió las consecuencias catastróficas de la batalla de Alarcos en 1195 y la reconquista se completa antes del descubrimiento del nuevo mundo con la ocupación de Granada en enero de 1492.

Hispania como la denominaban los romanos, no es simplemente un mapa grabado en la mente del español es mucho más. Iberia, como la llamaron los griegos, es la épica romántica y la tragedia de un pueblo, que desde la presencia de los fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, moriscos y bereberes, entre otros pueblos y su repoblamiento, fueron templando el acero en particular durante la reconquista y dieron forma a la España contemporánea donde no se ocultaba el sol, que realizó con el descubrimiento del nuevo mundo el milagro del mestizaje en América.

La separacion de la tierra de castillos, Cataluña sería un hecho contra natura.

[email protected]


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!